Antonio Sánchez
Domingo, 19 de marzo 2017, 01:27
A finales de noviembre de 1998 la Junta de Andalucía empezaba a perfilar la que sería la Ley de Cajas de Ahorro de Andalucía. Un proyecto con el que el Gobierno andaluz apostaba por una única caja para Andalucía en un clima intenso de uniones bancarias en España, en el que Santander y Central Hispano, por un lado, y BBV y Argentaria, por el otro, empezaban a fraguar dos de los grandes bancos del sistema actual. Por aquellos días, tanto los gestores de La General [antigua Caja Granada, que a su vez forma ahora parte de Banco Mare Nostrum (BMN)] como los políticos granadinos veían a esta caja con la fuerza suficiente para competir con los principales bancos nacionales en la provincia e incluso poder ramificarse por Jaén, Almería y Málaga. Y hasta fuera de Andalucía. De aquel órdago que hizo Caja Granada a principios de la década pasada para caminar por su cuenta poco queda ahora. BMN, ahora en manos del Estado, prepara la integración del banco mediterráneo (lo componen Caja Granada, Caja Murcia y Sa Nostra) en Bankia.
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1998. Apuesta de la Junta por la caja andaluza
El Gobierno andaluz comienza a dar forma a la Ley de Cajas de Ahorro. Con ella pretenderá crear una sola caja para toda la comunidad, con capacidad para competir con el resto de cajas de España. La idea no es bien recibida en Granada y los políticos creen que Granada "no puede perder La General".
2001. Pacto del Saray
"Granada no va a renunciar a ser protagonista de su futuro. Los agentes políticos y sociales de Granada manifiestan su voluntad de establecer los consensos básicos necesarios que garanticen el futuro de La General y su autonomía, que permitan que ésta se posicione con fuerza en el mercado financiero". Con estas palabras PP, PSOE, IU, PA, empresarios, comerciantes y sindicatos de Granada firman el conocido como 'Pacto del Saray'. En una declaración conjunta, los ocho integrantes del acuerdo estiman necesario "evitar debates estériles que desvíen la atención de estas prioridades" para ser "capaces de articular una voz única como provincia y que permitamos a La General desenvolverse con la normalidad suficiente que permita consolidar su gestión eficaz y solvente".
2003. La General es ahora 'Caja Granada'
El consejo de administración unifica todas las denominaciones de la entidad para "ganar en operatividad dentro de un ambicioso plan para cambiar su imagen corporativa". La entidad cambia de imagen, inmersa en un plan de expansión con la apertura de nuevas oficinas en la comunidad andaluza y en el Levante. Como logotipo se mantiene la estrella de ocho puntas de simbología nazarí, aunque con ligeros retoques que afectaron básicamente al color, con el azul y el verde como referencia. El último cambio importante hasta entonces se había producido en 1989.
2006. La Junta abre la mano a las fusiones
En pleno éxtasis de la burbuja inmobiliaria sólo unos pocos levantaban la mano para predecir que el crecimiento económico acabaría saltando por los aires en sólo dos años. En este clima de vacas gordas, la Junta de Andalucía modifica la Ley de Cajas de Ahorro para hacer más llevaderas las fusiones y vuelve a insistir en la idea de una caja única andaluza, que sigue sin ser bien recibida en Granada.
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2009. Caja Granada quiere ser autónoma
El consejo de administración de Caja Granada se reúne para analizar el nuevo mapa financiero y aprueba por unanimidad una declaración institucional que ratifica la "vocación autónoma" de la entidad y con la que el consejo quiso "dejar zanjado" el debate surgido a raíz de las últimas fusiones entre cajas de ahorro. Acaban así tres años de presiones por parte del Gobierno regional para crear una única caja andaluza y, con la crisis todavía disimulada como 'recesión', Caja Granada decide ser independiente.
2010. La tercera caja de España
Nueve meses después del mencionado consejo de administración y de la ratificación de la "vocación autónoma" de Caja Granada, el presidente de Caja Cantabria desvela la creación de "un grupo de trabajo" para conversar y caminar hacia una posible integración de varias cajas de ahorro. Además de Caja Cantabria y Caja Granada, en ese proyecto de "alianza" están Cajastur, Caja Murcia, Sa Nostra y Caja Extremadura. En aquellas negociaciones entraron también Caja Mediterráneo y Caja Castilla La Mancha.
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2011. Adiós autonomía, hola BMN
De aquella propuesta sólo Caja Granada, Caja Murcia y Sa Nostra formarían BMN junto a Caixa Penedès, que más tarde se vendería a Banco Sabadell. La denominada 'fusión fría' se firma en julio de 2010 y se hace efectiva al año siguiente. Por otro lado se crearía Liberbank a partir de Cajastur, Caja de Extremadura, Caja Cantabria y Caja Castilla-La Mancha. Caja Mediterráneo será rescatada y más tarde vendida también al Banco Sabadell. Tras la fusión se quisieron unir, sin éxito, los creados BMN y Liberbank. En la firma de creación de BMN, Antonio Jara, presidente de Caja Granada, dijo que con la unificación "Andalucía va a colocar en el arco mediterráneo a una gran caja".
2012. El Frob, al rescate
La crisis ya no se llama 'recesión', los desahucios se acumulan y las hipotecas de alto riesgo concedidas antes de 2008 comienzan a pasar factura a las entidad bancarias. BMN es una de las entidades más afectadas y el Estado, a través de Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), tiene que asumir el 65% del accionariado de la entidad. Por aquel entonces, el Gobierno aspiraba a que una salida a bolsa posterior de BMN o una venta privada le permitiera incluso hacer caja con el dinero inyectado en el banco.
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2015. El Estado retrasa la privatización de BMN
Las previsiones del Gobierno de Mariano Rajoy no se cumplen y BMN no logra generar una cuota de mercado suficiente como para caminar sola. BBVA, Banco Santander y CaixaBank aglutinan la mitad del mercado bancario en primer plano y a su sombra quedan el Sabadell, Bankia y Banco Popular. Del pastel bancario, BMN posee en junio de 2015 sólo un 1,66% de los créditos y un 2,46% de los depósitos. Las perspectivas de ganar terreno a la competencia son limitadas y el Estado empieza a pensar cómo 'deshacerse' de BMN.
2016. La fusión con Bankia, en marcha
El Gobierno plantea la fusión de BMN con Bankia, también en manos del Estado, para maximizar la futura privatización del grupo con el objetivo de recuperar parte de las ayudas públicas que el Estado inyectó en ambos bancos en los peores años de la crisis. El Estado da por hecho desde hace meses que será muy complicado recuperar todo el dinero invertido en Bankia y BMN. Después de varios meses de análisis, el Frob obliga a ambas entidades a iniciar los pasos que culminen en su integración.
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