![Acusan como encubridores a dos sujetos que picaron el suelo para borrar la sangre del atroz 'crimen del maletero' de Granada](https://s1.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/201902/13/media/cortadas/miguel-kZNI-U70627633220yR-624x385@Ideal.jpg)
![Acusan como encubridores a dos sujetos que picaron el suelo para borrar la sangre del atroz 'crimen del maletero' de Granada](https://s1.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/201902/13/media/cortadas/miguel-kZNI-U70627633220yR-624x385@Ideal.jpg)
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Y. Huertas
Miércoles, 13 de febrero 2019
El 'crimen del maletero', bautizado así por el lugar en el que fue hallado el cadáver de la víctima, llevará ante un jurado popular a tres individuos. A uno de ellos, Abel M. M., que era amigo de la infancia del finado, como presunto autor ... de su asesinato. A los otros dos, como presuntos encubridores de esta violenta muerte ocurrida hace tres años en una nave de Atarfe y vinculada al oscuro negocio de la marihuana. Seis viles disparos recibió la víctima en cabeza y cuerpo. Tenía 33 años y se llamaba Miguel Giménez.
Según las fuentes judiciales consultadas, la causa se encuentra ya en la Audiencia Provincial de Granada, a la espera de juicio, después de que la Fiscalía Provincial de Granada formulara cargos contra los tres encausados. IDEAL ha tenido acceso al escrito de conclusiones provisionales de la fiscalía, en el que hace un escalofriante relato de lo que supuestamente ocurrió aquel 6 de abril de 2016. Tras el crimen, se habría picado el suelo de hormigón de la nave con un martillo compresor eléctrico «para retirar los restos» de la gran mancha de sangre que quedó en la superficie.
Para Abel M. M., el ministerio público solicita 18 años de prisión por el crimen, en el que cree que hubo «alevosía» –una circunstancia que se aprecia cuando se actúa de forma sorpresiva y sin posibilidad de defensa por parte de la víctima–. Para los otros dos acusados, que supuestamente se encargaron de la inusual 'limpieza' del suelo, reclama tres años de cárcel.
La fiscalía explica en su escrito que pese a que habían sido amigos en la infancia, la relación entre Abel M. M. y la víctima se había enrarecido, «se había tornado en rencillas y animadversión» por parte del acusado, pues Miguel «no aceptaba el reparto de beneficios de la plantación» de marihuana que tenían en el referido recinto de Atarfe.
Abel M. M. sabía, según el fiscal, que Miguel, que residía en un pueblo de Badajoz, iba a acudir a la nave el día 6 de abril en su vehículo Audi-A3. Por eso, «aprovechando la ocasión favorable que se le presentaba» le esperó allí. Sabía, según el escrito que Miguel viajaría solo y que, como tenía llave, entraría por la puerta del garaje sobre las 12.45 horas.
El ministerio público sostiene que el acusado actuó «con la inequívoca intención de causarle la mauerte». Lo abordó, supuestamente, «de manera sorpresiva nada más cruzar la puerta de entrada» con una «clara» intención: «causarle la muerte». Para ello, para procurar que no pudiera defenderse –siempre según la narración que realiza el fiscal del caso– «lo recibió poniéndole una bolsa de plástico en la cabeza».
A continuación, le propinó golpes «de forma reiterada» con «el martillo de un revólver del calibre 38 (...) o con otro objeto contundente». Miguel quedó aturdido, «semiinconsciente» y ya en la sala del almacén recibió la media docena de disparos que acabaron con su vida.
El arma no llegó por lo visto a ser encontrada y tampoco está claro quién llevó el coche con el cadáver de Miguel hasta Huelva. La fiscalía considera que pudo ser él o «personas a su ruego» –no identificadas– quienes procedieron al traslado del finado hasta la capital onubense.
Su cuerpo fue localizado precisamente en la calle La Granada de Río Tinto, en un aparcamiento, donde fue estacionado su Audi. La Policía halló el cadáver en el interior del maletero el 26 de mayo, aproximadamente mes y medio después de ser denunciada si desaparición. Miguel, que estaba separado de hecho de la que había sido su esposa, tenía tres hijos menores de edad.
A lo largo de la instrucción de la causa, tanto Abel M. M. como los otros dos acusados, J. D.S y E. J. C. D., han proclamado su inocencia. Los tres ingresaron en su momento en prisión. La investigación judicial la ha llevado el magistrado Antonio Moreno, que es el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de la capital.
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