

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
PABLO RODRÍGUEZ
Viernes, 16 de septiembre 2022, 00:14
La implantación de la zona azul en nuevos puntos de la ciudad no va por buen camino. Después de que en mayo comenzaran a instalarse ... los primeros parquímetros, un buen número se encuentran rotos o apagados. El fenómeno se localiza en barrios como Alminares, Ronda o San Ildefonso, donde los vecinos llevan meses protestando contra una decisión que no comprenden en un contexto económico tan difícil como el que se está viviendo. Mientras, la empresa concesionaria del servicio trata de afrontar un movimiento que le está obligando a reparar y reponer numerosas maquinarias. El otoño se antoja caliente.
La polémica viene de lejos. Al final del mandato anterior se cambió la concesión municipal de la zona ORA para incorporar más kilómetros de servicio. Entonces se barajaron una serie de calles en barrios como Pajaritos, Zaidín o Ronda, pero fue el bipartito, ya en la etapa actual, el que se vio obligado a ejecutarlo. Fue en el verano de 2020. La decisión partió de la concejalía de Movilidad, que estaba en manos de los populares, y fue muy contestada por los vecinos afectados, que denunciaron que ni antes ni entonces se les había consultado. El proceso fue paralizado después de que el alcalde en ese momento, Luis Salvador, aún en las filas de Ciudadanos, interviniera.
El responsable del área, César Díaz, hizo entonces que el expediente de aumento de la zona azul pasara por las juntas municipales de distrito para que fueran las asociaciones las que decidieran qué calles se iban a pintar de azul. El proceso, que se extendió en el tiempo por el impacto de la pandemia, hizo que la ejecución nuevamente quedara en manos de otro gobierno, en este caso el del socialista Paco Cuenca.
En mayo pasado, se dio cuenta en la comisión informativa de Movilidad de la decisión definitiva. Las calles afectadas iban a ser Faisán, Cisne, Mirlo, Ruiseñor, Tórtola y Halcón, todas ellas en Pajaritos. También Madre de Dios de los Ferroviarios, Marañón, Fermín Garrido, Real de Cartuja y Cristo de la Yedra, todas situadas en el entorno que va de San Ildefonso a Doctores. En Ronda se escogieron Agustina de Aragón, Maestro Vives, Pintor Zuloaga y Mulhacén. En el Zaidín, Poeta Manuel de Góngora, Sos del Rey Católico, Pablo Picasso, Andrés Segovia, Agustín Lara, Carmen de Burgos, Torre de la Pólvora, Torre de Comares e Ilustración. Además se añadió el paseo de los Mártires.
La ejecución provocó nuevamente las quejas de los vecinos, aunque no en todos los barrios. Las protestas se concentraron en la zona de Campus, Alminares, Ronda y San Ildefonso, donde se crearon plataformas y se promovieron protestas que llegaron a las puertas del Consistorio. En algunos de los casos se recabaron más de millar de firmas contra una decisión que tildaron de «dictatorial».
Las quejas encontraron respaldo en la oposición. Fueron los populares quienes rechazaron una medida que, según denunciaron, iba más allá de lo firmado en 2019. La formación acusó al equipo de gobierno de actuar «sin consensuar con los afectados» y afeó el «afán recaudatorio» que, a su juicio, perseguía la medida.
Las declaraciones tuvieron respuesta del gobierno municipal, que insistió en que todas las calles habían sido escogidas por los propios vecinos a través de las juntas municipales de distrito.
A oscuras
El verano no ha apagado precisamente las ascuas. Con la zona azul definitivamente implantada, han sido varias las máquinas que han sufrido daños en las últimas semanas. Los más graves se han concentrado en las calles Real de Cartuja y Cristo de la Yedra. Todos los parquímetros que estaban instalados quedaron inservibles, lo que ha dejado el servicio en la zona en el limbo.
Sin embargo, como ha podido comprobar este periódico, los ataques se han sucedido también en otros muchos puntos. Es el caso de Fígares. Casi una decena de parquímetros ubicados en las cuatro calles del barrio han sido vandalizadas. Los daños son similares. Pantallas destruidas, placas reventadas y pintadas. En algún caso, incluso, los responsables de los ataques se han decidido a usar las máquinas como papeleras, arrojando latas al interior.
Alminares es otro de los puntos que presentan esta situación. Ocurre en las máquinas ubicadas en Pablo Picasso y Andrés Segovia con especial intensidad. Allí también se distinguen pantallas rotas y placas solares hundidas. En el entorno de Campus, el impacto es mucho menor. Solo una de las situadas en la avenida de Dílar ha sido arrancada.
En otros casos, como en algunas de las máquinas instaladas en el entorno de Merca80 o en Pajaritos, no sufren daños visibles, aunque han estado apagadas en algunos momentos, como pudo comprobar este periódico días atrás.
Sin máquinas en servicios, son varias las zonas que han quedado a 'oscuras'. Eso está generando dudas entre los usuarios, que desconocen qué pasos a seguir y si pueden verse multados por no picar en parquímetros que ya no están. Lo cierto es que la 'app' de la zona azul permite ticar a través del teléfono. La cuestión es, como aseguran los usuarios, que no todo el mundo, especialmente los mayores, tienen dispositivos de este tipo.
A consultas de este periódico, el Ayuntamiento de Granada aclara que cuando un parquímetro está fuera de servicio «no se denuncia si no hay otro próximo en funcionamiento en la misma calle o cerca». Ahora bien, los usuarios deben estar atentos porque «solo se deja el tiempo máximo de estacionamiento –de cortesía– desde que vuelve a estar en funcionamiento».
Respecto a la situación de los dispositivo, informa que los dañados van a sustituirse en cumplimiento de la concesión. El proceso ya está en marcha, por lo que se espera que en los próximos días o semanas vuelvan a estar en funcionamiento. En el Consistorio insisten en que no pueden incumplir el contrato y recuerdan que las vías pintadas pasaron el filtro de las juntas municipales de distrito.
Asimismo, señalan que los ataques a los parquímetros pueden considerarse también vandalismo, por lo que están perseguidas como cualquier otro daño de los que se producen sobre mobiliario urbano.
Al margen de la polémica, las asociaciones de vecinos contrarias a la limitación de aparcamientos se mantienen en la misma posición que en mayo. «Creemos que es injusto, es una incongruencia. No ha sido una decisión consensuada. No se han puesto en calles donde les podrían ir bien, como Emperador Carlos V o Salvador Allende, sino que se han metido todos en nuestra zona», critica Juan de Dios, el representante de la plataforma de Zaidín-Campus. El responsable lamenta que barrios como el suyo «tenga muchísimas plazas de pago» mientras otros «como Chana» no las tiene.
«Queremos la misma solución que Primavera o Carretera de la Sierra. No entendemos por qué allí se hizo caso a los vecinos y nuestros barrios no. ¿Será que son asocaciones afines al PSOE y UP...? Puede ser. Se han visto con un marrón de 1200 plazas y nosotros no tenemos la culpa. Estamos hartos de pagar y son fechas muy malas con la inflación y la crisis que hay. Vamos a seguir luchando», remarca.
La plataforma de Fígares, por su parte, se mantiene en su posición de rechazo también. «Vamos a seguir asistiendo a las juntas de distrito para rechazar la medida y a recoger firmas. Si podemos, vamos a llevar las quejas en manifestación hasta la plaza del Carmen porque no estamos de acuerdo con la medida. La concejala de Movilidad ha abierto la posibilidad de bajar la cuota a residentes, pero lo que queremos es que se elimine. Aparcamos en nuestro barrio y no es que tengamos siete coches, es el único que tenemos para el día a día», asegura, a su vez, Belén, responsable del colectivo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.