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Francisco Cuenca junto a su equipos
Las notas del primer curso del mandato de Paco Cuenca en el Ayuntamiento de Granada

Las notas del primer curso del mandato de Paco Cuenca en el Ayuntamiento de Granada

El Alcalde de Granada cumple un año en el cargo gobernando en 'minoría absoluta'. Analizamos su labor, la de su equipo y la los grupos municipales en la oposición en este tiempo abierto tras la dimisión de José Torres Hurtado

M. V. Cobo

Domingo, 7 de mayo 2017, 16:33

El Consejo de Redacción de IDEAL ha puntuado a los concejales de gobierno y a los grupos de la oposición basándose en los proyectos que han llevado adelante y también en los que tienen por hacer, así como por su relación con los agentes sociales implicados en su ámbito de trabajo y su actitud en la actividad municipal.

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Partido Popular

Un grupo de once desubicado y con fricciones internas

Las notas del equipo de gobierno

No fue sencilla ni tranquila la transición que hicieron los concejales del Partido Popular el pasado mes de mayo. La pérdida de la alcaldía se produjo de forma traumática, tras las dimisiones de José Torres Hurtado, alcalde durante trece años y el líder hasta ese momento del grupo municipal del PP. Se marchaban también Isabel Nieto y Sebastián Pérez, y el partido tomaba la decisión de que fuera Rocío Díaz la portavoz del nuevo grupo municipal, el que iba a mudarse de la zona noble hasta los pasillos de la oposición. En pocos días pasaron de gestionar la ciudad a encontrarse en la oposición, pese a ser el partido más votado y el que contaba con mayor número de representantes.

Esa situación la siguen repitiendo con frecuencia, recordando que son ellos los que acumularon más votos, y recordando a Ciudadanos lo que en su momento calificaron de «traición» aunque después han intentado mejorar las relaciones.

Una vez que se instalaron en sus nuevos despachos, con pintura y cambio de decoración incluidos, se podía haber esperado más de once concejales con amplia experiencia en el gobierno, la mayoría de ellos. Hay que destacar que cuatro de ellos no tienen dedicación exclusiva, y Telesfora Ruiz no tiene salario fijo, sólo recibe las aportaciones por asistencia a plenos y comisiones.

Sin embargo, pese a ser un número alto de ediles, dosifican bastante sus apariciones públicas y no se les puede atribuir ua mordaz oposición. A alguno de ellos, incluso con dedicación exclusiva, apenas se le ve en público. Tampoco se les puede atribuir una labor propositiva, que incluso hubiera podido dejar en evidencia la falta de actividad que suelen atribuir al equipo de gobierno. Lanzan sus críticas, pero da la impresión de que estuvieran esperando una moción de censura que han anunciado varias veces pero que no llega a materializarse.

En estos meses, la forma en que se acabó el mandato de los populares dejó heridas dentro del grupo municipal. Se debatían los once ediles entre los que querían pasar página cuanto antes, dejando atrás la etapa de Torres Hurtado y sus secuelas, y aquellos que querían defender la herencia de esta larga etapa. Esta situación provocó uno de los episodios más surrealistas del grupo popular. Fue en el pleno de diciembre. Uno de los puntos del orden del día era la personación del Ayuntamiento como acusación en el caso Nazarí, en el que están bajo investigación Torres Hurtado, Isabel Nieto y otros funcionarios que fueron altos cargos con el PP. Ese día faltaron al pleno los concejales Fernando Egea y Juan García Montero. Ambos sostuvieron que se encontraban enfermos. En el momento de la votación se ausentaron también Francisco Ledesma y Telesfora Ruiz. El primero admitió abiertamente que se sentía en la obligación moral de no votar ese punto. El resto del grupo popular, y todos los demás ediles, votaron a favor de la personación, que se aprobó.

Lo que no calibraron los ediles enfermos fue que su ausencia iba a permitir también, aunque fuera por carambola, que el PSOE lograra sacar adelante las ordenanzas fiscales, un expediente que llegaba muerto al pleno y que las fricciones internas del PP lograron resucitar contra pronóstico. El partido anunció que investigaría los hechos, pero hasta la fecha no se ha tomado ninguna medida contra estos ediles.

La candidatura de Juan García Montero a presidir el partido también obligó a su grupo municipal a dividirse. En los últimos coletazos de este primer año de alcaldía socialista, seis de los once ediles del grupo se han encontrado también con la citación a declarar como investigados en el caso Serrallo, algo que no les facilita las cosas.

Ciudadanos

Entre la labor de oposición y el apoyo al gobierno

Ciudadanos, con sus cuatro concejales, ha estado bajo los focos desde que llegó al Ayuntamiento porque han sido la llave de gobierno. Lo fueron apoyando a la lista más votada en 2015, y resultaron claves en 2016, cuando se votó un nuevo alcalde. Sin embargo, el papel que han asumido ha sido diferente en las dos ocasiones. Con Torres Hurtado (PP) llegaron a un acuerdo de 50 puntos que podían ir tachando de la lista conforme iban logrando resolver asuntos. Sin embargo, después del cambio de gobierno no han tenido pacto o documento al que agarrarse para ir exigiendo acciones o iniciativas. No han sido socios de gobierno, pero tampoco oposición feroz. En su discurso han destacado siempre que tratarían de darle estabilidad al gobierno, conscientes de que votaron a un alcalde que gobernaría en amplia minoría. Sin embargo, no se ha apreciado feeling entre el partido naranja y el socialista.

Bien es cierto que Cuenca y su equipo asumían el gobierno en minoría, conscientes de que iban a tener que negociar cada punto. La suma de PSOE y Ciudadanos, por sí sola, tampoco garantizaba éxito en las votaciones, por lo que en este último año el partido naranja ha perdido parte de la capacidad de influencia que tenían. Aún así, este es el segundo año que están ya en la representación municipal y se les podría exigir más acción en la dinámica municipal. Aunque suelen reaccionar ante los asuntos importantes, no siempre dejan clara su postura. Es habitual que apoyen temas sociales a favor de colectivos y minorías, pero es el momento de que apuesten por temas de calado y de que no tengan miedo a cobrar protagonismo en los plenos y comisiones, en los que suelen tener intervenciones breves.

El relevo en la portavocía, con la marcha de Luis Salvador a Madrid, no ha hecho cambiar la línea del grupo municipal. Sin embargo, resultó llamativo que las críticas de Salvador ya sin papel municipal a Cuenca fueran más fieras que las que se suelen hacer en el día a día del trabajo en la plaza del Carmen.

'Vamos, Granada'

Discurso propio sin miedo a estar al margen del resto

Los tres concejales de Vamos, Granada cumplen también dos años en los entresijos municipales. La dinámica de este grupo, distinta al resto, está ya mas rodada. Llevan a los plenos asuntos que les proponen desde sus asambleas y han ido definiendo un perfil propio en estos meses.

Sus concejalas, sobre todo, Luis de Haro es también diputado han estado muy implicadas en distintos asuntos sociales, como la reivindicación de los dos hospitales o los cortes de luz en zona Norte. Han tenido discurso propio en cuanto al aislamiento ferroviario, por ejemplo, reivindicando la recuperación por la línea de Moreda.

También han puesto interés por mojarse en otras causas ciudadanas, como la recuperación de Casa Ágreda, donde ejercen la acusación popular, o incluso en el caso Nazarí, donde también están personados. Intentan mostrarse cercanos a la sensibilidad ciudadana y han tratado de marcar la agenda con asuntos medioambientales, por ejemplo, aunque no siempre tienen éxito. Han dejado clara su ideología sobre casi todos los asuntos, sin miedo a mostrarse al margen de otras corrientes. Sin embargo, hay también ocasiones en las que se les ve desvinculados, sin mojarse en expedientes o no dando el paso de apoyar una iniciativa presentada por el equipo de gobierno si no estaba clara la mayoría. Tampoco se ha apreciado al menos desde fuera que hayan logrado acercar posturas con el PSOE para asuntos concretos, a pesar de que votaron a Cuenca como alcalde. Se han mantenido firmes todo este año al negar su apoyo a una eventual moción de censura que devolviera la alcaldía al PP.

Han ido aprendiendo de pequeños errores de los primeros meses, haciendo deberes, presentando alegaciones y respondiendo siempre con propuestas, aunque el equipo de gobierno les reprocha que son difíciles de materializar. Han sido muy exigentes con Cuenca, al que pidieron que dejara sus atribuciones mientras se resolvía su investigación judicial.

Izquierda Unida

Un concejal con mucha actividad

Francisco Puentedura no es nuevo y esa experiencia le ha permitido abordar con cierta soltura este último año de mandato, en el que ha estado solo como edil, aunque cuenta con un secretario de grupo. Ese bagaje le ha hecho saberse ya muchos temas, además de darle un conocimiento de los ritmos y el calendario municipal que maneja anticipándose a algunos asuntos.

Al contrario que otros grupos municipales, no duda en exponer su postura sobre casi cualquier asunto. Y suele llegar a plenos y comisiones con los deberes hechos. Suele argumentar con datos. Investiga y destapa asuntos en algunas ocasiones, aunque esto también le vale a veces el reproche del equipo de gobierno.

Aunque su voto es casi testimonial, porque no otorga mayoría en casi ninguna circunstancia, asumió la responsabilidad de aprobar las ordenanzas fiscales gracias a la ausencia de García Montero y Egea del pleno de diciembre y trata de ser un voto útil en plenos y comisiones.

Es habitual que se implique también en el seguimiento de las empresas públicas, aunque no cuente con representación en los consejos de administración de todas ellas. Trata de estar en todos los frentes.

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