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Panorámica de las playas del oriente de Málaga, con las Alberquillas en primer término, al fondo, Nerja. Juan Enrique Gómez
Aventura en el mar de los acantilados de 'oriente'

Aventura en el mar de los acantilados de 'oriente'

Rincones al descubierto ·

Entre Málaga y Granada, los enormes cortados de la sierra de Tejeda caen al mar y ocultan impresionantes calas de fondos cristalinos: las playas de Maro

Juan Enrique Gómez | Merche S. Calle

Granada

Viernes, 17 de julio 2020, 00:07

Un río de aguas subterráneas discurre por las entrañas de las estribaciones litorales de la sierra de Tejeda. Desde hace milenios esculpe delicadas estancias columnadas por estalactitas y estalagmitas en el interior de la tierra. Es el agua que, tras desvelar sus secretos en las salas de la cueva de Nerja, sale al exterior para llenar el cauce del río Sanguino y, después de un cortísimo periplo entre cañaverales y travertinos, precipitarse en el mar, convertido en una impresionante cascada de 15 metros de altura, protagonista de uno de los parajes más atractivos y misteriosos de los acantilados de Maro.

Arriba, camino de la playa de Maro. Sobre estas líneas, Torre del Río de la Miel y paseos en kayak por las cascadas de Maro. J. E. G. / yamm-educare aventura
Imagen principal - Arriba, camino de la playa de Maro. Sobre estas líneas, Torre del Río de la Miel y paseos en kayak por las cascadas de Maro.
Imagen secundaria 1 - Arriba, camino de la playa de Maro. Sobre estas líneas, Torre del Río de la Miel y paseos en kayak por las cascadas de Maro.
Imagen secundaria 2 - Arriba, camino de la playa de Maro. Sobre estas líneas, Torre del Río de la Miel y paseos en kayak por las cascadas de Maro.

Es la primera sorpresa de una aventura en kayak desde la playa de Burriana (en el extremo oriental de Nerja) para conocer una quebrada línea litoral que se asienta bajo los grandes acantilados rocosos de Maro, un paraje natural que comparte territorio con Cerro Gordo, dos espacios que forman la linde fronteriza entre Granada y Málaga. Un paseo a golpe de remo entre formaciones rocosas, pequeños arrecifes cuyos fondos se convierten en refugio de una gran cantidad de especies marinas que utilizan sus oquedades como refugio para sus alevines. Es la mejor forma de observar el paisaje litoral y, por otro, bajo la superficie del mar, disfrutar de la imagen de roquedos donde bancos de peces nadan entre corales mediterráneos adheridos a las rocas.

Información útil

  • Maro: En el extremo oriental de Nerja. Sus calas comienzan en la playa de Burriana.

  • Acceso: Desde la A-7, salida 295, que conecta con la N-340.

  • Kayak y snorkel: Es posible apuntarse a recorridos guiados en la playa de Burriana.

  • Jardín: Merece la pena recorrer el Botánico Detunda-Cueva de Nerja, con vegetación exclusiva de toda esta área.

  • Cueva: Si no conoces la Cueva de Nerja es un viaje impresionante a las entrañas de la tierra.

  • Nerja: Magníficos restaurantes junto al Balcón de Europa.

Entre Maro y Cerro Gordo, los acantilados esconden playas, algunas de ellas realmente ocultas, a las que es preferible llegar por mar. La primera de ellas está a la vuelta de las rocas que cierran la playa de Burriana, es la de la Piedra de Tarzán, con solo 35 metros de largo, pero de una gran singularidad.

Tras remar algo menos de un kilómetro lineal, la cascada del río Sanguino deja ver la playa del Barranco de Maro, con dos dársenas de 30 metros cada una, ideales para sentirse como un náufrago en las islas del sur.

Otros 600 metros a golpe de remo para desembarcar en la Cala Chica de 'Verano Azul', que en realidad se llama Cala de Maro y con una extensión muy superior a las anteriores, 260 metros de arena bordeada de roquedos. Se puede llegar por tierra, caminando entre invernaderos y bajando por sendas casi imposibles.

Es la última de las pequeñas playas del occidente de la población que los romanos llamaron Detunda. Desde este punto comienza el litoral oriental, el que se ha convertido en punto de referencia y concentración de centenares de jóvenes que, armados de nevera, bocatas y también 'botellón', caminan bajo el sol para disfrutar de una jornada en playas de ensueño.

La más concurrida solo lleva el nombre de playa de Maro. Se accede desde el cruce entre la cueva de Nerja y la localidad de Maro. La mínima capacidad de un aparcamiento cercano a la playa obliga a caminar 1,5 kilómetros cargados de tumbonas y sombrillas…

Aún nos quedan cuatro kilómetros más de paladas. La siguiente es la playa del Molino de Papel, un nombre que se debe a la existencia de una antigua fábrica de papel de la que solo quedan ruinas. En su extremo oriental se alzan los restos de una gran torre vigía del siglo XVII. Semidestruida, solo queda un tercio en pie, lo que ofrece una imagen cargada de misterio y añoranza histórica. Desde el mar, da la impresión de que navegamos en aguas infestadas de piratas.

Es el inicio de la playa de las Alberquillas, la más grande de toda esta línea litoral si se le unen las dos calas siguientes, las calas del Pino, conectadas entre sí. A todas ellas se accede por carretera a través de la N-340, en un desvío hacia un mirador y aparcamiento. Hay que bajar andando por una cuesta de pronunciada pendiente que, cada día del verano, es recorrida por decenas de jóvenes para pasar su jornada playera.

Lo mismo ocurre en la siguiente y última cala, la del Cañuelo, inmersa en la zona más frágil del Paraje Natural de Cerro Gordo-Maro. Solo se puede bajar, o andando o en un microbús que la Consejería de Medio Ambiente habilita como lanzadera desde la carretera a la playa. Merece la pena zambullirse en las aguas cristalinas de sus roquedos.

Hay que volver a remo, casi 4 millas náuticas, 6,8 kilómetros lineales, hasta la playa de Burriana. Un largo periplo, una aventura para descubrir los secretos de los acantilados vistos desde el mar.

La paradisiaca cala del Cañuelo, al fondo Cerro Gordo. J. E. G.

Subir a Cerro Gordo, atalaya de la frontera suroeste de Granada

Para contemplar la línea litoral del este de la provincia de Málaga, y disfrutar del paisaje quebrado, de la visión de los cerros que se sumergen en el mar de Alborán, es muy recomendable subir a la torre de Cerro Gordo. Hay un sendero que accede desde el clásico chiringuito de Cerro Gordo. Sube de forma suave hasta llegar a la gran torre vigía, desde la que se divisa la totalidad de las playas y recodos de los acantilados del oriente malagueño, pero al este, llenamos la mirada con la gran cala de La Herradura y los cerros sobre los que se sustenta la Punta de la Mona y Marina del Este, joyas de las playas occidentales de la Costa Tropical granadina

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