Se llevó 26 jamones

Crónica de un robo de pata negra en un hotel de Albolote: «En el coche había grasa por todas partes»

Los hechos se remontan a la madrugada del pasado jueves, 3 de agosto, cuando en el Reyes Ziríes reinaba la calma. El recepcionista aprovechó para salir al patio a regar las plantas, una tarea que no le llevó más de cinco minutos. Cuando regresó, escuchó un ruido en la planta baja, donde se encuentra la cafetería. Alguien había entrado por la ventana. «Miró las cámaras de seguridad y había un encapuchado. Se estaba llevando los jamones y cargándolos en unos contenedores de basura limpios que tenemos fuera», cuenta Diego. No lo hizo solo, le acompañaban otros tres individuos cuyos rostros también estaban ocultos.

El recepcionista llamó inmediatamente a la Guardia Civil, que no tardó ni cinco minutos en llegar y coordinó a las patrullas de los Puestos de Colomera y Santa Fe, así como otra patrulla de la Policía Local de Albolote. Los ladrones ya habían huido. Los agentes de la Benemérita visualizaron las cámaras y comenzó el dispositivo de búsqueda, que no tardó mucho tiempo en concluir.

Unas voces en el área situada en el lado contrario de la autovía alertaron a los agentes. Se trasladaron hasta allí y encontraron a un chico en un vehículo que decía haber ido «a buscar a unos amigos». Coincidía con la fisionomía de uno de las personas captadas por las cámaras. Al registrar el turismo fue evidente: «Olía a jamón y había grasa por todas partes».

El joven acabó admitiendo su participación en los hechos, como detalla la Guardia Civil, e indicó a los agentes que los había escondido en una vivienda de Atarfe. Como los 26 jamones y los cuatro ocupantes no cabían en el vehículo, decidieron que el conductor llevase primero el producto a un lugar seguro para después regresar a por sus compañeros. No les dio tiempo.

El conductor fue detenido y puesto a disposición judicial como presunto autor de un delito de robo con fuerza, mientras que continúan las pesquisas para dar con los otros tres autores.

La Benemérita devolvió el producto al hotel a las pocas horas. Por su parte, en Reyes Ziríes hacen balance del daño tan inmenso que les hubiera causado el robo. Los 26 jamones eran pata negra. «Hubiéramos perdido unos 10.000 euros en producto. Compramos para la temporada y lo ofrecemos, por ejemplo, para las bodas que organizamos en agosto y septiembre», cuenta Diego. En efecto, el hotel tiene salones sociales y de celebraciones por los que pasan decenas de personas estas semanas.

Diego detalla también que el joven detenido por el robo se presentó al día siguiente junto a su abogado para pedir que no lo denunciaran, aunque obviamente no le harán caso. «Queremos que entren en prisión para que no lo hagan de nuevo. El daño que pueden causar a un negocio es tremendo», concluye el director.