Arranca la nueva zona azul en Granada con máquinas precintadas y sin funcionar

A lo largo de la semana pasada, el equipo de gobierno avanzó que la puesta en funcionamiento de las nuevas plazas estaba cercana. Sin embargo, la imagen de las máquinas envueltas en plástico en puntos de Ronda o Beiro a lo largo de este fin de semana daba a entender que aún faltaban varios días para que se activaran.

Todo cambió a las 11:20 horas de este lunes, cuando el Ayuntamiento comunicó a través del correo electrónico de la entrada en vigor de las nuevas plazas. En el encabezamiento de la nota, el equipo de gobierno confirmó que las limitaciones iban a empezar a funcionar con carácter inmediato y animaba a la ciudadanía a solicitar el bono para aparcar en las zonas afectadas con tarifas reducidas.

Desde el área de Movilidad se enmarcaba la iniciativa en la «voluntad del equipo de gobierno de avanzar hacia un modelo de desplazamiento más verde y amable para la ciudadanía» y la edil Ana Agudo recordaba que el Gobierno municipal «incorporó a la ordenanza condiciones mejores para facilitar a los residentes estacionar en la ciudad». La nota, además, hacía referencia a la polémica levantada en Zaidín-Campus por las plazas activadas en el entorno del PTS. El Ayuntamiento defendía que, en paralelo a las limitaciones, se había puesto en marcha un parking gratuito de 230 plazas enfocado a los residentes.

A esa nota, el Consistorio sumó otra. Fechada el 14 de septiembre, pero enviada a los medios pocos minutos antes de las dos de esta tarde, incluía declaraciones de la concejala en las que aseguraba que la zona azul entraría en vigor y las máquinas estarían en funcionamiento este lunes.

Mientras esto ocurría, lo que los granadinos contemplaban eran las mismas máquinas envueltas en plástico que se habían visto durante el fin de semana. Ese era el paisaje en las calles Profesor García Gómez, Alejandro Otero o Jardín de la Reina. También, como comprobó este periódico, en la avenida de las Ciencias. En los Juncos, ubicado junto al río, la máquina de tickets, además de estar envuelta en plástico, tenía un agujero por donde se había sacado todo el sistema electrónico que permite a los usuarios pagar.

El enfado, entre los conductores, era mayúsculo. «¿Entonces funcionan o no?», se preguntaba un conductor junto al río. «Ya no solo es que nos hayan metido la zona azul en casi todas las calles en el barrio, es que ni siquiera son capaces de organizarlo bien», decía otro en el Camino de Ronda. Este periódico contactó con el Ayuntamiento para conocer cuándo iban a funcionar las máquinas y si había riesgo de multa. El Consistorio reconoció que había máquinas que necesitaban «un ajuste» y aseguró que a lo largo de la semana estarán funcionando.