![La madre del muchacho, Eva, buscó a través de la redes a la trabajadora, Pamela, para agradecérselo.](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/202208/10/media/cortadas/barrendera-salva-chico-kWPH-U170940788214L5F-984x608@Ideal.jpg)
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Nour, un joven de Armilla de 21 años, tenía previsto pintar los retrovisores de su coche este lunes. Se levantó temprano y se dirigió a una tienda del municipio para comprar pintura en espray de color negro. Tras pagarla y salir del establecimiento... ¡boom! El bote se descorchó como si fuera una botella de champán.
La pintura le saltó directa a la cara y el joven empezó a pedir socorro. Todo su alrededor se fue a negro en un segundo. De inmediato, Pamela García, una conocida y querida barrendera de este municipio del área metropolitana, dejó la escoba y cogió la botella de agua que lleva en su carro de limpieza contra el calor. «Se escucharon las bolitas y, seguidamente, la explosión. Al mirar hacia atrás, estaba el chico lleno de pintura entero», describe la trabajadora a IDEAL.
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«El sonido me hizo girar la cabeza y dije ¡madre mía!, ¡pobre muchacho! Es que estaba bañado en pintura enterico, desde la cabeza a los pies. Donde más tenía era en la cara y fue lo que a mí me asustó». Pamela no dudó ni un segundo cuando el joven empezó a pedir ayuda con desesperación. «La eché el agua encima», detalla.
Gracias a la rápida reacción de estaba barrendera, a la que otra chica que esperaba en la parada del metro le ofreció otra botella para que continuara enjuagando los ojos del muchacho, no hubo que lamentar males mayores. La pintura le cubría toda la cara. «La preocupación eran sus ojos», subraya. Con un pañuelo logró retirar el esmalte de su vista antes de que se secara.
A la madre de Nour, Eva Fernández, cuando se enteró de lo que le había ocurrido a su vástago, casi se le va el corazón. La llamó él mismo desde Urgencias del Centro de Salud de Armilla. «¡Mamá, mamá, que estoy en urgencias, que estoy muy mal, por favor, que una muchacha me ha ayudado... por favor, que me quedo ciego!», le dijo.
La mujer dio un salto de la cama y acudió en su busca. Pidió un taxi y del centro de salud se lo llevó al Hospital Clínico San Cecilio del PTS. «En el hospital me preguntaron que quién le había limpiado la zona de los ojos», recuerda Eva, para añadir que le indicaron que se podía haber quedado «ciego».
En el hospital lo tumbaron en una camilla y permaneció, según Eva, «cerca de cuatro horas» en Observación, y donde le hicieron las pruebas pertinentes para comprobar si presentaba alguna alteración en la visión. El joven tendrá que tomar corticoides para los pulmones (respiró la pintura) y le han mandado una pomada para los ojos.
Cuando ya todo había pasado, Eva quiso buscar a la barrendera que auxilió a su hijo para agradecérselo. Escribió un mensaje en el grupo de Facebook 'No eres de Armilla si no...' para tratar de localizarla.
Varios vecinos del municipio identificaron rápidamente a la trabajadora –por la zona donde ocurrió el suceso– y algunos no dudaron en elogiar las virtudes de esta empleada, que lleva doce años limpiado las calles del pueblo. «Pamela García Ruiz es única. Mujer que derrocha energía, simpatía y cariño para todos. Qué suerte tenemos de tenerla a nuestro lado. Espero que todo se haya quedado en un susto», publicaba uno de los usuarios.
«Pamela es una maravilla de persona», escribía otro miembro del grupo. Incluso ya hay quien ha reclamado en esa misma publicación a la alcaldesa del municipio, Loli Cañavate, algún tipo de reconocimiento para esta solidaria trabajadora.
Al ver el nombre de la barrendera, Eva supo enseguida quién era. Y ayer salió por la mañana para encontrarse con Pamela y darle un fuerte abrazo en persona. Ella fue, destaca, sus «manos» y sus«pies» como madre en ese momento. «¡Mi ángel!, expresa emocionada, con una sonrisa de oreja a oreja. Ante sus palabras, Pamela, humilde, resta importancia a su actuación. «Yo creo que cualquier persona hubiese hecho lo mismo; yo nada más que quise ayudar e hice lo que estaba en mis manos».
En alguna otra ocasión esta barrendera ya ha echado un cable cuando, desempeñando su labor, ha visto caídas repentinas de personas en la calle. Pero nunca antes había presenciado un episodio así.
Este martes, mientras Pamela dejaba como una patena la calle que culmina en la parada del Metro de Armilla, los saludos de lugareños que se habían enterado de lo ocurrido se sucedieron. También las felicitaciones. «Lo importante es que el chiquillo no haya perdido el ojo», insiste.
«Pamela hizo la actuación correcta: el agua en los ojos, lo primero», interrumpe Eva, para especificar que su hijo se tendrá que tomar los corticoides «durante cinco días», porque «ha tragado mucha pintura». También habrá de seguir poniéndose la pomada en los ojos. «Los oftalmólogos le atendieron perfectamente en el PTS, con mucho cariño», ensalza.
La madre de Nour no tiene claro aún si reclamar o iniciar algún tipo de acción legal contra el establecimiento donde su hijo adquirió el bote. Por lo pronto ha guardado bien el parte que el hospital extendió tras la asistencia. «Me hicieron un parte especial para el juzgado», revela. Lo más importante, como admite, es que su hijo se encuentre bien y que se le pase el susto.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
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