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Torres Molina
Amor por una tartana
Crónicas granadinas

Amor por una tartana

Domingo, 22 de mayo 2022, 00:09

Nacer en el Albaicín te proporciona un conocimiento del lugar y sus gentes, que te hace distinguir entre esa vida de Puerta Real y ese barrio milenario, sedimentado por tres culturas, o tal vez, cuatro, en el que la vida discurría en otro 'tempo', con ... la impronta de un carácter propio y diferenciador en sus gentes. Mis ojos de niño vieron funcionando aquellos telares, junto al cuartel de la Guardia Civil que comandaba el cabo Colomera, y los serones de aquellos mulos repletos hasta los topes de cacharros de Fajalauza, que sobrevivían a tan rudimentario transporte, unas veces envueltos en papel de periódico, y otras, separados por un puñado de paja. Ahora que Cecilio Morales no me oye, vengo en decirle que fue un vecino ejemplar, entregado en cuerpo y alma a las vasijas de barro, y que nadie antes que él puso a la cerámica granadina, en las más altas y nobles mesas y vitrinas de la realeza española. Con el tinte exacto, la pincelada justa y el tiempo de cocción precisos, Cecilio ha sido toda su vida un ejemplo de lo que de verdad entraña ser una artesano que linda con el arte, y la buena hechura humana. Su legado es imperecedero, y me consta que está en buenas manos.

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