El agradecimiento de una mujer a los bomberos de Granada que la rescataron en su propio domicilio

Cristóbal y Marisol son un matrimonio muy conocido en el barrio de Los Pajaritos, en el que residen «desde el año 70». Allí han participado activamente en las actividades de la asociación de vecinos hasta que la salud se lo ha permitido. Ahora la situación se ha complicado. Marisol, que en verano cumplirá los 74 años, sufre lupus, artritis y artrosis, lo que limita mucho sus movimientos y le afecta al peso.

Su vida se ciñe a estar en la cama y a levantarse muy esporádicamente para intentar hacer algunas tareas del hogar. Y justo cuando pretendía hacer uno de estos quehaceres tan cotidianos este pasado sábado, como arreglar la cama, «le fallaron las piernas» y se cayó al suelo. No se pudo levantar. Su marido, Cristóbal, intentó ayudarle a ponerse en pie, pero «fue imposible», según cuenta. «Levantar más de 130 kilos es muy dificil y yo también estoy delicado de salud», relata Cristóbal. Su hijo también les echa una mano, pero tampoco se encuentra en su mejor momento: «Tiene un linfoma y ocho tornillos en la espalda, tampoco está para levantar peso», explica su padre.

Recurrieron al «botón rojo», el de asistencia a domicilio. Desde este servicio de la Junta de Andalucía avisaron, a su vez, a los Bomberos de Granada. «Me llamaron y en cinco minutos estaban cuatro hombres en mi casa». Ayudaron a Marisol a levantarse y se aseguraron de que estaba bien antes de marcharse. «Se portaron divinamente con nosotros, por eso Marisol se lo quiere agradecer públicamente a través del periódico«, cuenta este vecino de Los Pajaritos.

Cristóbal ha contactado este lunes con IDEAL para hacer llegar su mensaje: «Quiero agradecer a los cuerpos de seguridad la labor que hacen al ciudadano y que normalmente se desconocen». Tardaron «solo unos minutos en venir a casa» y pudieron subirla a la cama. Destaca de los Bomberos «su labor, amabilidad y calidez».

No es la primera vez que Marisol necesita asistencia por un episodio similar. Tanto la Policía Local de Granada como los propios bomberos acudieron en dos ocasiones anteriores por un suceso similar. «Estamos viviendo una mala racha», reconoce su marido, que se mantiene optimista pese a todo e intenta ver el lado bueno de cada circunstancia: «Al menos no se dio un golpe o se hizo una fractura en la caída», reconoce.

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