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Fernando Martín y su hijo en el aviario. antonio arenas
La afición que surgió de un regalo de comunión

La afición que surgió de un regalo de comunión

Fernando Martín cuenta, entre sus casi dos centenares de pájaros, con varios canarios diamantes gould, campeones del mundo

antonio arenas

Martes, 4 de octubre 2022, 01:02

Fernando Martín Rando se autodenomina 'apasionado de la ornitología'. Su interés por las aves surgió en su pueblo natal, Cacín, cuando su vecino le regaló un canario. «De un pajarillo he pasado a tener ahora unos 140 en el criadero de Fornes», explica mientras su hijo, que ha heredado la afición, los observa atentamente. A ellos hay que sumar los que tiene en casa de su madre porque se adecua mejor a sus circunstancias. Añade que «para cualquier criador esta es la afición más bonita que hay, pues tener un pájaro es una alegría». Eso sí aclara que, como las mascotas que se regalan en Reyes, luego hay que cuidarlas, pues requieren un mantenimiento diario.

A renglón seguido explica sus buenos resultados en los concursos nacionales e internacionales. Advierte que los pájaros de exposición son muy delicados y requieren unos cuidados específicos. Los califica como «pájaros de élite». En su criadero de Fornes dispone de jilgueros, pardillos, isabelita del japón y, sobre todo, diamantes gould, con los que expresa su deseo de seguir compitiendo.

En 2014 participó en competiciones por primera vez, concretamente en un campeonato de España, donde presentó tres pájaros con los que quedó primero y segundo. En los años siguientes continuó participando, al igual que en los regionales, cosechando hasta la fecha numerosos premios y diplomas que se pueden ver en las paredes de su aviario.

«La guinda del pastel fue conseguir a finales del año pasado el campeonato del mundo, con dos pájaros presentados. Lo cual para un aficionado como yo es el mayor logro que puedas tener», indica mientras muestra los galardones obtenidos por sus pájaros, de los que va describiendo las cualidades que les han hecho merecedores de estos premios, tales como la intensidad y reflejos de color, que le hacen tenerlo «muy mimado»: es el primero que ha conseguido sacar, después de diez años, con la mutación plata.

Del otro campeón del mundo nos dice, al tiempo que lo coge de la parte trasera, que es un pastel simple factor, cabeza roja, con pecho morado intenso y un manto verde, no muy oscuro, al que tal vez podría mejorar la talla. Revela que su secreto para tener buenos pájaros es «seleccionar y dedicarse a ellos en cuerpo y alma». Dedicación que le ha valido numerosos reconocimientos por distintas asociaciones ornitológicas de la que destaca por su prestigio regional y palmarés a los de la Ornitológica Naturalista Cultura de Granada.

Mientras anilla a una de las crías, explica que en esta anilla van los datos del criador, año de nacimiento y federación a la que pertenece. Después muestra el cuaderno de registro en el que va anotando todos los datos de cada ejemplar y va marcando sus favoritos. Fernando afirma que si sus pájaros los mezclara con los de otro aviario, el sabría reconocer sin dificultad cuáles son los suyos. Junto a su mujer comparte su afición por los perros, que también le han valido otros tantos reconocimientos.

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