Raíles del tranvía y árboles talados, así estaba la Avenida de la Constitución de Granada hace cincuenta años, y así está ahora Torres Molina/Pepe Marín

La Granada de ayer y de hoy

Cuando la Avenida de la Constitución se quedó sin árboles

Una reforma destrozó el bonito bulevar para dejar paso a una calle fea con más espacio para los coches. Fue hace 50 años

Domingo, 4 de febrero 2024, 23:56

Enero de 1974. Los árboles de la entonces Avenida Calvo Sotelo, hoy Avenida de la Constitución, no dejaban espacio a los coches. Era necesario sacrificarlos en aras del progreso. José Luis Pérez-Serrabona (alcalde de Granada de 1968 a 1976), quería que la calle fuera « ... el acceso más moderno» para la ciudad y, para conseguir mayor velocidad y fluidez del tráfico, el bonito bulevar se quedó sin arbolado. La reforma de la calle también arrancó del asfalto los raíles del tranvía, que pueden verse todavía a la izquierda de la fotografía, tomada por Torres Molina a finales de enero de aquel año. Apenas unas semanas después, el 14 de febrero de 1974, dejarían de circular definitivamente.

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La fotografía está tomada prácticamente a la altura de la Cruz Blanca de San Lázaro, donde hoy está el Hotel Leonardo. Puede verse la fachada de la popular sala de fiestas 'El Cadí' en el Hotel Luz.

Avenida Calvo Sotelo, enero 1974

Avenida de la Constitución, enero 2024

Del cobijo de los árboles que daban buena sombra, se pasó a los troncos sin savia que esperaban en línea a que alguien los retirase en una imagen triste y desangelada.

Avenida de las Estaciones, como se conocía a la calle a principios del siglo XX, con su arboleda y empedrado con adoquines Archivo de IDEAL

La avenida pasó a dejar más espacio para los coches y se convirtió una calle impersonal. Eran otros tiempos, dirán ustedes, pero no, es que nadie estaba de acuerdo con esto. Los granadinos de a pie se echaron las manos a la cabeza y salieron a la calle en contra de la tala.

Una de las protestas en contra de la tala en enero de 1974 Archivo de IDEAL

Pero de nada sirvieron las protestas de ciudadanos comandados por Eulalia Dolores de la Higuera, que luego fue concejala de Cultura, o Fernando Fernández de Bobadilla, un conocido abogado granadino. El alcalde dijo que le gustaban los árboles, «pero no se puede hacer política con ellos». Se cortaron 430 ejemplares.

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