Personas que salen del establecimiento «pasadas», que orinan y vomitan en sus calles y que protagonizan peleas a plena luz del día. Esta es la imagen con la que los vecinos de la calle Azorín se levantan cada día, sobre todo los fines de semana. ... Los asistentes salen de un 'after', un local en el que sigue la fiesta al amanecer. El establecimiento se asemeja a un búnker a pie de calle, completamente cerrado y sin ningún contacto con el exterior.
Publicidad
«Los vemos desde nuestros balcones», cuentan los afectados. Denuncian la inseguridad y la intranquilidad que generan en «una zona familiar» a la que están dando «mala imagen». «No es agradable levantarse y pasear con los niños ante esta estampa», declaran. Denuncian que han vivido más de una decena de enfrentamientos desde el verano. Los dos últimos ocurrieron este pasado domingo. Una pelea sucedió a las 09.00 horas y otra, en torno a las 12.00, ambas a plena luz del día. Una testigo llamó a la Policía Nacional, que se personó en la zona para mediar en la reyerta y dialogar con los protagonistas. Hasta diez agentes concurrieron en el lugar de los hechos, aunque no hubo ninguna detención.
Pincha y entra en WhatsApp
Los residentes afirman que los clientes se concentran a las afueras del establecimiento, con copas y «otras sustancias». Insisten en que esta situación se prolonga desde las siete de la mañana hasta bien pasado el mediodía. Explican que han denunciado los hechos ante la Policía Local, que acude habitualmente a la zona, aunque los incidentes vuelven a repetirse. La Policía Local, por su parte, asegura a IDEAL que han realizado numerosas actuaciones en el local y que la situación «se resolverá en estos días».
Los negocios de los alrededores son conocedores del ambiente que hay y cuentan que ellos ven también cómo los clientes acuden a primera hora de la mañana. «La gente entra y sale, pero de momento no ha afectado negativamente a nuestro negocio», detalla el trabajador de un local situado en frente. Un propietario de al lado cuenta que no hay problemas de música elevada. «Si hay alguna molestia, hablamos directamente con el dueño», detalla.
Publicidad
IDEAL ha estado dentro del local en el que se celebran los 'afters' y ha hablado con Diego, el propietario del negocio. Una doble puerta da acceso a un lugar cuyo interior se asemeja a un bosque encantado, completamente oculto tras los muros, sin ventanas al exterior. El reloj marca las once de la mañana cuando el responsable acude para limpiar el recinto. «Recojo y lo dejo todo listo para la mañana siguiente», afirma. Las luces de discoteca aún no han dejado de brillar, pero pierden intensidad con la claridad del día, que se asoma por la puerta. Las botellas lucen tras una pequeña barra en la que Diego se encarga de servir las bebidas. «La única diferencia entre esto y un bar es que los clientes me piden copas y no café», dice mientras explica que cuenta con este tipo de licencia. El horario de apertura es de 07.00 horas a 10.00 de la mañana, aunque hay días en los que reconoce que se prolonga hasta las 13.00 o las 14.00.
Algunas pequeñas mesas con taburetes, un baño y un almacén completan un establecimiento que aún conserva la imagen y el olor de la fiesta que vivió hace apenas unas horas. El propietario cuenta que llegó hace varios años a Granada y montó una coctelería en Pedro Antonio, aunque finalmente decidió reinventarse y se adaptó a este modelo. Aunque admite que tanto Policía Local como Nacional acuden habitualmente a su negocio a registrar las instalaciones, asegura que no han encontrado «nada ilegal hasta la fecha».
Publicidad
Lleva un año con este negocio, pero los problemas han aumentado desde hace varias semanas porque las autoridades le obligan a tener la puerta del establecimiento abierta. Antes, él mismo controlaba desde el interior a quién dejaban pasar y a quién no con ayuda de un vigilante. «La gente entraba y ya no salía hasta que se marchaba», cuenta. Asegura que el inconveniente al que se enfrenta ahora está generado por la entrada y salida de los clientes a fumar, algo que él ya «no puede controlar». Cuenta que reforzará la vigilancia en la entrada del club tras lo sucedido este fin de semana, pero insiste en que lo único que quiere seguir con su negocio. «Necesito que me dejen vivir», sentencia a las puertas del local.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.