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Un joven deposita una garrafa de aceite usado en el contenedor de Casería de Montijo que fue objeto de un robo.
El mercado negro del aceite usado se instala en Granada

El mercado negro del aceite usado se instala en Granada

Un un kilo de aceite usado para su conversión en biodiésel puede pagarse a 70 céntimos

JAVIER MORALES

Domingo, 16 de abril 2017, 01:59

De 'oro líquido' a dinero en efectivo. Sobre el reciclaje del aceite de cocina usado se ha cimentado en la última década toda una industria nacional: han florecido las empresas que lo transportan o lo compran por bidones, lo convierten en biodiésel y lo venden. Cualquiera puede acudir a una de estas sociedades para deshacerse de su aceite y obtener a cambio una retribución que ha llegado a superar los 70 céntimos por kilo. Un dinero fácil que ha despertado la imaginación de los 'cacos'. En los últimos meses ha aumentado el número de robos en los contenedores públicos de aceite usado en la provincia.

  • Euros pagan aproximadamente las plantas de valorización por un kilo de aceite usado. Varía en función del precio del petróleo.

  • Disminución del aceite usado recogido por Inagra en Granada durante 2016 con respecto a 2015.

En la capital, la Policía Local y Nacional han estrechado la vigilancia tras las advertencias del personal de Inagra. Esta empresa gestiona la recogida de aceite usado de nueve establecimientos hosteleros y 226 contenedores distribuidos por toda la ciudad. De ellos, 45 con capacidad para hasta 360 litros se sitúan en plena vía pública. Y son el objetivo de los ladrones de aceite. De noche utilizan la llave maestra que abre estos contenedores o se sirven de ganchos para sacar las botellas por la boca de entrada. Las cargan y las llevan a cualquiera de las empresas que pagan por este líquido. Como señalan desde Inagra, los operarios tienen constancia de los robos. «Vemos que hay furgonetas que se detienen, lo abren y sacan lo que haya dentro. Se ha convertido en un negocio porque lo pagan muy bien los gestores de aceite y hay un mercado negro muy importante. Es dinero que se resta al Ayuntamiento de Granada».

Inagra lleva el aceite a un intermediario, Ekosur, que lo trata y transporta a otro gestor, que es el encargado de reciclarlo. La concesionaria de la limpieza y recogida de residuos en Granada recibe alrededor de un 65% del precio por kilo, que se establece en función de la oferta y demanda en el mercado de los biocombustibles.

Son hurtos difícil de perseguir. Por el momento sólo han trascendido dos denuncias, una en Casería de Montijo y otra en La Chana. La Policía Nacional informó del primero de los casos: una pareja detenida en plena sustracción con la llave maestra. Los arrestados tenían 62 y 83 años. Metieron el aceite en «cestos de grandes dimensiones». Los agentes descubrieron una furgoneta junto a ellos, en la que había doce de estos recipientes, dispuestos para su venta.

Desde Inagra aseguran que el número de litros recogidos en 2016 en estos contenedores se redujo en un 23% con respecto al año anterior. No se puede relacionar directamente con los robos, pero la percepción de los trabajadores y las sospechas llevaron en diciembre a alertar de esta tendencia al Ayuntamiento, que puso el tema en manos de la Policía. Fruto de la vigilancia llegaron las dos denuncias. Así lo explica el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Granada, Miguel Ángel Fernández. Inagra, por su parte, está instalando sistemas antivándalos en los contenedores y plantea incluso arreglar compuertas y cambiar cerraduras.

El 'chollo' de la hostelería

En Granada, Inagra gestiona la recogida de los contenedores públicos y también de nueve locales. ¿Qué ocurre con el resto? En los bares y restaurantes el mercado de recogida es libre, así que la inmensa mayoría optan por deshacerse de su aceite poniéndolo en manos de intermediarios a cambio de compensaciones. Algunos, como advierten las fuentes consultadas por IDEAL, son ilegales: no cuentan con los pertinentes permisos de transporte o gestión de residuos.

En un restaurante especializado en pescado que se ubica en el Centro de la capital se desechan de media unos 500 litros mensuales de aceite usado. En función del mercado, esta cantidad podría traducirse en casi 4.000 euros anuales. Pueden llegar a intervenir varios intermediarios: transportador, gestor y reciclador. Suponiendo que el precio de venta final rondase los 70 céntimos, el transportador recogería el aceite pagando al establecimiento 20 o 30 céntimos y lo trasladaría al gestor, segundo eslabón. Este abonaría al transportador unos 50 céntimos. Una vez depuradas las impurezas, lo vendería a la empresa encargada de reciclarlo en biodiésel por esos 70 céntimos.

En la provincia

El incremento de los robos no sólo se ha dejado notar en la capital. La Asociación de Empresas de Reciclaje y Tratamiento de Aceites y grasas (Aerta) certifica que desde que comenzó la crisis ha aumentado el número de robos en los contenedores de la provincia. Lo afirma el director de Aerta, Miguel Quesada. Esta agrupación de carácter nacional, pero que centra su actividad en Andalucía, cuenta en la actualidad con 11 empresas asociadas de transporte, gestión y valorización de aceite usado.

Asegura que el número de robos suele ir en paralelo al precio que se paga por el aceite usado en las plantas de valorización. Y este suele bailar al son del valor de los combustibles, que se ha inflado en los últimos meses, lo cual explica la mayor frecuencia con las que las empresas se encuentran con contenedores forzados. «Aparte de la pérdida de aceite hay un daño en el contenedor, vertidos en la vía pública, etc. Es un perjuicio no sólo por la pérdida de aceite sino por las roturas de contenedores y el daño de imagen para las empresas», comenta Quesada.

Sobre la existencia de un mercado negro del aceite usado, se muestra contundente: «Evidentemente lo hay y negarlo sería absurdo. Y duele a las empresas legales. En las épocas de crisis es un producto fácil de obtener, ya sea por recogerlo en los restaurantes o bien forzando contenedores en la vía pública». Trabajadores autónomos o particulares, sin permisos para el transporte de residuos ni empresas constituidas legalmente, se lanzan a la búsqueda de aceite con una furgoneta. Son los actores principales en este negocio ilícito.

La situación recuerda a las oleadas de hurtos de cobre. Salvando las distancias: el precio es bien distinto y la constancia de robos inferior. El metal, en función del tipo, se puede vender a través de Internet por precios que van desde los 3,30 a los 7,70 euros por cada kilo. Es el material de chatarra más valorado. La ventaja del aceite reside en la facilidad para obtenerlo.

Con sólo una búsqueda rápida en Internet afloran las empresas que publicitan estos servicios. Incluso webs que prometen recoger y tratar el aceite de origen vegetal en beneficio de las oenegés que elijan los productores. Mientras las sociedades especializadas y legales observan con preocupación cómo cada vez son más los contenedores que amanecen forzados, los ayuntamientos empiezan a tomar medidas para combatir la 'plaga'. El mercado negro del aceite crece en Granada.

Litros de aceite es lo que consume de media una familia al año. Se pueden transformar en 20 litros de biodiésel.

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