Carlos Balboa, MJ Arrebola y María V. Cobo
Miércoles, 13 de noviembre 2024, 00:32
En un lapso de apenas dos horas, entre las ocho y las diez de la noche, los niveles de alerta por fuertes precipitaciones fueron subiendo, las alertas evolucionando y empezaron a llegar las medidas. Lo ocurrido en Valencia hace apenas dos semanas ha cambiado ya la forma de actuar ante alertas meteorológicas. Para la jornada de este miércoles, la Costa estaba en alerta amarilla, a primera hora de la tarde, pero con la actualización de las previsiones de la Agencia Española de Meteorología se elevaron a naranja. Los municipios, reunidos durante la tarde, y en coordinación con la Junta de Andalucía, empezaron a solicitar medidas de protección de las personas que se anunciaron al filo de las nueve y media de la noche.
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El riesgo de fuertes precipitaciones hizo que los propios ayuntamientos empezaran a pedir la suspensión de las clases. Y así se anunció para Motril, Almuñécar y Albuñol en una primera tanda, a la que se unió a los pocos minutos Salobreña y Torrenueva-Costa. También otros municipios del interior de la provincia, como Íllora o Moclín, anunciaron también de madrugada la suspensión de las clases desde las escuelas infantiles hasta Primaria y Secundaria. Finalmente se ha extendido a la capital y la cuenca del Genil.
Hasta 94 municipios han suspendido la docencia tanto para los alumnos de Infantil y Primaria como para los de Secundaria. Además, se cancelaba también la actividad en los centros de día. A las once de la noche, el Ayuntamiento de Motril anunciaba a sus empleados municipales que cerraban todas sus instalaciones, por lo que no tendrán que ir a sus puestos en la jornada del miércoles, a excepción del personal de Protección Civil.
Estas medidas no se recuerdan en alertas meteorológicas en décadas y tratan de evitar situaciones como las vividas en la Comunidad Valenciana.
Las escenas se repetían en todos los puntos de la Costa. Luisa García Chamorro, alcaldesa de Motril, explicaba que durante toda la tarde habían estado reunidos. «Hemos creado un comité de emergencia por la DANA, y ante las noticias que han llegado nos hemos puesto en contacto con Antonio Granados, delegado del Gobierno de la Junta y le hemos solicitado la suspensión de las clases en Motril. Entendemos que es más fácil prevenir que curar», apuntaba García Chamorro. «Vamos a estar pendientes de todos los puntos problemáticos, apuntaba la regidora, que anunciaba que había contactado con Cruz roja o con empresas de maquinaria pesada por si fuera necesario. «Pondremos todo de nuestra parte para que las consecuencias de la DANA sean las menores posibles para Motril», zanjaba la alcaldesa.
En Almuñécar, situación similar. Juanjo Ruiz Joya, el alcalde, solicitaba la suspensión de las clases a la Junta de Andalucía y pedía a sus vecinos que extremaran la precaución ya desde la madrugada del martes.
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Javier Ortega, alcalde de Salobreña, reiteraba el mismo patrón. «Está en permanente contacto con la Subdelegación del Gobierno y ha dado traslado a todos los jefes de servicio para que comunique a los trabajadores que eviten desplazamientos. Además se mantendrán este miércoles los equipos de emergencia coordinando las labores de prevención en el municipio», señalaban desde el Ayuntamiento.
La alcaldesa de Albuñol, María José Sánchez destacaba igualmente que «desde el Ayuntamiento llevamos toda la tarde realizando tareas de prevención a lo largo del municipio, además de informar a la población que hemos activado el plan de emergencias». Añaden que están coordinados con los agentes del territorio implicados en este plan.
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La alerta naranja llegó también, durante la tarde, a la capital de Granada y la cuenca del Genil, donde se esperaban hasta cien litros acumulados en 12 horas. Alerta que saltó casi directamente al estado naranja. Según fuentes municipales, la capital se encontraba en fase de preemergencia por inundaciones. Se preveía el balizamiento de los pasos a nivel, para evitar vehículos o personas atrapadas, pero al filo de la medianoche no se valoraban la suspensión de clases ni de la actividad en edificios municipales. «Durante esta fase se hará seguimiento de los sucesos, hasta que un análisis de su evolución llegue a la conclusión de que la inundación es inminente, o bien determine la vuelta a la normalidad», señala la fase de preemergencia.
El Ayuntamiento de Granada capital indicó a todos los trabajadores que dispongan de medios para desempeñar sus funciones desde su domicilio que teletrabajen y que no acudan a su puesto de trabajo.
La suspensión de las clases tanto en la capital como en todas las localidades próximas al Genil se barajó hasta bien entrada la madrugada y algunos municipios decidieron tomar esta medida de forma aislada. En Íllora y en Moclín, sus ayuntamientos cancelaron toda la actividad docente para este miércoles (en el segundo caso fue una recomendación) y anunciaron el cierre de las escuelas infantiles municipales, las instalaciones deportivas de la localidad y la suspensión de todas las actividades en los edificios de usos múltiples.
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Finalmente, sobre las tres de la madrugada, la consejería de Educación elevó la suspensión de las clases a todos los centros de Granada capital y de la cuenca del Genil.
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