Vanessa Romero, la concejal de Maracena secuestrada el martes por la mañana, pudo salir del maletero del coche a través de los asientos traseros del vehículo y, tras abrir la puerta del bajo o cochera donde la habían dejado, recibió ayuda de un joven ... para quitarse las bridas de los pies. «Yo la vi con las bridas puestas en los pies, estaba con la cara descompuesta y le pregunté si necesitaba algo. No me contestó porque estaría destrozada. A su lado había un joven y otra persona que se acercó en ese momento», relata a esta redacción la vecina de la planta superior donde está la cochera o bajo comercial donde dejaron a la edil secuestrada.
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José R. Villalba
La interlocutora prefiere no dar su nombre y ha sido preguntada por IDEAL poco antes de entrar en el número 4 de la calle del Descubrimiento de Armilla acompañada de una niña y un adolescente. «Yo soy vecino de esta zona y solo vi dos coches de la Guardia Civil que estaban frente al portón marrón. Me extrañó bastante, pero no sé exactamente qué pasaba», advierte Alberto, otro vecino de la zona, tras ser preguntado por IDEAL. Cuando se entera de lo ocurrido, exclama: «¡No me lo puedo creer! ¿Un secuestro?», pregunta. Esa es la tónica habitual de quienes son preguntados sobre lo ocurrido, vieron Guardia Civil pero nadie sabía exactamente por qué estaban allí los agentes del instituto armado.
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«No sabía que era un secuestro, desde luego la pobre mujer tenía la cara descompuesta. Cuando yo la vi, estaba de pie junto a la puerta de este local y con los pies sujetos con bridas. No hablaba. Habitualmente en ese local no suelen meter coches, en los últimos meses se ha visto algo de movimiento de forma esporádica, como si lo estuvieran preparando para hacer algo», explica la vecina del número 4 de la calle Descubrimiento del municipio de Armilla.
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En la esquina de la calle hay un pequeño local con una persiana entreabierta. Tras ser solicitado sale un joven al que se le pregunta si vio algún movimiento ayer por la mañana. «Me han dicho que esta mañana, (por ayer), hubo Guardia Civil aquí, pero no le sé decir por qué», concluye. Un hombre mayor que dice llamarse Manolo, acaba de aparcar su coche en la calle Reyes Católicos, perpendicular al lugar donde ocurrieron los hechos. «Pasé esta mañana (por ayer) y se veían un montón de civiles (agentes del instituto armado). Era raro, pero ni pregunté. Yo iba paseando a mi perro y poco más le puedo decir», esgrime.
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El presunto secuestrador tenía el local alquilado desde hacía unos meses con la intención de instalar allí una tienda de productos para niños, según han informado fuentes allegadas al sujeto detenido por el secuestro de la concejala. En la puerta del local aún es visible el precinto de la Guardia Civil.
Curiosamente, el local de la calle del Descubrimiento de Armilla donde fue encerrada la concejala en el maletero de un coche dista menos de treinta metros de la calle Reyes Católicos del mismo municipio, donde la pasada Nochebuena un individuo descerrajó un disparo contra su pareja cuando estaban a punto de comenzar a cenar con otros familiares. La víctima estuvo al borde de la muerte.
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