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El Grupo de Rescate de los Bomberos trabaja por todo el mundo. Pepe Marín

30 años de crisis, terremotos y rescates por todo el mundo

Los especialistas en catástrofes han viajado a países como Turquía, Marruecos o El Salvador para salvar vidas

Viernes, 27 de diciembre 2024, 00:42

El Greps, Grupo de Búsqueda y Rescate de Personas Sepultadas de los Bomberos de Granada, ha cumplido treinta años. Nació en 1994 y cinco años después, los primeros miembros se desplazaron a Turquía. Un terremoto devastador asoló el país y lo sembró de cadáveres y ... de personas sepultadas. Dos años más tarde se desplazaron a El Salvador. Eran conscientes de la dificultad de encontrar gente con vida bajo los escombros. Sin embargo, y gracias al entrenamiento, trabajaron sin descanso y lograron rescatar con vida a dos personas. «Este resultado justifica las horas de sacrificio y formación de todos los que forman parte del Greps», explica Francisco Sánchez Reyes, bombero jubilado y uno de los padres fundadores de este servicio, con un reconocimiento internacional ganado año a año desde 1994.

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También recuerda el germen de la fundación de este cuerpo de élite. «Entre diciembre de 1993 y enero de 1994 se suceden en Adra-Berja una serie de terremotos de mediana intensidad que hacen saltar las alarmas», recuerda. «Se suma a que habían pasado ya los cien años del terremoto de Alhama, y estadísticamente se consideraba que el periodo de retorno había comenzado», explica. Oséase, que se podía repetir, aunque no deja de ser una estadística. «Todo junto despierta la preocupación. Aquí va avenir un terremoto gordo». Hay que estar preparados.

«Cinco años después de la creación del grupo, el Gobierno nos envió a Turquía como primera fuerza de intervención»

El engranaje se pone en marcha. Protección Civil, Junta de Andalucía y los ayuntamientos de Sevilla, Almería y Granada acuerdan la creación de grupos especializados para la respuesta ante desastres sísmicos. La Junta facilitó la formación de los especialistas de los tres equipos en las tres capitales, Protección Civil aportaba un contenedor con materiales y herramientas de intervención y los tres ayuntamientos, los bomberos.

Paso a paso, los grupos de rescate van tomando forma. En 1994 la Escuela de Seguridad Pública Andaluza organiza un curso especializado para formar a los tres equipos. Se contaba la experiencia de los bomberos de Sevilla que participaron en rescates en el gran terremoto de México de 1985. Más adelante, Sevilla y Almería recogieron los materiales pero no se formalizó un grupo de rescate. Granada sí cumplió el acuerdo. «Estábamos más concienciados ante el riesgo sísmico. Fuimos más constantes, cabezones. El hecho es que el único lugar donde se creó un grupo especializado fue aquí en Granada».

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Llegó el tiempo entonces de los entrenamientos. «Durante estos años Granada continuó con la formación específica. Pero pensamos que no tenía sentido. Estábamos en horas bajas, desmotivados». Pero llegó el terremoto de Turquía en 1999 y todo cambió. «Cinco años después de la creación del grupo de rescate, donde solo habíamos entrenado y realizado simulacros que lo veíamos como una situación frustrante y que no servía para nada, el Gobierno decidió enviarnos a Turquía como primera fuerza de intervención».

Fue un revulsivo. Un grupo en horas bajas que casi termina desapareciendo se dio cuenta de que el esfuerzo realizado y la especialización daban resultados. «En Turquía rescatamos a dos personas con vida. Fue muy estimulante. Volvimos con una gran experiencia. Fue el mejor curso de formación, dentro de la propia catástrofe. A partir de aquí las prácticas se enfocaron de otra manera, más pegadas a la realidad que ya conocíamos. Fue muy duro Turquía. Muchos volvimos con estrés postraumático. Pero aprendimos mucho y nos puso las pilas de cara al futuro».

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Fue el principio de una carrera llena de intervenciones por doquier. Tanto en países extranjeros como Turquía, El Salvador o Marruecos, como en el territorio nacional y también en Andalucía y en toda la provincia de Granada.

Testimonios, experiencias

Francisco Sánchez Reyes tiene mucho que contar. Empezó con el grupo de rescate en Turquía en 1999 y terminó en el mismo país al filo de la jubilación el año pasado, 2023. «Son tantas cosas las que se aprenden…», recapacita. «Lo primero es que somos más vulnerables de lo que pensamos y no nos damos cuenta hasta que ocurre una tragedia. Los desastres naturales ocurren en muchos sitos y no en todos hay el mismo número de víctimas. La conclusión es que las viviendas mal construidas también matan».

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El jefe de Bomberos de Granada, Gustavo Molino, destaca la importancia de la concienciación. «En el nivel de la prevención, hay que pensar que el siniestro puede ocurrir en cualquier parte, que te puede tocar a ti. Tampoco podemos perder de vista el tema sísmico, dentro de trasladar la tranquilidad de que en Granada se hacen las cosas correctamente porque es una zona sensible sísmica».

También está el nivel operativo, donde destaca la importancia de los equipos de trabajo, la coordinación y la organización. «Que trabajes como entrenas. Es muy importante lo que decía Francisco al principio, que es muy difícil recrear un espacio como las tragedias, pero lo tenemos que intentar porque nos pone en la situación que nos espera».

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Gustavo Molino lo tiene claro. «El único camino es la formación continua, los grupos de trabajo, la importancia de cada miembro». A partir de aquí, tener unas condiciones mínimas durante los días que vas a estar en zona de desastre, tanto de seguridad o con comfort cuando descansas, que son pocos ratos». Por eso tienen autonomía y capacidad de acción. «Piensa que la gente acude al campamento donde estábamos y nos pedían directamente ayuda. Había cola en la puerta de nuestra tienda. Querían que buscáramos a sus familiares. Intentas dar respuesta, vas con los perros de la unidad caninda, que son fundamentales, pero no es todo lo satisfactoria que quieres, porque han fallecido. Aun así, el nivel de agradecimiento, a pie de zona, es máximo».

Muertos entre los escombros

Luis Marín es el jefe del Grupo de Rescate de los Bomberos de Granada. Estuvo en Turquía en 2023. «Vas con la idea de encontrar a personas con vida. Es nuestro objetivo, nuestra obsesión. Y no lo conseguimos. Solo encontramos muertos entre los escombros. Te genera en un primer momento una frustración grande, pero la he compensado porque está la familia viviendo a pie de la montaña de escombros que era la vivienda y sabían que dentro hay familiares. Y estaban ahí esperando al rescate, vivos o muertos. Te das cuenta que la labor es importante. Te llevas el agradecimiento de la gente. En el aeropuerto la gente te para y te da las gracias y te ofrece cualquier cosa que lleva en el bolsillo. Están totalmente traumatizados por la tragedia y les ayuda a recuperarse que gente de otros países llegue a ayudarles».

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