Peligros llora el fallecimiento de Susana, una de sus vecinas «más queridas»

La familia Ramírez es de Peligros de toda la vida. Les gusta juntarse sin motivo aparente y están muy unidos. Susana era uno de los pilares fundamentales. Estaba casada y deja a una hija de 18 años, así como a dos sobrinos a los que adoraba. «La tita Susan le decían. Era un encanto de niña para todos», cuenta emocionado su hermano Manuel. La describe como una «muy buena persona, con muchísimos amigos», como Yolanda, María José y Maribel, sus mayores confidentes. Sus compañeros de trabajo de El Corte Inglés, empresa en la que entró cuando estudiaba Derecho, también la echarán mucho de menos.

Susana era feliz, pero la enfermedad detuvo todos sus planes. El tratamiento fue «muy duro», con solo una semana de descanso cada tres, pero aún así siempre intentó mantenerse activa. «Ha dado una lección de valentía a todos, siempre la veías con buena cara», explica su hermano. Durante los meses de tratamiento estuvo vinculada a la Uapo, la fundación creada por Jesús Candel, donde la ayudaron a sentirse mejor.

Su pérdida ha sido un «mazazo» impresionante para todos. El pueblo se volcó con la familia tanto en la misa como el funeral, arropándolos. «La gente decía que no había visto tanta gente en un entierro en años, es que era muy querida», recalca Manuel. La familia la recordará siempre con ese brillo que la caracterizada. Y seguirán muy unidos, como hasta ahora. Por ella.