¿Cómo ayudar a una persona con síndrome de Diógenes?

Expertos granadinos apuntan que la creación de hábitos y la terapia cognitiva conductual son esenciales para atajar el trastorno

Miércoles, 25 de septiembre 2024, 00:10

En el último mes se han registrado tres casos de síndrome de diógenes en Granada capital, Atarfe y Maracena que han requerido la intervención de los servicios municipales de limpieza o los servicios sociales. Esta enfermedad suele aparecer asociada a patologías previas, como el trastorno ... obsesivo compulsivo, o por otras conductas que pueden agravarse como el coleccionismo. Es un problema de salud mental que afecta tanto al enfermo como a su entorno. IDEAL habla con varios expertos que dan las claves sobre cómo ayudar a este tipo de pacientes.

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Noelia Hernández, psicóloga de la asociación TOC Granada, explica que las personas que padecen síndrome de diógenes normalmente se niegan a recibir ayuda y, a diferencia de otras enfermedades, carecen de conciencia sobre su problema. La experta señala que la mitad de los casos suelen estar asociados a problemas neurológicos, demencias, adicciones u otros trastornos. «Las administraciones deben encargarse del problema de salubridad, pero si no se ayuda e interviene a la persona esas afecciones se repetirán», resume Hernández.

El primer paso es concienciar a la persona de que tiene un problema y su tratamiento debe ser multidisciplinar. La atención debe abordar tanto la terapia cognitiva-conductual como la salud física de los pacientes, que normalmente «suelen descuidarse». «Es fundamental introducir hábitos de higiene y cuidado alimentario», destaca Hernández. La psicóloga indica que se registran más pacientes femeninas con este trastorno por su esperanza de vida con respecto al hombre, ya que la problemática es más frecuente a una edad avanzada. Hernández indica además que existen centros para el abordaje íntegro del trastorno por acumulación, pero la contención familiar es «importante». «Se debe insistir y no ignorar el problema», subraya. Hernández confiesa que el tratamiento de este tipo de pacientes es difícil, pero «como en todos los trastornos, las conductas se redirigen».

La psicóloga pide comprensión a su entorno, ya que la comunidad suele verse perjudicada por el síndrome. «No hay que olvidar que no lo hacen de forma consciente, se debe tratar de ayudar y tener empatía con los afectados para que las soluciones sean efectivas», concluye.

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Casos extremos

En la misma línea, Javier Fuentes, psicólogo de la Asociación Granadina de familiares y personas con enfermedad mental (AGRAFEM), considera que la voluntad de la persona es fundamental para poder intervenir. «Es una patología muy disfuncional, llegan a condiciones extremas. Los vecinos pueden denunciar cuando se ven afectados esos entornos comunes, pero los caminos de respuesta llevan su tiempo. Todo gira en torno a la acumulación y esos rituales obsesivos», comenta. Como último recurso y en los casos más extremos, la judicialización de los casos más graves es la alternativa para que estas personas reciban ayuda. Los pasos previos hasta alcanzar este escalón son entrar en el circuito de los servicios sanitarios de Salud Mental y los servicios sociales, o la atención privada.

Los coleccionables pueden acelerar los trastornos obsesivos compulsivos

Los coleccionables pueden convertirse en un problema para las personas proclives a desarrollar un trastorno obsesivo compulsivo pese a que coleccionar objetos con moderación tiene beneficios psicológicos, según advierte la Universidad de Granada. Sin embargo, la práctica exagerada de esta afición por parte del coleccionista es un síntoma de este grave problema psicológico, una de cuyas variantes es el conocido como síndrome de Diógenes, así como de la adicción a las compras, dos enfermedades mentales que afectan aproximadamente al 12% de la población.

Por último, Francisca López Torrecillas, catedrática y directora del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Facultad de Psicología, apunta que es necesaria la evaluación de los afectados para concretar qué problemas y necesidades tiene o si su afección viene derivada de otro tipo de patologías. «Se abandonan y se aíslan de forma voluntaria. Se deben buscar las causas del problema neuropsicológico con un perfil del paciente que determine sus necesidades para enfocar bien las áreas de actuación», sentencia.

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