El 23 de Abril de 2020, M. L. se buscó un lío con la Justicia por inventarse algo especial para la celebración de la despedida de soltero de un amigo suyo: hacer un 'photocall' con billetes falsos. El asunto llegó al juzgado y, finalmente, la ... Audiencia de Granada ha absuelto al joven.
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Ese día, la Guardia Civil dio el alto al vehículo que conducía el acusado a la altura del término municipal de Víznar. M. L. llevaba en la guantera del coche un sobre con 88 copias de billetes de 20 euros de un total de cien que había comprado a través de una página web que los vendía.
El camino hasta la absolución no ha sido fácil, puesto que el granadino se ha visto inmerso en un proceso que acabó llegando a juicio. La fiscalía le llegó a pedir dos años y medio de prisión, así como una multa de 2.000 euros, como presunto autor de un delito de falsificación de moneda oficial.
Sin embargo, el tribunal provincial ha considerado probado que el procesado tenía esos billetes simplemente para hacer con ellos «un mural y un 'photocall' para la celebración de una despedida de soltero».
Así consta una resolución emitida el pasado 5 de abril. Han sido los magistrados de la Sección Primera los que han exculpado a este joven, que ha estado defendido por el letrado Miguel Ángel Muñoz Hernández.
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El muchacho ha estado investigado durante «dos años» por un delito de falsificación de moneda oficial, que está recogido en el artículo 386 del Código Penal. Este ilícito está castigado «con una pena de prisión de ocho a doce años y multa del tanto al décuplo del valor aparente de la moneda». En este caso, no obstante, la fiscalía no realizó una petición de pena tan elevada.
La absolución se produce por varias razones. La principal, porque la Audiencia entiende creíble la versión del acusado, porque el hecho de que tuviera los billetes durante varios meses sin desprenderse de ellos evidencia que no tenía voluntad delictiva. Los había recibido el 14 de noviembre de 2019. Además, en el sobre que hallaron los agentes en su vehículo «no estaban mezclados con billetes auténticos».
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Otra de las razones para absolver a M. L. es que no existe denuncia por la introducción de dichos billetes en el tráfico. De hecho, el muchacho aportó los que faltaban en el sobre.
Por último, también ha influido la tipología de los propios billetes falsos intervenidos. Y es que contenían incluso una advertencia de ser copia, por lo que no eran aptos para integrar el tipo delictivo.
Para el tribunal, «los billetes adquiridos difícilmente podían ponerse en circulación con éxito: basta verlos para, a primera vista, percatarse de que no son auténticos».
En este punto, explican los magistrados que hay varias diferencias claras si se comparan las copias con los auténticos. Por ejemplo, en su lado más largo «miden tres milímetros menos» y «el papel que le sirve de soporte es distinto al de los billetes auténticos, lo cual se nota al tacto». Aparte, «carecen del hilo de seguridad» y «del holograma que forma ventana con retrato».
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Junto a ello, la Audiencia destaca que «la tinta es distinta a la utilizada en los auténticos» y, además, incorporan en una de sus caras «la leyenda 'prop copy', leyenda que se sitúa hacia la mitad del billete, en zona blanca y realizada con tinta diferente a la del resto del billete». La resolución podía ser recurrida.
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