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José R. Villalba
Granada
Sábado, 16 de julio 2022, 00:53
Un atracador con la cara descubierta entra en una tienda de la calle Brasil de Peligros. Con la cara descubierta, insisto; y con una pistola real, escondida entre la cintura del pantalón y la parte delantera de una camiseta. No le importa nada la presencia en ese momento de una clienta, que estaba pagando en el mostrador. Tampoco le conmueve que haya dos niños pequeños y dos empleados de esta pequeña tienda, regentada por asiáticos.
Tras entrar, se pone de frente al tendero y es el momento en que saca la pistola y apunta al empleado, que es chino. «Joe, give me money (dame el dinero)», ante lo cual el asalariado no se amilana, sino que decide salir fuera del mostrador. Son momentos de tensión. «Money, money. Dame el dinero, dame todo el dinero y estate quietico», le insiste el atracador al tendero quien busca un palo por la tienda, mientras el asaltante va reculando hacia la puerta sin dejar de apuntar con su pistola.
Mientras la tensión cortaba el aire, entra otro cliente joven a la tienda; y cuando ve al atracador apuntando con la pistola al tendero, le dice: «¿Qué haces?», y el mismo cliente se adentra hacia una cámara frigorífica para coger una botella de cerveza, sin perder detalle de la escena que se estaba viviendo.
El tendero, mientras tanto, anda por los pasillos de la tienda cogiendo una especie de palo con el cual trata de hacer frente al atracador, quien se va marchando hacia la puerta porque ve que el empleado no le entrega el dinero y que tiene algo en la mano (el palo) con lo que lo amenaza. De nuevo, emerge otro elemento surrealista en este escenario. La clienta que estaba en el mostrador decide abandonar la tienda y antes de atravesar la puerta, donde ya estaba el atracador, decide decirle al asaltante: «Yo me voy de aquí que no tengo nada que ver con esto». Y se marcha. Unos segundos después, el trabajador asiático le lanza un palo al delincuente, mientras otro empleado del mismo comercio trata de quitarle la pistola propinándole un fuerte golpe con un hierro (el utilizado para extender o recoger los toldos). En ese momento, el ladrón desiste y decide darse a la fuga.
Los dos empleados chinos deciden salir a la carrera tras el atracador. El asaltante, en ese momento y antes de montarse en un coche, dispara para frenar a los dos empleados con la suerte de que la bala impacta en la persiana del comercio y no hiere a nadie.
Los hechos narrados parecen más propios de una película de Luis Buñuel o del cine surrealista, pero son reales. Los hechos ocurrieron el pasado 2 de julio sobre las 18.03 minutos en la tienda citada del municipio de Peligros. Después de este atraco, según las fuentes policiales consultadas, no se descarta que este individuo haya podido participar en otros atracos en el Cinturón Metropolitano de Granada e incluso en la capital. De momento, la Guardia Civil ha abierto una investigación por los hechos relatados y grabados en el vídeo de este atraco y que puede verse en la web de IDEAL, www.ideal.es .
El asaltante actúa solo en este atraco frustrado, pero a cara descubierta y armado con una pistola. La condena por estos hechos oscila de tres a cinco años y uno más por tenencia ilícita de armas, seis años por no llevarse nada de la tienda y poner en riesgo la vida de quienes estaban dentro del comercio, incluidos los niños.
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