Aún faltaban diez minutos para que el reloj diera las siete de la tarde y ya había un centenar de personas aguardando su turno. «Hemos venido antes pensando que así no tendríamos que esperar, pero nada, aquí seguimos. A las seis y media ya había ... gente esperando, así que imagínate», cuenta Carmen, una de las personas que acudió el jueves y el viernes de la pasasda semana al velatorio y el funeral de una joven de 17 años de Belicena celebrado en Santa Fe donde se ha detectado un brote que ha obligado a hacer test masivos de «manera urgente».
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Como ella, centenares de vecinos tanto de Belicena y Santa Fe como de distintos municipios del Área Metropolitana y de la capital se acercaron ayer al centro de interpretación de la Vega para someterse a las PCR. Según fuentes de la Junta, se estima que solo en el día de ayer se realizaron 500 pruebas y hoy creen que se realizará un número similar de test.
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«Está siendo muy duro para la familia, porque a la pena por la muerte de la niña se ha sumado esto. Están muy preocupados y tristes», explica Marian, una familiar de la pequeña que acudió ayer a la realización de las pruebas ante la posibilidad de haberse infectado. «Es imposible no darles un beso o un abrazo en esos momentos, así que no sabemos si nos hemos infectado. No tengo síntomas, pero trabajo con mucha gente y, por responsabilidad, he venido», indica.
El consejero de Salud, Jesús Aguirre, anunció ayer al mediodía la detección de un brote en el velatorio y el entierro de una vecina de Belicena que se había celebrado en Santa Fe y en el que ya se habían diagnosticado a seis personas. El foco, que es el noveno que se produce en la provincia, aún está en fase de investigación, por lo que no se ha finalizado el rastreo de casos y las pruebas PCR, por lo que podría aumentar su cifra de infectados. «El velatorio tuvo una alta asistencia, por eso le hemos pedido al alcalde ayuda para controlar a los asistentes», indicó el consejero, que además aseguró que el Distrito Metropolitano es el que más le «preocupa» de Andalucía, ya que acumula la mayoría de brotes de la comunidad.
Aguirre también afirmó que, «a día de hoy», no contempla aislar este área sanitaria, aunque asegura que esto podría cambiar en función de la evolución de los brotes y los contagios. «Las medidas que tomemos dependerá, día a día, de la información que vaya llegando», indicó el consejero.
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Para conocer la magnitud del brote, el Ayuntamiento de Vegas del Genil, al que pertenece Belicena, pidió ayer a los vecinos que pudieran haber estado en contacto con alguno de los contagiados que acudieran al centro de interpretación la Vega del municipio a partir de las siete de la tarde para someterse a las pruebas y, quien no pudiera, lo hiciera hoy a partir las siete de la mañana. «En la primera hora ya habrán pasado por aquí un centenar de personas, y la cola no deja de crecer. Nos han dicho que seguramente tengamos que estar aquí hasta la madrugada», indicó uno de los agentes encargados de que los usuarios respetaran las medidas de seguridad mientras aguardaban su turno.
«Me he enterado de lo del brote esta tarde y lo primero que he sentido ha sido miedo porque, aunque no tengo síntomas, he estado en el velatorio y en el entierro y no sé si me habré contagiado», explica Fede, una de las vecinas de Belicena. La preocupación de María aún es mayor ya que está dentro de la considerada «población de riesgo» debido a su estado de salud: «Yo no tengo síntomas ni nada, pero siempre queda el miedo. Pero queremos dejar claro todos que esto no es culpa de la familia. Nos podíamos haber contagiado de cualquier otra forma y bastante están pasando ellos».
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Desde las siete de la tarde hasta que anocheció, la entrada del centro de salud estaba ocupada por una cola multitudinaria de vecinos de distintos municipios a la espera de realizarse las pruebas. «Nosotros venimos desde Granada porque hemos ido a Urgencias allí y nos han dicho que viniéramos aquí. Al ser mayores, tenemos más miedo a contagiarnos, así que esperemos que no sea nada», explica Mercedes, acompañada de su marido José, que acudieron al entierro al ser amigos de los abuelos de la joven.
«La familia lo estamos pasando muy mal porque ha sido muy duro y a la pérdida ahora se suma esto. Pero no había tanta gente en el velatorio como hay en la cola para las pruebas. Como mucho vendría un centenar y aquí hay muchos más», indica Encarnación, tía de la joven fallecida. Y añade: «La madre de la niña está destrozada por todo lo que ha pasado. Se sienten culpables, pero no es culpa suya».
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