210.000 euros para la redacción del proyecto de Casa Ágreda

Como informa a IDEAL el responsable municipal del área, Miguel Ángel Fernández Madrid, se trata de un contrato negociado sin publicidad con el objeto de encargar la redacción del proyecto. Este trámite es la consecuencia lógica del concurso de ideas impulsado por el Consistorio y el Patronato de la Alhambra y el Generalife que determinó en enero pasado que 'La reconquista', de BOV Estudio, era la propuesta más adecuada para recuperar el edificio.

Durante el anuncio del fallo del jurado, que estuvo compuesto por expertos municipales, de la Junta, de la UGR y del Colegio de Arquitectos, ya se avanzó que el siguiente paso era el encargo en sí del diseño del proyecto.

Fernández Madrid detalla que lo que se aprueba son «los pliegos para formalizar el contrato y diseñar el proyecto sobre la idea que se presentó». Como explica, la propuesta deberá ajustarse a los «matices» de un inmueble de carácter histórico y que, en algunas de sus zonas, está catalogado como bien de interés cultural. En ese proceso, el Consistorio tendrá mucho que decir en asuntos como la accesibilidad, mientras que será la Junta, por sus competencias en materia de Cultura, la que tenga la última palabra en todo lo relacionado con lo patrimonial.

Así, de acuerdo al expediente, el presupuesto de la redacción del proyecto rondará los 210.000 euros y tendrá un periodo de ejecución de 120 días, «un plazo que consideramos razonables puesto que se parte de una idea ya aprobada en el concurso de ideas». 

El trámite permitirá poner en pie un proyecto que, entre otras novedades, determinaba la creación de un nuevo acceso al edificio y la conformación de tres espacios culturales diferenciados. La propuesta de BOV Estudio se basaba, según sus creadores, en una perspectiva «multidisciplinar y versátil» que contemplaba el inmueble como «un espacio abierto tanto a la Alhambra como al Albaicín».

En la presentación del proyecto, sus responsables insistían en que la idea «juega con los espacios, ganando el tránsito y el conocimiento» de un edificio que hunde sus raíces en el siglo XVI y cuyos elementos originales aún latentes van a conservarse in situ tras un proceso arqueológico que consideran «ineludible». Según enfatizaron entonces, el objetivo era poner en valor los elementos arquitectónicos que aún se conservan y eliminar los parches contemporáneos sin valor para «facilitar la lectura» de la propia historia del inmueble.