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La labor que realizan las Hermanitas de los Pobres en la capital ha calado muy hondo en la población. En su antigua sede de la ... calle Gran Capitán, hoy dependencias municipales, y en la nueva que se les otorgó cuando dejaron estas en la zaidinera calle del Doctor Félix Rodríguez de la Fuente, su trabajo es sinónimo de entrega a los demás, especialmente a lo que menos tienen, desde que se establecieran hace más de un siglo en la capital.
Ayer, durante el desayuno que ofreció el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, a los medios de comunicación para celebrar el día de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, su futuro estuvo sobre la mesa. Preguntado por la posibilidad cierta y con fecha –dos años, máximo– de que las hermanas dejen, con pesar, y debido a la falta de vocaciones, su labor en Granada, el prelado reveló que ha mantenido una ronda de contactos con las administraciones públicas –Ayuntamiento, Diputación y Junta, además de con cargos del PSOE– para que antes de esa fecha se pueda encontrar una solución para evitar que la residencia, «muy demandada porque allí no hacen preguntas sobre si tienes o no tienes», desaparezca. «No es una cuestión de partidos, es una cuestión de bien común», destacó.
Gil Tamayo insistió igualmente sobre la importancia de que quien se haga cargo de la residencia comprenda que sería necesario que esta mantuviera su espíritu. «Mantenerla con la misma filosofía que la mueve hoy es muy importante, porque no sabemos cuándo nos será útil a nosotros mismos o a alguno de nuestros familiares». El Arzobispado gestiona otra residencia de ancianos, la de San Carlos y Santa Margarita, en Tocón, y proyecta obras de mejora en el Hogar Sacerdotal de la plaza de Gracia. «Cuidar a los mayores ha sido una parte muy importante de nuestra labor desde siempre, y vamos a mantenerla, aunque suponga para nosotros un déficit importante». Con todo, la Archidiócesis presenta un balance equilibrado, a tenor de las cifras presentadas.
El arzobispo incidió durante la conversación con los periodistas en que la Iglesia siempre está dispuesta a colaborar y ayudar en lo que se le pida –ponderó la gran cantidad de personas que trabajan como voluntarios de Cáritas, más de 1.100–, y por eso ha reabierto las instalaciones de Amor de Dios para que personas que viven en la calle y que se ven expuestas a las bajas temperaturas invernales puedan tener un refugio. Con todo, señaló que la Iglesia no puede afrontar en solitario la solución de ese problema. «Ojalá no hubiera pobreza, pero existen pobres, y debemos darles una respuesta», dijo. Por ello, abogó por un tratamiento integral de la cuestión, «no por poner parches», y optar por una ubicación adecuada, en un lugar donde se presten los servicios adecuados.
En el orden patrimonial, la labor que se está realizando es ingente, pero también precisa de ayuda. En este sentido, se ha solicitado que el Estado ayude a sufragar las obras de restauración de la torre de la Catedral, con cargo al 2% cultural que adjudica el Ministerio de Fomento en su programa de grandes obras. «Otras ciudades como Málaga o Jaén han tenido acceso a estos fondos, y creo que ya es hora de que se acuerden de Granada», dijo Gil Tamayo. La oponente a la hora de conseguir la subvención es Santiago de Compostela.
Desde el punto de vista económico, el prelado destacó la importancia que supone la buena conservación de un monumento como la Catedral, no solo por los ingresos que aporta a la Iglesia –el año pasado tuvo más de 750.000 visitantes– sino por la importancia económica que tiene para el entorno. «En la plaza hay gente hasta las tantas en las terrazas, calentándose con bombonas de butano, así que cuidar nuestro patrimonio genera riqueza». Precisamente, preguntado sobre qué le parece la iluminación nocturna exterior de la Catedral, manifestó que hay determinadas zonas que podrían contar con una mejor, ya que consideró que la actual es pobre. El arzobispo se extendió en otras actuaciones patrimoniales en proyecto, como la puesta en valor de la Cartuja, «la gran joya escondida de Granada», o reformas pendientes en templos tan importantes como la iglesia mayor de la Encarnación, de Alhama de Granada, para la que hay una actuación en curso cofinanciada por la Junta.
Otros temas tratados en el encuentro con los medios fueron la incorporación de la mujer en responsabilidades en el seno de la Iglesia o la potenciación de la figura del diácono permanente.
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