Lola, la granadina que dejó su huella en la alta costura de París. IDEAL

Obituario Granada

Adiós a la granadina que dejó su huella en la alta costura de París

Dolores Carrascosa Villasclaras falleció este mes de enero a los cien años como ejemplo de superación y mujer adelantada a sus tiempos

Pepe Moreno

Granada

Sábado, 27 de enero 2024, 00:18

Tuvo la suerte de vivir cien magníficos años, pero el pasado enero dijo adiós a sus seres queridos. Dolores Carrascosa Villasclaras falleció en su casa, rodeada de los suyos y en Almuñécar, donde nació. Una granadina que no dejó de ser ejemplo hasta el último ... día para sus seres queridos y las personas que la conocieron.

Publicidad

Para los más cercanos no era Dolores, la llamaban Lola. Fue modista, costurera, creadora y artista. Se fue a París en los años sesenta para buscar fortuna en la vida. Empezó desde lo más bajo, sin papeles y trabajando en lo que podía y le dejaban. Pero no tardó en hacerse un hueco en lo que le gustaba. Consiguió un empleo en la famosa empresa francesa de moda Cacharel. Allí dejó su huella con los arreglos a la ropa que la conocida firma diseñaba. Pero en lo que realmente destacaba esta mujer era en su calidad humana. Siempre brillaba y cuando alguien necesitaba ayuda, allí estaba ella.

Lola fue una luchadora, una mujer adelantada a su tiempo. Se quedó viuda a los 30 años, en la década de los 50, y no le quedó otra que coger las riendas de su vida para criar a sus tres hijos.

Tras la muerte de su marido, se hizo cargo de una colchonería ubicada en la Plaza Mariana Pineda. Allí lucho por ser independiente, a pesar de los impedimentos de una sociedad en la que en aquellos tiempos no estaba bien visto que una mujer se desarrollara con autonomía.

Alta costura en sus manos

Lola nunca olvidó sus conocimientos de modista que desarrolló con personalidad en su estancia en París. Hacía sus patrones y sus diseños para sus hijos. Los vestía de alta costura, porque en sus creaciones se basaba en diseños de Christian Dior o Cacharel, entre otros.

Publicidad

Sus familiares la definen como «coqueta, inteligente, única y especial. Era independiente y fuerte. Era la amante de todos nuestros corazones. También era la reina de la aguja, la que nos enseñó que en el cambiante mundo de la moda, el estilo se hereda».

Lola deja un vacío enorme entre los suyos, pero prefieren recordarla con su alegría, espontaneidad y saber estar, siempre agradecida con una sonrisa. Una presencia más allá de lo físico que siempre va a estar dentro de los que la conocieron.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad