El Ayuntamiento recupera la tradicional entrega de sus distinciones

Difícil por dónde empezar, pero me tira el corazón, y la noticia, porque yo no recuerdo que compartieran un momento así dos personas que, además de los méritos propios, son una maravillosa pareja. Les habló de la periodista Laura Nieto, redactora de Canal Sur Radio en Granada que lleva más de tres décadas «prestando un servicio público», y no solo desde los micrófonos, porque, activista de las causas que lo merecen, Laura es una mujer comprometida, y querida, así que más que merecido su Diploma al Mérito. Fue una preciosa noche en la que, además, Juan Antonio Ortiz, vamos, Tito Ortiz, su marido, recibía de forma efectiva el nombramiento de Cronista Oficial de la Ciudad. Poco más puedo añadir de quien lo es todo en el periodismo con mayúscula en todos los medios; y que sabe de tradiciones, de historia y de sentimientos. Los que sentirían sus hermanos Carmen, Jesús y Rafael. Y sus hijos, Rafa y Víctor. Una gran noche.

Como lo fue para Mercedes Moll, que después de tantos años en esta ciudad, que ya es su casa, ahora ya puede presumir de un galardón más como Hija Adoptiva. Y es que esta empresaria y emprendedora, nacida en Madrid, ha sido en Granada promotora de asociaciones y, sobre todo, parte de nuestra Constitución del 78, como diputada en las primeras elecciones democráticas.

Muchos aplausos en una noche excepcional en la que la Medalla de Oro al Mérito de la Ciudad hace evidente que se recoge lo que se siembra, aunque ya no se esté en lo que muchos llaman 'primera fila'. No le hace falta a Antonio Robles, «referente hacedor de camino para empresas y cooperativas de la ciudad»; sobre todo desde la presidencia de Covirán y de otros cargos como la Cámara de Comercio. Pude ver a su mujer, Encarnita López, sus hijos Antonio, Gloria y Paqui, su nuera Montse y su yerno Óscar, y no faltaron sus nietos.

Trabajo de años como el que lleva a cabo el doctor en Filosofía y Letras Manuel Titos, miembro del consejo asesor editorial de IDEAL –que acudió con su mujer, Mª Trini Fernández–, «un contador de historias» que se ha volcado de forma especial en Sierra Nevada y en cuantas tareas se le ha requerido.

En total fueron cuatro las Medallas de Oro al Mérito. Además de las dos anteriores, la recibía también Tania Fernández de Toledo, doctora en Historia del Arte. Bonitos reconocimientos, en los vídeos, en las palabras de mi compañero Rafa Ávila, que hizo de maestro de ceremonias, y en el cierre del alcalde, Francisco Cuenca. De Tania se dijo que «ha paseado el nombre de Granada por todo el mundo», con la cultura como bandera.

Cerró estas distinciones la que recibía Ernesto Páramo, y se produjo otra de las anécdotas de la jornada, porque a él se le entregaba por ser fundador y ex director del Parque de las Ciencias, uno de los más importantes de Europa, al que también se reconoció –con una Granada de Plata– por continuar convirtiendo la ciencia «en una seña de identidad de la ciudad». Lo recogió su actual responsable, Luis Alcalá.

Otras de las distinciones, Medalla de Oro, ha recaído este año en Rafael López Cantal, fundador de López Cantal Abogados, «un hombre de leyes que ha creado uno de los apellidos más importantes en la práctica jurídica». El apellido que llevan con orgullo sus hijos Rafael, Cristina, José Miguel y Javier y sus hermanos Trini, José Luis y Mª Ángeles, que no faltaron.

José García Román fue también merecedor de este reconocimiento, como compositor al que se le valora la «genialidad de sus partituras» que, dijeron, hace de Granada una «tierra de acústica impoluta».

Es la Comisión de Honores del ayuntamiento la responsable de dirimir entre las muchas candidaturas –aquí hay mucho y bueno–. Ana Muñoz, que hizo uso también de la palabra para destacar la relevancia de estos galardones, es la presidenta, y forman parte, y allí estuvieron para participar en la entrega, ediles como María de Leyva, César Díaz, Eva Martín, Francisco Puentedura y Mónica Rodríguez.

Vuelvo con más Granada de Plata, la que recibía el Centro Artístico y Literario de Granada, que recogió la presidenta, Celia Correa, en nombre de «aquellos visionarios», en referencia a quienes idearon la Cabalgata de Reyes o el concurso de Cante Jondo, que vive su primer centenario.

Y entre tanta gente querida y premios merecidos, el Restaurante Las Tinajas lo recibía por sus más de cincuenta años como «estandarte de la mejor gastronomía local». Pepe Álvarez estaba feliz con su mujer, Mari Carmen Caballero, siempre con el respaldo de sus hijos José Enrique y Silvia; y, como muchos, con Carlos Nestares, su socio y amigo en el corazón.

Hubo muchas emociones en los agradecimientos de quienes tuvieron el privilegio de recibir sus galardones. Muy merecidos, por cierto. Enhorabuena.