Hay trabajos que te permiten lucir una sonrisa maravillosa, un cierto fulgor en los ojos y dormir a pierna suelta por las noches. Es lo que ocurre cuando trabajas en la Fundación Agua de Coco, el eco granadino de las ONG que cubre las necesidades ... básicas -alimentación y educación-, del alumnado de veinte proyectos repartidos por cuatro continentes del planeta en una labor que cumple ya treinta años.
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José Luis Guirao
Fundador de Agua de Coco
El fundador de Agua de Coco, José Luis Guirao, se encuentra estas fechas en Granada -vive habitualmente en Madagascar-, porque de tanto ayudar a todo el mundo no se le va a olvidar pasar unos días con su familia para estar con su madre, que cumplirá ya los noventa años de edad.
La sede de Agua de Coco es un batiburrillo de cajas abiertas y cerradas con abalorios malgaches, fotos de niños y niñas que participan en los proyectos, mapas de Madagascar y mesas de trabajo con ordenadores y material de oficina. La luz entra por las ventanas y también el frío de Granada.
También aparecen los recuerdos en la mente de José Luis Guirao. De los comienzos. De cuando en 1992 salió a la calle con dos perolas, una de arroz y otra de sopa, para dar de comer a la gente. Estaba en Camboya con Veterinarios Sin Fronteras -su profesión original-, y no pudo contenerse al ver el hambre a su alrededor.
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«Mas que cuidar a los animales, que también, me di cuenta que hay que cuidar a las personas. Sobre todo a la infancia. Más de treinta años después seguimos trabajando sobre el terreno con numeroso proyectos».
El siguiente paso llegó en 1994. Nació tras dos años de experiencias La Casa del Agua de Coco, que ahora es la Fundación Agua de Coco. «No quería un nombre triste, y que además, hubiera detrás de un sentido. Pensé que el agua de coco es el suero de vida, por la glucosa. El agua de coco es lo único que los camboyanos tenían para alimentarse».
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Tres décadas de trabajo da para muchas vivencias. «Son miles». Y para sacar conclusiones. «Lo importante es que el mundo no va por buen camino. Las diferencias entre el Norte y el Sur son más en todos los sentidos».
Además, prosigue, «nos faltan los valores esenciales, los que se aprenden en sociedades justas y equilibradas, pero se pierden en esta sociedad de consumo, de egoístas, donde miras por ti y por tu interés propio y no por el vecino. Ahora, en Europa estamos con la guerra en Ucrania. La gente no aprende».
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Hay una cara positiva. Salvan vidas. «Es una maravilla. Hacemos desarrollo sostenible y creamos esperanza. Hacemos realidad muchas ilusiones de gente que no la tenía». Por eso desarrollan proyectos a largo plazo.
El resultado es que han creado una red social de Agua de Coco que ya es internacional. «Somos granadinos y defendemos que somos granadinos perro también somos internacionales. Estamos en España, Francia, Andorra. Suiza, Suecia, Hungría, Canadá, Camboya, Brasil y Madagascar. Esto también nos hace fuertes. Somos muchos y con el mismo empeño».
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Ahora mismo están trabajando en varios proyectos desde Granada. Uno de ellos muy querido para José Luis Guirao es con el Colegio Oficial de Veterinarios. «Siempre se han portado muy bien conmigo. Tenemos una relación estrecha. Y justamente la semana que viene hacemos un hermanamiento pensando en un futuro viaje solidario de los veterinarios de Granada a Madagascar para intercambiar experiencias».
Valerie Delinois Prévil
Responsable de proyectos educativos en Agua de Coco
Y, otro más, precioso, es con el Biodomo del Parque de las Ciencias. «¡Es que los lemures del Biodomo son de Madagascar!», cuenta entusiasmado. «Los lemures son una de la especie endémica de Madagascar y el Biodomo nos acompaña en un proyecto de protección de la fauna y flora in situ en Madagascar. Ellos nos financian».
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Otra de las iniciativas estrella de Agua de Coco es el proyecto Namana, de hermanamiento entre escuelas de Madagascar y Granada, subvencionado por la Diputación de Granada, explica Valerie Delinois Prévil, responsable de proyectos educativos en Agua de Coco.
«Trabajamos con muchos colegios de Primaria para que haya un hermanamiento y los escolares puedan tener una relación más o menos directo con escuelas de Madagascar. Trabajamos los valores como el conocimiento del otro o la solidaridad. El resultado es buenísimo. Y lo importante es que acercamos dos mundos», comparte.
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El próximo 10 de diciembre celebran una cena abierta al público que quiera asistir en el Hotel Saray, donde José Luis Guirao contará a todos los asistentes cómo está la situación en Madagascar. «El objetivo es explicar a a red social que somos Agua de Coco los tres ejes de nuestra lucha».
1-Lucha contra la malnutrición y la hambruna en el sur Madagascar, porque son los primeros desplazados climáticos según la ONU. Hace 40 años que no llueve. El proyecto es de hacer pozos, escuelas y un sistema sanitario.
2-Lucha contra los malos tratos infantiles. Han creado una plataforma para la protección de los derechos de la infancia junto a 23 ONGs que trabajan también en Madagascar.
3-La educación popular. Lo que aquí se llama extraescolares. Cuenta que se ha demostrado con una tesis doctoral con la Universidad de Quebec en Canadá que el bienestar de los niños y niñas mejora con las actividades extraescolares. «Tenemos escuelas deportivas y musicales en las que el alumnado mejoran su educación y autoestima».
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