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Sucesos en Granada: 'El Lima', el atracador al que detuvieron por amor

La historia de 'El Lima', el atracador al que detuvieron 'por amor'

'El Lima' fue el 'especialista' más activo de Andalucía al final del siglo XX, pero siempre quiso ser un caballero en el trato

M. Victoria Cobo

Lunes, 3 de febrero 2020, 01:14

La historia de 'El Lima' es la de un delincuente poco común. A sus más de sesenta años ha conocido varias prisiones, se puede llamar a sí mismo experto en fugas y, pese a que sus condenas suman décadas, no tiene delitos de sangre. Al contrario. Fue un atracador implacable a la hora de asaltar un banco, pero también lo definen una cierta honestidad y galantería que no se presupondrían en un malhechor. En su historia hay cartas de agradecimiento a la Policía tras haber sido detenido, ayuda económica para los guardias expedientados en una de sus fugas, y alguna historia de amor que le costó la libertad.

'El Lima' se crió en la ciudad de El Aiún hasta que en los setenta España cedió este territorio a Marruecos. La suya, como otras muchas familias, decidió acogerse a la opción de vivir en la península. Dejaron una buena casa en el continente africano y se mudaron a un piso de protección oficial en la vecina Costa del Sol. Allí empezaron sus contactos con los Cuerpos de Seguridad, por alguna 'fechoría' poco importante siendo adolescente. Con catorce o quince años se hizo aprendiz de mecánico y unos años después se casa y, de alguna manera, 'endereza' su vida. Monta un taller mecánico con su tío en uno de los barrios más deprimidos de la capital malagueña, los Asperones.

Para arrancar pide un préstamo bancario y pone como aval la casa familiar, a nombre de su madre. Cuando al negocio le fueron mal las cosas, la entidad bancaria embargó la vivienda. Y 'El Lima' se cobró su particular venganza. Cinco veces atracó ese banco. Y se 'especializa' en esa forma de vida. Durante los últimos años del siglo XX llegó a ser el atracador más buscado de Andalucía, con numerosos golpes en todas las provincias.

Pero lo detienen y empiezan sus salidas y entradas de prisión. Cuentan quienes lo trataron en esos años que 'El Lima' era muy respetado dentro de la cárcel. Le llamaban 'Al Capone' porque a pesar de ser de poca envergadura era implacable a la hora de asaltar las oficinas.

Bien vestido

Solía acudir primero a estudiar las oficinas en las que pensaba robar. Observaba hábitos, clientes, características de la sede. El día del golpe acudía caracterizado con barba, gafas y sombrero. Y bien vestido. Exigía el dinero a punta de pistola y se marchaba en pocos segundos. En cualquier portal cercano se colocaba después un mono de trabajo, para dificultar que se le siguiera el rastro.

Tras su primer ingreso en prisión, 'El Lima' se separó de su mujer y, según él mismo llegó a relatar «ella se quedó con todo, pero a quién le iba a reclamar, si yo era atracador». Empezó una nueva relación con una funcionaria de prisiones. Pero él sospechaba algo y llegó a ponerle un detective a la mujer. Así descubrió que ella estaba con otro hombre y sufrió otro golpe.

En esos primeros años en prisión, descubren un arma en su celda, lo que le supone un castigo dentro de su internamiento. Protagonizó su primera fuga intentando escalar un muro. Pero se cae desde una considerable altura y se lesiona la espalda, quedando sin movilidad en las piernas. Mientras estaba recuperándose en la enfermería se da cuenta de que puede mover las piernas, pero no dice nada y exagera sus lesiones hasta que logra que lo trasladen a un hospital. Fue su excusa para planear una fuga de película.

«Todos los presos no somos iguales»

En un reportaje publicado en estas páginas en 2005, el compañero Román Urrutia entrevistaba a varios presos. Uno de ellos era 'El Lima', que cumplía 52 años aquel 19 de junio. Contaba el interno que por amor se fugó de la prisión, y que a esa chica, una argentina «le enviaba todos los meses medio millón de pesetas para que viviese como una reina en la cárcel, porque estaba presa». Cuando finalmente lo detienen a él, ella rechaza pedir el traslado a la prisión de Albolote para estar cerca de él, lo que supuso «otro palo más», después de haber tenido otras dos relaciones que no triunfaron. Acumulaba ya entonces condenas que se medían en décadas. En Albolote tuvo una discusión con internos etarras por defender a los policías. «Soy un hombre de bien pero no me gusta que se meta a todo el mundo en el mismo saco. Todos los presos no somos iguales», decía entonces.

Cuando 'El Lima' es trasladado en ambulancia, una moto le corta el camino. Se trata de un compinche del atracador, con el que logra escapar a dos ruedas y se le pierde la pista.

Tras la fuga, el sujeto vuelve a la Costa del Sol, donde ya tenía un piso franco en Torremolinos. Pasa un tiempo en libertad y vuelve a enamorarse. En esta ocasión de una chica argentina a la que colma de regalos. El dinero lo saca de lo que sabe hacer, atracar bancos. Desde su escondite en la costa malagueña se mueve a distintas provincia. 'Trabaja' en Cuenca, Ciudad Real, y también Granada, donde comete tres robos a mano armada en tres sucursales bancarias de la capital.

Los Cuerpos de Seguridad le siguen la pista a un hombre que actúa a cara descubierta, pero del que tienen pocos datos. Sólo una foto de una ficha policial, pero de hace muchos años. Los grupos de investigación de Granada detectan que hay atracos con el mismo sello en otros puntos del país. Empiezan a recopilar información y logran pinchar un teléfono.

Envió dinero a los agentes expedientados por su fuga para que sus familias no sufrieran

El atracador comete errores en su afán por ayudar a su chica. Las charlas con ella y con su abogado permiten ubicar su posición en Murcia Esas conversaciones son las que permitieron a los agentes ubicar geográficamente el teléfono y saber por dónde se movía. Además, cuando llegó a Murcia y buscó alojamiento, fue extremadamente amable con la inmobiliaria a la que acudió, con regalos de champán y rosas incluidas para las trabajadoras. Eso hizo más fácil que los policías dieran con él, porque le recordaban perfectamente. Logran detenerle en el año 2001.

Generosidad

En ese tiempo escondido, 'El Lima' tiene conocimiento de que habían expedientado a los guardias civiles que le custodiaban en el traslado al hospital en el que él se había fugado. Él contó posteriormente que envió giros a prisión para 'compensar' a los agentes y para ayudar al preso de confianza que le ayudó en ese tiempo. Los envíos de dinero, pero no está claro quién recibió esas cantidades.

Tras la detención en Murcia, 'El Lima' reconoció en una carta la labor de los agentes, que habían pasado más de tres meses siguiendo sus pasos. Su intención era la de «hacer saber a los ciudadanos de Granada que pueden sentirse orgullosos porque cuentan con un grupo de profesionales que saben hacer su trabajo bien y que, sobre todo, son hombres buenos».

A raíz de aquello, 'El Lima' llegó a entablar cierta relación con el grupo policial, e incluso llegó a pedirle a uno de los agentes que fuera padrino en su boda. Pero nunca se casó, porque la chica argentina le abandonó cuando él volvió a prisión. 'El Lima' llegó a salir de prisión y trabajó como camarero en un chiringuito en Málaga –él pagaba por trabajar–, pero pese a sus intentos por rehabilitarse, volvió a atracar y ahora está en prisión.

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