Manuel Ángel sentado al lado de la niña que podría ser su prima y que está buscando.

Un barcelonés busca a su familia materna granadina

Tras la muerte de su hermana descubrió unas fotos que le hacen pensar en que aún tiene algún familiar vivo en la ciudad

Lunes, 1 de julio 2019, 01:06

Manuel Ángel Aranda Parejo es de Barcelona, tiene 55 años y su única familia viva son sus dos hijos y dos primos. Su hermana, que falleció hace cuatro años, guardaba dos fotografías que le han hecho recuperar la esperanza en que aún le ... queda algún familiar en Granada.

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En una de las imágenes se le ve a él de niño acompañado de su hermana y de una mujer que recuerda haber sido mencionada por su madre. «La prima Estrella, es como se refería a ella», cuenta Manuel Ángel. En la segunda imagen, que ilustra esta información, aparecen la misma mujer, una niña y él con unos 8 años. «Quizá Estrella ya no viva, pero esta niña parece ser apenas dos años mayor que yo y me gustaría poder encontrarla», explica Manuel Ángel. Este conductor de autobuses barcelonés siente esperanza y curiosidad a partes iguales.

Siempre vuelve a Granada

Desde el hallazgo de la fotografía ha venido a la provincia cada año y ya van cinco. Ha buscado por las calles en las que recordaba jugar con su hermana, en el Albaicín bajo; ha visitado el barrio en el que vivió su madre, la Cartuja; ha preguntado a los vecinos, fotografía en mano; también, en el Ayuntamiento, pero no ha dado con Estrella, ni con esa niña.

«Desde que encontré las fotos he vuelto para buscar información en el barrio de mi madre»

Según le contó una prima en Barcelona, sus abuelos emigraron a Cataluña. Aunque no lo sabe con certeza, en la familia creían que ese traslado fue motivado por una riña de su abuelo, José Parejo Aguilar, con su superior. Era guardia de Asalto pero «en Barcelona le destinaron a Ferrocarriles», relata Manuel Ángel. Su abuela, se llamaba Rosa Alonso Fernández. Su madre, Concepción Alonso Parejo, y llegó vivió la Guerra Civil en la capital catalana. «Mi madre contaba que en alguna ocasión les ametrallaron». En su adolescencia, Rosa se dedicó estraperlo y varias décadas después, en 1972, algunos medios se fijaron en ella por su oficio. «Era una mujer muy adelantada a su época, fue la segunda mujer taxista de Barcelona», señala Manuel Ángel que aún guarda recortes de la prensa provincial de entrevistas que le hicieron por este motivo. Recuerda ir en el taxi con su madre y que algunos conductores la insultaban al verla conducir. Rosa se hizo taxista tras separarse de su marido, algo que tampoco era habitual en la sociedad española de los años 60.

Recorte de una publicación de la entrevista realizada a la madre de Manuel Ángel por un medio de Cataluña. IDEAL

Ahora, Manuel Ángel, con sus padres y hermana fallecida, no desiste en la búsqueda de ese posible lazo familiar que aún puede estar vivo en Granada. No en balde, este barcelonés lleva a la ciudad de su madre «en el corazón» desde su infancia. «Mi hermana y yo solíamos responder que éramos de Granada, aunque nacimos en Barcelona» porque según afirma «siempre me he sentido muy unido a la tierra de mi madre».

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Manuel Ángel en el Patio de los Leones de la Alhambra. IDEAL

Sin embargo, no ha sido a partir de que encontrase esas fotografías que Manuel Ángel no ha vuelto a la ciudad. «Los recuerdos que guardo de mis visitas a la Granada son de mi infancia, y después, de cuando hice el servicio militar», asegura. Hasta hace cinco años que volvió para buscar a la que puede ser una prima segunda; también, para 'reencontrarse con la ciudad de su madre.

La madre de Manuel Ángel en otro recorte de prensa. IDEAL

Pese a los años que han transcurrido, la sensación de que de alguna manera Granada es su hogar le han llevado a desear jubilarse en un pueblo de la Alpujarra, comarca que le «tiene enamorado desde que la visitó por primera vez».

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Asegura que le encanta caminar por Granada, evoca momentos de su niñez, los recuerdos compartidos con su madre, porque esta es la tierra y la ciudad en la que jugaba con su hermana y con esa niña, que quizá, ahora, siendo ya mujer camina por esas mismas calles, ajena a que hay un familiar o un amigo de la infancia en Barcelona que la está buscando.

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