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El esqueleto de hormigón de Granada 92 está más cerca de desaparecer del paisaje de la ciudad después de que la junta de gobierno local ... haya desestimado el recurso que bloqueaba la transformación de uso de los terrenos. Tras años de maraña judicial, el equipo de gobierno ha abierto la vía para que la parcela pueda pasar del uso deportivo que tiene fijado en la normativa urbanística a uno residencial singular que permitiría el desarrollo de instalaciones para personas mayores o estudiantes.
La decisión del Gobierno local permite poner un punto y aparte a más de una década de embrollo sobre una propiedad que antaño albergó la ciudad deportiva del Granada 74 y que en los últimos años se ha convertido en lugar de cobijo de personas sin hogar y 'okupas' por su alto grado de abandono, lo que ha provocado problemas y quejas vecinales.
La parcela, que se ubica frente a las oficinas de la Junta de Andalucía en la parte norte de la ciudad, fue la sede del Granada 74. En la actualidad, solo hay en uso una parte de los terrenos, donde existe un supermercado. El resto suma una superficie de 32.522 metros cuadrados abandonada después de que el proyecto de desarrollo inicial quedara detenido por un conflicto entre los propietarios y el Ayuntamiento, que paralizó las obras por falta de licencia.
Inicialmente, los terrenos pertenecían a la ciudad, que los vendió al inversor deportivo Carlos Marsá, presidente de la entidad de fútbol en 1993. Pagó 330.000 euros, unos 9 euros por metro cuadrado, con el objetivo de erigir un centro deportivo moderno. Al poco tiempo, el promotor José Julián Romero entró en juego al comprometerse a invertir 9 millones. Ambos, sin embargo, acabaron enfrentados.
En 2005, Urbanismo invalidó la licencia que había concedido cinco años antes porque los dueños de los terrenos no habían transferido la cantidad económica correspondiente al exceso de edificación que el Ayuntamiento permitió. Romero intentó frenar la expropiación y anunció querellas contra el equipo municipal de la época. Fue Marsá finalmente quien consiguió frenar el proceso. Dos años más tarde, este último vendió la ciudad deportiva a una empresa almeriense, lo que le sirvió para la compra del Ciudad de Murcia a Quique Pina, quien más tarde presidió el Granada CF. Parte del dinero de esa venta acabó en manos del promotor José Julián Romero.
En mayo de 2008, el Ayuntamiento paralizó las obras del complejo, que, según señaló entonces, carecía de licencia. Los inspectores detectaron que se estaba construyendo una estructura sobre la existente, que en su día también fue paralizada. Quique Pina llegó a negociar la compra del terreno a cambio de unos pagarés que no habría cobrado en la venta del Ciudad de Murcia. En 2012, el vicepresidente del Granada, Juan Carlos Cordero, planteó en una entrevista concedida a IDEAL la posibilidad de utilizar la ciudad deportiva, que ya estaba en desuso, para el Granada CF.
En el mandato anterior, con el bipartito en el Ayuntamiento, el edil de Urbanismo, Luis González, reconoció que había iniciado conversaciones con los dueños para un uso residencial a la parcela. Para entonces, el abandono había llevado a los terrenos a ser espacio ocupado por personas sin hogar, provocando las quejas de los vecinos por el deterioro. Apenas unos meses antes, un hombre fue hallado muerto en el interior del edificio.
El paso dado ahora pone el broche a esas conversaciones iniciadas en el mandato anterior. Entonces, la promotora impulsó un estudio de ordenación para afrontar el cambio de uso. El expediente, sin embargo, fue denegado en mayo de 2023 después de advertir errores técnicos. Así, el documento no recogía la totalidad de la parcela urbanística definida en el plan de Almanjáyar, ni las cesiones obligatorias que requería el cambio de uso, ni la conformidad de todos los titulares e interesados en la operación.
En los últimos meses, como ha apuntado el equipo de gobierno, se han presentado diferentes recursos por parte de la promotora que han sido nuevamente rechazados por la junta de gobierno local al considerar que no subsanaban los errores detectados. No obstante, durante el proceso, ambas partes han acercado posturas hasta alcanzar un acuerdo que, además de certificar la desestimación definitiva del recurso, ha abierto una vía para que la promotora presente un nuevo estudio de ordenación adaptado a los aspectos técnicos señalados por el equipo de gobierno.
Como ha apuntado este viernes el portavoz municipal, Jorge Saavedra, «esta misma semana el promotor ha presentado ante el Ayuntamiento un nuevo documento corrigiendo las deficiencias detectadas por el equipo técnico municipal». La propuesta está siendo revisada por él área de Planeamiento, al mismo tiempo que se ha remitido a Medio Ambiente para su pronunciamiento respecto a la Ley Andaluza Medioambiental, (GICA) con la idea de aprobarlo inicialmente «a la mayor brevedad posible y desbloquear una zona de la ciudad que lleva más de 15 años sin posibilidad de desarrollo».
Saavedra ha defendido que «una vez más, la gestión y agilidad que este equipo de gobierno está imprimiendo a través del área de Urbanismo nos ayuda a desbloquear proyectos, paso a paso, para seguir construyendo el modelo de ciudad que queremos para Granada».
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