En el retrato del campo granadino, las mujeres no han recibido el reconocimiento ni económico ni jurídico pese a haber trabajado de manera intensa en la agricultura o la ganadería. Su aportación a las explotaciones ha sido considerada como una extensión de las labores domésticas ... y esto ha dado lugar a la invisibilización del trabajo de estas agricultoras en el medio rural. Este es el análisis que han hecho desde la Diputación de Granada, desde donde han puesto en marcha un plan para que las mujeres se «empoderen» en este ámbito laboral de tradición masculina.
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La Diputación granadina ha lanzado una campaña para que las mujeres tengan las fincas a su nombre junto con sus maridos. La diputada de Igualdad, Mercedes Garzón, explica que la figura del titular único «produce una desigualdad» sobre todo cuando la actividad se realiza en pareja, «ya que de cara a la sociedad únicamente uno de ellos es el responsable y representante legal de la actividad». Garzón apunta que generalmente, el titular es el hombre, mientras que la mujer pasa a denominarse 'ayuda familiar'.
Para acabar con estas situaciones, surge la ley, aprobada el pasado octubre, de la Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias. Con esta ley, se esperan «impactos positivos tanto en la mejora de la situación del sector agrícola en general, como de la agricultura y explotaciones familiares, en particular, al mismo tiempo que un empoderamiento de las mujeres rurales», expresa la diputada.
A finales de 2022 había 1.059 explotaciones inscritas con esta doble titularidad en España, pero en Andalucía apenas llegan a 40 y solo hay tres fincas en la provincia de Granada que están, según esta nueva ley, a nombre de ambos miembros del matrimonio o pareja legal. La explotación agraria de titularidad compartida es una unidad económica, sin personalidad jurídica, pero con efectos fiscales, que se constituye por un matrimonio, pareja de hecho o personas con una relación análoga de efectividad, para la gestión conjunta de una explotación agraria.
Desde la Diputación explican que existe cierta complejidad en los trámites de inscripción, que falta coordinación entre las administraciones implicadas y que el desconocimiento de la ley aleja a estas mujeres agricultoras de la posibilidad de compartir con sus parejas los papeles de las explotaciones.
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Por eso la Diputación ha puesto en marcha esta campaña de difusión y de acompañamiento de estas mujeres a lo largo del proceso administrativo. La campaña se desarrollará en medios de comunicación y redes sociales, además del envío directo a ayuntamientos y personas físicas y jurídicas, anunció la diputada de Igualdad.
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