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Laura Ubago
Martes, 11 de junio 2024
Que los alcaldes y los concejales tienen mucho mérito es algo innegable. Actos a deshoras e interrupciones de vecinos mientras transcurre la vida de estos políticos son algunas de las desventajas de gobernar en municipios y ciudades. Sin embargo, el poder ayudar a los ciudadanos es una recompensa incomparable. Con este planteamiento inicial, el periódico IDEAL organizó ayer un acto de políticos para hablar de la propia política y cómo la viven. Un foro, respaldado por la Diputación de Granada, al que acudieron los cargos electos mas representativos de la provincia y que estuvo cargado de buen ambiente y de sanas intenciones comunes.
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El director del periódico, Quico Chirino, fue el encargado de moderar el debate entre dos representantes de los grandes partidos que dieron su visión de su vida política, de la que ya se han retirado. Sobre el escenario del teatro de la Fundación CajaGranada, Alfonso Alonso y Antonio Martínez Caler despacharon sobre sus vidas como alcaldes, el primero de una gran ciudad y el segundo, de un pueblo pequeñito.
Alfonso Alonso (PP) fue alcalde de Vitoria y ministro de Sanidad. Este comenzó la charla con ese recuerdo a su vida política, que ya dejó, y lo que echaba de menos, algo tan sencillo como la adrenalina. «Los alcaldes son una ventanilla única, Dejé de ser alcalde en 2007 y, menos asistir a partos, he hecho de todo», manifestó con humor. A Alonso lo siguen parando por la calle y tiene clarísimo que la política va vinculada a la vocación social. «Si no te gusta ayudar a la gente, no te metas en esto. Te tiene que gustar hablar y ayudar a los vecinos», expresó.
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Antonio Martínez Caler (PSOE) fue, durante ocho años, también presidente de la Diputación de Granada y ensalzó en una de sus primeras intervenciones, a las mujeres alcaldesas. «Cuando llegas a un ayuntamiento quieres hacer política y lo importante es el sujeto. En un municipio te abordan en un bar, por la calle, todo el mundo tiene tu teléfono y se presentan hasta en tu casa», indicó sobre la parte intensa de ser alcalde, a la par que se acordó de todas esas mujeres que han sido y son alcaldesas no sin dejar de pedir que se sigan haciendo políticas que favorezcan esta presencia de la mujeres en el municipalismo.
El director de IDEAL puso sobre la mesa el asunto complicado de la financiación de los ayuntamientos, algo que ambos expolíticos han vivido de manera diferente. Mientras Alfonso Alonso había tenido más recursos en el País Vasco, Martínez Caler destacó la complicación de gestionar un ayuntamiento pequeño que depende de los impuestos de los vecinos. Lo que sí defendieron ambos a capa y espada es la figura de las diputaciones, a veces cuestionadas, pero imprescindibles, según expusieron ambos.
El tema más actual de la noche fue el de la confrontación política. Chirino planteó y preguntó si era una cuestión del pasado o si actualmente se vivían estos momentos de crispación.
En esta cuestión Alfonso Alonso indicó que lo importante ante la confrontación «es la responsabilidad». «Nunca me gustó la exaltación. Cuanta más responsabilidad tiene un político más prudente debe ser. Ese es un aprendizaje y los partidos centrales deben tener ambos esta responsabilidad. Tienen que hablar, ponerse de acuerdo para pactar un país y después disputar un gobierno con toda la pasión».
Antonio Martínez Caler valoró que antes no se sobrepasaban unas líneas rojas, que ahora sí. «Ahora hay planteamientos duros, antes no se metía a la familia, no se hacían ofensas personales», dijo. Por eso, el exdirigente socialista entiende que PP y PSOE «tienen que hablar porque lo que está pasando es terrible. Le hacemos daño a la democracia y tenemos que dejar la puerta abierta siempre al diálogo».
También tuvieron los participantes oportunidad de recordar sus mejores momentos en política. El de Alfonso Alonso fue promover, como ministro de Sanidad, un tratamiento contra la hepatitis C. «Tuve el mérito de sacarle mil millones a Montoro y poder ayudar a la gente fue mi mayor satisfacción», recordó.
El momento más feliz y más duro se fusionaron en un mismo día para Antonio Martínez Caler. «Fue el día de mi investidura como presidente de la Diputación. Fue el momento mas feliz pero también el más duro porque no estaba mi padre, que había sido bracero y que me hubiese encantado que lo pudiese ver», rememoró.
Para terminar, ambos valoraron con humor el resultado ajustado de las pasadas elecciones europeas. Con sus comentarios demostraron que, con respeto, nunca se está lejos del rival político y que estos dos grandes partidos están condenados a entenderse por el bien común. Y así lo entendieron ambos en su vida política mientras estuvieron en activo y ahora, cuando lo observan desde la distancia. Esa distancia que les hizo hablar de manera distendida y encontrarse en sus vivencias comunes.
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