Apenas una decena de clientes hacen la compra durante la tarde de un miércoles cualquiera en un supermercado cercano al ayuntamiento de Fuente Vaqueros. Aunque ... el ajetreo ha sido mayor por la mañana, aparenta ser un lugar en calma y pacífico. Sin embargo, sus cámaras de seguridad revelan todo lo contrario. La dirección del establecimiento ha registrado un total de 80 denuncias por robo, hurto o amenazas en lo que va de 2023. Sus cinco empleados lidian con esta oleada de delitos los siete días de la semana. Una situación que desgasta la moral de una plantilla indefensa y atemorizada.
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Todos ellos tienen mucho que contar. No es sencillo acudir cada día a trabajar con miedo a sufrir un atraco o a ser amenazado de muerte por los ladrones. La mayoría de ellos, vecinos del propio municipio. Por temor a represalias de los presuntos delincuentes, ninguno de los trabajadores accede a desvelar su identidad real para IDEAL. Utilizando un nombre falso, Paula explica que los robos se llevan sucediendo varios años en el establecimiento.
«Desde que entré en la empresa no paran de producirse estos delitos. Al principio intentas actuar, pero te amenazan y te amedrentan. No es una situación fácil. He pensado en dejarlo e irme, pero no tengo otra cosa», relata Paula, que no puede desplazarse del municipio para trabajar fuera al no disponer de vehículo privado. Sus compañeros del supermercado llevan menos tiempo que ella en el local, pero su sensación es la misma. «Venimos a trabajar con miedo porque las amenazas se cumplen. Se han dado casos de agresiones a compañeros fuera del establecimiento. Compañeros que habían llegado al pueblo para trabajar y que se han marchado para escapar de todo esto. No hay derecho», denuncia Verónica.
Según la dirección de la cadena de supermercados, el 60% de los hurtos y robos que tienen lugar en el establecimiento corren a cargo de «seis o siete personas». Todas ellas vecinas de Fuente Vaqueros. Isidro reconoce que «esto es un pueblo pequeño en el que nos conocemos todos. Sabemos perfectamente quién viene a robar y quién paga religiosamente su compra. Los ladrones tienen mucho descaro. Te conocen de toda la vida, te ven por la calle y, aun así, te roban. Les da igual».
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Los robos masivos no pasan desapercibidos para los clientes del supermercado. Aquellos que sí pasan por caja antes de abandonar el local. Con una bolsa a cada mano, un varón que supera la setentena confiesa que los robos «son muy habituales en la tienda. Es una pena que se conozca a Fuente Vaqueros por este tipo de noticias. O no hay solución o nadie hace nada para ponerle fin. Es triste».
Al igual que la clientela, la plantilla se resigna cada día esperando a que su turno finalice para poder salir de allí y recuperar la tranquilidad. «Nos hemos acabado acostumbrando a los robos. Aquí seguiremos mientras no nos quede otra», coinciden los trabajadores. Según la empresa, en 2022 se presentaron más de 400 denuncias ante el Juzgado de Santa Fe por robo, hurto, amenazas o quebranto de condena en este supermercado de Fuente Vaqueros.
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