Vecinas en la calle huyendo de sus casas calurosas sin corriente eléctrica, este sábado en Cartuja. IDEAL
Sucesos de Granada

Abanicos y comida en neveras de playa: las 24 horas sin luz de Cartuja

Barrios ·

Relato de los vecinos de una larga noche de verano sin corriente eléctrica tras arder un transformador del barrio

Domingo, 23 de julio 2023, 13:00

Pasaban 19 minutos de la medianoche del viernes. La familia de Rosa veía la tele, uno de esos programas de entretenimiento que entretienen más bien poco y, de repente: ¡zas! se apagó la pantalla. El silencio se hizo dueño de la habitación y la actividad ... se volvió frenética en los móviles, que ardían de indignación: «Empezaron a llegarme multitud de mensajes desde el grupo de los vecinos. Nadie tenía luz y, como estamos acostumbrados, por desgracia, lo primero que pensamos era que la red se había vuelto a calentar y que ya no volvería hasta tres o cuatro horas después. El problema fue que pronto nos dimos cuenta de que no iba a ser así esta vez», cuenta esta vecina, una de las afectadas por el último gran 'apagón' del distrito Norte.

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Mientras Rosa hablaba con sus vecinos, a escasos metros de allí, agentes de los Bomberos apagaban un virulento fuego. El transformador de Endesa de la calle Bermúdez Pedraza estaba ardiendo y las llamas despedían una columna de humo recia y alta, tan peligrosa como los chispazos que pellizcaban la noche en el distrito Norte de Granada. El incendio se apagó tras la rápida acción de los Bomberos, pero el daño ya estaba hecho: todos los sistemas, mandos y controles del dispositivo habían quedado completamente inutilizados, como denunció la compañía al día siguiente, que informó de que el fuego había sido consecuencia de la manipulación de alguien no autorizado con el objetivo de robar la luz... por ejemplo, a Rosa y sus vecinos.

Un bombero observa el estado del transformador tras apagar el fuego. IDEAL

La primera consecuencia del fuego fue el apagón repentino en todo el barrio. Luego fueron recuperándose fases, aunque nunca lo hicieron todas. Rosa y sus vecinos se dieron cuenta por la mañana de que seguían sin luz. Y se temieron lo peor tras ver las primeras fotos del transformador en llamas. Ajenos al fuego por la noche, por la mañana ya no se hablaba de otra cosa. Algunos celebraban que les hubiera regresado la corriente, otros solo rezaban para que a ellos también les volviera... pero no lo hizo. Casi 400 familias de las calles Joaquín Corral Almagro, Conde de Torrepalma y de Bermúdez de Pedraza comenzaron así su periplo de 24 horas sin luz durante uno de los días más calurosos del año en Granada.

Endesa ha denunciado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado la «manipulación de terceros no autorizados» en el cuarto del transformador para defraudar caudal eléctrico

A las ocho de la mañana empezaron desde la asociación del barrio a denunciar la situación en las redes sociales, pues ya sospechaban que su problema iba para largo, lo que complicaría las cosas una vez avanzara la mañana y, con ella, las temperaturas. Tras lidiar con los primeros brotes serios de indignación, frustración y decepción, tenían que hacer algo, algo práctico: «En mi casa empezamos a sacar todo del congelador y el frigorífico y pusimos la comida en neveras de playa y en ollas con hielo para tratar de conservar lo que se pudiera», cuenta esta vecina, que como todo el mundo allí tiene un máster en supervivencia. Así pasó a enfriar los lácteos para que no se perdieran y en su cabeza ya pensaba en recetas de urgencia para el aluvión de comida descongelada que se le venía encima

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Ollas y neveras llenas de hielo para conservar los alimentos de la nevera IDEAL

El cabreo iba creciendo en el barrio a medida que iban recibiendo respuestas desalentadoras por parte de las administraciones y de Endesa, que no podía arreglar nada hasta que no se garantizara la seguridad para los técnicos dentro del transformador

A esas alturas la hija de Clemencia pensaba en su madre, que vive conectada a una bomba de oxígeno una decena de horas al día; O la misma Beatriz en el aparato que tiene para el corazón, que también necesita la corriente. Concha, diabética severa, se había quedado sin carga en su glucómetro, por lo que se vio obligada a ir a la casa de una amiga que sí tenía luz para no quedarse desprotegida.

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Concha y su glucómetro. IDEAL

La concentración

La electricidad no volvía y a partir del mediodía empezó el vuelo de abanicos, que se prolongó durante todo el día en la mayoría de casas de las 400 personas afectadas por el corte. Con las persianas cerradas hasta abajo para esquivar la flama, sin luz natural y artificial, televisión, ventiladores o corriente para cargar sus teléfonos, los vecinos empezaron a organizarse. Lo tenían decidido: irían al día siguiente a escenificar su enfado al colegio electoral del barrio.

Los vecinos piden una solución definitiva por «humanidad» al problema de los continuos cortes de luz

De ello hablaron más en serio a partir de las ocho de la tarde, reunidos en la calle, donde se refugiaron del calor de sus viviendas. Todos seguían sin luz. Con sus sillas de tomar el fresco, prepararon una concentración que finalmente ha tenido lugar a primera hora de este domingo electoral. En la calle Joaquín Corral Almagro, a las nueve de la mañana, medio centenar de vecinos han pedido a la compañía eléctrica y a las administraciones que terminen de una vez por todas con este problema. Con carteles y cara de enfado han estado un buen rato escenificando su hartazgo.

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Concentración de los vecinos este domingo en Cartuja. Ramón L. Pérez

Rosa, mientras cocina toda la comida descongelada para poder congelarla otra vez, explica, ya más tranquila tras el acto de protesta, que la corriente volvió en la medianoche del sábado. Justo 24 horas después de que se fuera. Pese a ello, el cabreo sigue siendo mayúsculo en su barrio: «Queremos que los que pagamos la luz tengamos nuestro servicio independientemente de lo que suceda, que es algo ajeno a nosotros. No podemos seguir así: aquí vive mucha gente mayor que necesita la corriente eléctrica para vivir y no puede estar 24 horas sin ella y más con este calor. Es una cuestión de humanidad», ha denunciado esta mañana la vecina, que no entiende cómo ante estos casos la compañía no tiene un transformador de emergencia.

En la concentración de este domingo han estado vecinos de Cartuja, Casería de Montijo y la Paz, voluntarios del proyecto Cometa o el mismo párroco del barrio. Todos esperan que la situación no se repita y que puedan tener un verano caluroso, pero tranquilo, como ocurre en el resto de la ciudad.

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