Primeros desayunos de la segunda desescalada de Granada

La hostelería vuelve a levantar la persiana. Granada está desde la pasada medianoche en el grado uno del nivel cuatro de alerta sanitaria: hoy pueden reabrir, hasta las seis de la tarde, los bares, restaurantes y comercios que no se habían clasificado como esenciales. Las cafeterías son las más madrugadoras, y desde primera hora reciben a clientes que ya se pueden sentar en sus mesas, tras más de dos semanas sirviendo a domicilio o para recogida en el local.

En concreto han pasado 22 días desde el cierre de los establecimientos no esenciales, tiempo en el que el sector ha peleado -en dos manifestaciones- por su reapertura o, de no ser posible, por recibir ayudas directas. Este lunes ha llegado ese alivio. Huele a churros con chocolate en algunad terrazas de Bib-Rambla, aún con pocas mesas ocupadas. En la calle se pueden ocupar el 75% de las sillas, pero en el interior, la Junta ha determinado que el máximo de aforo sea del 30%. Como curiosidad, el primer cliente de Alhambra no ha optado por el chocolate caliente con churros, sino por el café solo con hielo. El vecino Gran Café abrirá mañana: hoy se dedican a limpiar y desinfectar.

En el bar Oliver, José Manuel expresa la alegría por la reapertura. Prevén un aluvión de comensales para el mediodía, cómo sucedió en la 'primera desescalada'. No ha sido difícil poner en marcha el negocio, lo tenían todo prácticamente preparado. En el Café Fútbol se pusieron anoche manos a la obra para dejarlo todo listo y las estufas ya caldean la terraza. Como explica Antonio Suárez, la reapertura les pilló ayer por sorpresa: como muchos otros hosteleros, estaban hechos a la idea de que no abrirían hasta después del puente.

También en la cafetería Bernina tuvieron que avisar anoche a los trabajadores de que hoy tenían que incorporarse para la ansiada reapertura. Hasta hoy solo habían funcionado con encargos de obrador, no para ofrecer café para llevar. No abrirán las cafeterías de los centros comerciales Nevada y Granaita: los municipios siguen cerrados y la clientela se limitaría a los vecinos de Armilla y Pulianas.

Todos los hosteleros coinciden en animar a los granadinos a que vuelva a sus negocios. Pero lanzan un mensaje de prudencia: mascarillas y distancia social. No quieren otro cierre dentro de unas semanas.