Agosto de 1944, París se libera del yugo nazi
AQUEL VERANO DE 1944 ·
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
AQUEL VERANO DE 1944 ·
Amanda Martínez
Granada
Lunes, 24 de agosto 2020, 23:39
La Historia escribió otro de sus capítulos unos meses antes, en junio en las playas de Normandía. Desde entonces los parisinos esperaban la liberación de la ciudad tras cuatro años de ocupación nazi. Aunque parecía que no estaba entre las prioridades del ejército aliado, que quería llegar cuanto antes a Alemania, De Gaulle supo que el gesto de la capital francesa libre era un símbolo potente y convenció al general Dwight Eisenhower para que mandara un ejército hacia París.
En la ciudad, el coronel Rol Tanguy llamó a la sublevación de los ciudadanos contra los nazis. Hubo huelgas, barricadas y la resistencia se organizó e intensificó la lucha armada contra el enemigo. En la batalla de París murieron 1.600 miembros de la resistencia y 3.200 en las filas alemanas.
El 24 de agosto, la Segunda División Blindada de Leclerc entró en París con la Nueve, una unidad de soldados republicanos españoles exiliados del franquismo, los primeros en entrar en el París liberado. Al día siguiente capituló la guarnición alemana que ocupaba la capital francesa. Llegaron a tiempo, la orden de Hitler era volar los puentes del Sena y lanzar sobre la ciudad una lluvia de bombas. «¿Arde París?», dicen que preguntó al enterarse de la liberación de la capital. Pero no era el sonido de las bombas lo que se escuchaba ya en las calles, era la Marsellesa y el repique de las campanas de Notre Dame anunciando que París era libre.
Durante mucho tiempo, las referencias a los españoles que participaron en la liberación fueron mínimas. Ante la vergüenza del régimen de Vichy, De Gaulle, se obstinó en que que Francia y los franceses habían protagonizado aquel gesto histórico lo que les permitió sentarse en la mesa de los vencedores.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
Fernando Morales y Álex Sánchez
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.