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Una excavadora derriba los antiguos servicios. Celia. M. Rodríguez
El botellódromo dice adiós a los grafitis y la fila de urinarios

El botellódromo dice adiós a los grafitis y la fila de urinarios

Las máquinas empezaron ayer a trabajar en la reforma del recinto, cuyos muros lucen blancos desde lasemana pasada

j. m.

Martes, 18 de diciembre 2018, 22:02

La reconversión del botellódromo en un centro de ocio libre de alcohol para los jóvenes de Granada, así como un punto de encuentro para los vecinos, sigue su curso. Las excavadoras derribaron ayer los antiguos servicios, una especie de caseta metálica pegada al muro más cercano a la Circunvalación. Esta fila de urinarios es el único vestigio de la época de los macrobotellones, antes del cierre del recinto en septiembre de 2016. Por otro lado, la semana pasada las paredes del botellódromo dijeron adiós a los grafitis –también a los autorizados–, y han dado paso a un blanco reluciente.

La 'pantalla' del botellódromo, una estructura metálica situada en uno de los respiraderos del parking subterráneo –una especie de plataforma planteada como escenario de conciertos– fue durante algunos meses un lienzo para artistas del grafiti. En 2015, el Ayuntamiento puso en marcha un programa para incentivar la cultura urbana. Cheko, Manuel Mirage y Sublimismo fueron los encargados de dar color a la plancha metálica. Estas pinturas, al igual que otras trazadas con autorización –y cientos de trazados 'no artísticos' en spray– en el resto de los muros, han desaparecido.

Tras la pintura de los muros, la pantalla con los grafitis también ha quedado cubierta de blanco. ALFREDO AGUILAR

La pintura y la retirada de los urinarios son dos de las acciones previstas en el plan para la adecuación del perímetro de la calle María Moliner. El primer paso en el lavado de cara del antiguo botellódromo fue el vallado –la sustitución de la malla de obra que impedía el acceso por una permanente con varias puertas– que comenzó en el mes de agosto. A lo largo de los próximos días seguirán los trabajos en esta superficie de 9.000 metros cuadrados. Son cambios consensuados entre el Ayuntamiento y la asociación de vecinos de la zona que durante una década peleó contra el uso del recinto como el único espacio de la capital en el que estaba permitido el consumo de alcohol.

El objetivo de las obras es que el perímetro disponga de equipamientos deportivos –baloncesto, fútbol, patinaje– así como zonas biosaludables para los mayores y áreas de juego para los niños. Esto supondrá una inversión de entre 13.000 y 15.000 euros. El Ayuntamiento ha propuesto que el solar –aún cerrado– pase a llamarse Plaza Ciudad Europea del Deporte, en alusión al título logrado por la capital para el año 2019.

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