En busca y captura el presunto estafador en la compraventa de coches en Granada

A las puertas del juzgado se han reunido a primera hora de la mañana varias decenas de afectados para reclamar justicia y pedir que el asunto se convierta en una macrocausa. Uno de los abogados que más clientes representa, Juan José Rubiño, de Rubiño Abogados, considera que debería ser investigado por estafa continuada, organización criminal, falsedad documental y apropiación indebida.

Las víctimas del «engaño» habían preparado carteles para protestar. 'Estáis estafando a familias que necesitan dinero para dormir', 'Ladrones, devolver los coches' o 'Justicia para todos los afectados' son algunos de los lemas que reflejaban. Las historias de los que han entregado su coche pero no han recibido el dinero son dramáticas. Familias con hijos que no llegan a fin de mes, parejas medicadas para poder dormir, depresiones. Las cantidades que desembolsaron por persona son variadas, pero el montante total de dinero a deber podría sobrepasar los 400.000 euros, según la estimación de Juan José Rubiño, que hace poco presentó otras 20 denuncias.

La Benemérita se ha hecho cargo de la investigación y, según ha podido saber este periódico, el gerente de la empresa, ubicada en Cúllar Vega y actualmente clausurada, tiene antecedentes por incumplimiento de contrato. El nombre comercial ha cambiado varias veces.

El abogado ha denunciado también «a todos los trabajadores» de los que tienen constancia, «en cuanto que participan y han participado de los hechos denunciados, aún a sabiendas de la verdadera intención defraudatoria final, por lo que deben ser procesados». Además, informa de que el establecimiento ha cerrado sus puertas al público, generando una situación «insostenible».

«Todos los que estamos aquí no tenemos ni coche ni dinero. Algunos han perdido más de 60.000 euros porque eran vehículos de alta gama, otros cantidades inferiores, pero todos somos gente trabajadora a la que nos han fastidiado la vida», señala Juan José, un afectado. «Hay una pareja que va a tener un hijo en breves y decidieron vender sus coche para tener más dinero para los nuevos gastos», añade con pesar.

Dos mujeres sostienen un cartel. «Me has robado el pan de mi hijo. Me has robado y destrozado la vida. Paga», reza la pancarta. Son Micaela y María y están desesperadas. «Compramos un coche hace año y medio y no podíamos afrontar el gasto del préstamo, así que lo pusimos en venta. Ahora no tenemos vehículo y seguimos pagando 400 euros al mes», explican. Están «muy mal» psicológicamente, tomando pastillas «para la depresión y para dormir». «Nos quedan seis años que pagar el coche. Pagamos una letra, tenemos niños y no podemos seguir adelante», lamenta Micaela antes de echarse a llorar.

La de Ana es otra historia de pesar. En su caso, firmó sin saberlo un contrato con «cláusulas abusivas». Cuando quiso echarse para atrás, la amenazaron con que le costaría más de la mitad del valor del coche. Confiando en que fuese simplemente un mal augurio, entregaron el coche y les prometieron que en 30 días tendrían su dinero, 21.500 euros. Nunca les llegó. «Me presenté en la empresa y por insistente, ya que estuve todo el día, me hicieron una transferencia 2.000 euros para callarme la boca. Decían que la semana siguiente me darían el resto, pero aquí seguimos», lamenta Ana.

Al haber cerrado el local, ya no tienen forma de contactar con ellos. «Esto nos va a quitar la salud. Mi marido está malo del corazón y le están dando muchas taquicardias a raíz de esto. Estamos malos de los nervios», admite. Ella se siente afortunada porque puede llegar a fin de mes, pero sabe que muchos otros no. «En el grupo de afectados hay quienes están con riesgo de que les echen de la casa, no pueden afrontar los pagos», agrega.