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El juego de miradas es la recreación del mundo de ternura que envuelve a una mamá con su bebé. Raúl, El Niño de las Pinturas, lo ha trasladado a un mural que ha pintado en la fachada de una de las viviendas de la calle Parrilla, una calle mínima que se encuentra por encima de la Cuesta de Escoriaza, entre la calle Barranco del Abogado y el Paseo de las Palmas.
Elartista ha dedicado este especial grafiti en sus redes sociales. «A las mejores modelos», esto es, la mamá y el bebé, que se trata de una niña. Ciertamente, la madurez del trazo del artista queda impregnado por la ternura que despide este mural. El perfil de la madre sonriendo y un primerísimo primer plano de su bebé llena de emociones a quien lo contempla, bien en vivo en el Realejo, bien a través de la publicación de las fotografías de este mural en las redes sociales.
Además, el fondo de color crema permite resaltar los sombreados de los rostros de las protagonistas, lo que confiere relieve, sí;pero también una temperatura y un candor que reivindica a gritos un mundo más bonito, más humano, más de todos. Destaca que a diferencia de otros trabajos del grafitero granadino, esta vez no hay leyenda que acompañe al mural, una de las características más atractivas que distingue el arte de Raúl. Aunque también, quizá, al estar todavía en proceso, según ha manifestado el propio autor, las letras que acompañen posiblemente a esta obra estén en camino, en el horno de la cabeza de El Niño de las Pinturas, a punto de salir calentitas, para acompañar el final de este mural diferente y que quede completado.
Las reacciones a la publicación de las fotografías de este mural en las redes sociales como Facebook o Instagram son masivas. Entre ambas hay cientos de 'me gusta' y de comentarios que aplauden la inspiración artística y el resultado del mural del El Niño de las Pinturas. «Quizás la mejor obra de tu vida, y no lo digo por la pieza, que también es pura pureza», se puede leer en las redes sociales. «Que 'huapo' Raúl, parece que forma parte del lugar, como si pidiese estar ahí», opina otro comentarista. «Las modelos más bonitas que se pueden encontrar...», opina uno más en Instagram.
En Facebook la tónica es similar, entre el aplauso, el cariño y el reconocimiento. «Se me han puesto los pelos de punta… No podéis transmitir más amor. Os apretujo mucho». Yotro más:«Qué expresiones mas lindas en todos los rostros. ¡Enhorabuena!». En el mismo sentido, se subraya la candidez de este mural. «Increíbles imágenes, belleza, ternura». Y, por supuesto, no hay duda de la categoría artística del autor y del resultado:«Bonita obra de arte».
Con la aparición de esta obra, la Cuesta de Escoriaza se convierte en una auténtica galería de arte al aire libre con el sello propio de El Niño de las Pinturas que da la bienvenida al vecino y al visitante cuando entra al barrio del Realejo. Además de este mural, a la altura del semáforo, junto al hotel Los Ángeles, toda la fachada de un bloque abandonado está completamente grafiteada desde hace años. También, en la curva de la plaza Joe Strummer se encuentra el grafiti más icónico de Raúl, a punto de cumplir un cuarto de siglo de vida, que dice:«Y haciendo cosas que rompo para arreglarlas y volver a romperlas paso mi tiempo...». En reconocimiento a tanto arte, su contemplación y disfrute está oculta por los contenedores de reciclaje y basura plantada en la acera.
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