Un Seat 127 de color amarillo del año 1978 se encuentra estacionado en la plaza del Hermano Carlos, en el barrio granadino de la Bobadilla. ... Su propietario se llama Manuel Domingo Peláez, funcionario jubilado del Ayuntamiento de Granada y memoria viva de los aconteceres de plazas, calles y jardines que brotaron desde el fondo del impulso democrático que modernizó los barrios granadinos y los dotó de las infraestructuras más básicas. Desde el asfaltado de las calles principales del barrio del Zaidín hasta la llegada de la red de agua potable y el alcantarillado a la Bobadilla, en el confín del término municipal, barrio ya hundido en la Vega.
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En ese mismo cochecito amarillo apareció hace ya cuarenta años el alcalde de la ciudad, Antonio Jara, para inaugurar la plaza del Hermano Carlos, que simbolizaba la cristalización de una fuerza que en aquella década de los años ochenta fue imparable. Por un lado, el trabajo de las entonces creadas asociaciones de vecinos de los barrios unidas, fuertes, reivindicativas, solidarias y combativas. En el otro lado del campo de juego, un ayuntamiento democrático que tenía por delante la modernización de una Granada mohosa cuyos barrios necesitaban imperiosamente una inversión en decencia traducida en servicios básicos.
Víctor Manuel García
AAV Bobadilla
Recuerdan su vida, su infancia y mocedad sobre la misma plaza que simboliza las cuatro décadas. Empieza Gabriel. «La plaza era de tierra y los chaveas jugábamos al fútbol. Rompíamos cristales y los vecinos nos quitaban la pelota». Ytodos se ríen a carcajadas que les devuelven a aquellos años. Teresa tercia entonces con su memoria. «Venía un señor mayor de Maracena con su acordeón y hacíamos verbenas. La gente joven bailábamos como antiguamente. Yo me acuerdo aunque era muy chiquitilla».
En el fútbol y los bailables están de acuerdo. Pero disienten por el nombre del lugar. «El nombre de la plaza tiene su asunto. No entendemos ese nombre de Hermano Carlos. Antes no se llamaba así», coinciden.
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Roberto es el mayor de este grupo. Lleva una mascarilla por si las moscas. Estaba presente el día de la inauguración de esta plaza. Vino el gobernador civil y el alcalde. «Jara Andreu se enchuló con el barrio y le permitió todas las cosas que no tenía, el agua y la luz eléctrica y el alcantarillado».
Resulta que la Bobadilla nació como barrio particular. «El agua antes la pagaba el centro de Tabaco (Cetarsa), pero luego lo puso el Ayuntamiento y ya vinieron a cobrarnos todos los recibos que antes no nos cobraban. La luz por Sevillana y el agua y las basuras por el propio Ayuntamiento».
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Víctor Manuel García es el presidente de la asociación de Bobadilla, asiente con la cabeza a lo recuerdos de los vecinos y traslada las reivindicaciones de entonces al presente. «El barrio está bastante bien. La mayoría de los servicios los tenemos, pero siempre hay reclamaciones». Por ejemplo, «la frecuencia del bus que solo viene una línea y no paran las metropolitanas. Es un inconveniente».
Como en todos los barrios, el tema de la limpieza está bien presente. «Estamos cansados de reclamar que se limpie más y haya más presencia de barrenderos. Viene uno a la semana. Y no siempre». También quieren que la Azucarera, en manos de la Universidad sirva para hacer que el barrio sea más atractivo, «y no un mero parque de atracciones». Por último, piden el soterramiento del tren de la mano de la Marea Amarilla. «Luchamos para que se conecte el barrio con la ciudad con zonas peatonales, y un carril bici. Incluso, que el tranvía pase por el futuro soterramiento para conectar el barrio con la ciudad». No se olvidan de la Acequia Gorda,«porque da problemas de suciedad, de olores y bichos, las plagas de mosquitos son frecuentes y hay muchas ratas». Es un problema de siempre en el barrio.
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Manuel Domingo Peláez
Funcionario jubilado
Mientras los problemas se reivindican y se van solucionando, la plaza del Hermano Carlos se mantiene bella como hace cuatro décadas. Se aprecia el seto que circunda la fuente y la placa de piedra Sierra Elvira con el siguiente texto:«Esta plaza ha sido iniciativa de don Juan Tapia, quedando inaugurada por don Antonio Jara Andréu, Alcalde de Granada. 15 de julio de 1983».
«Durante estos cuarenta años, la plaza se mantiene como el primer día de su inauguración. El suelo está perfecto (es igual que el que está colocado en la plaza de la Trinidad) y la fuente (como la de la plaza de los Campos)funciona a la perfección», explica Manuel Domingo Peláez. Es una forma de hacer Granada que empezó hace ya cuarenta años.
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