La 'calle' de Granada en la que hay un sabor nuevo cada dos puertas

Cuenta la leyenda que, hace años, un periodista del The New York Times se quedó tan impactado por la cantidad de pequeños restaurantes de comidas de todo el mundo que había en la calle Santa Escolástica, que no pudo más que dedicarle un extenso reportaje. Hay dos mentirijillas en esa historia. La primera –y más importante– es que en realidad no es una única calle; sería más bien una combinación de fragmentos de calles que, por su estrechísima cercanía, parecen la misma: Cuesta del Realejo, Plaza Fortuny y Santa Escolástica. Lo más curioso de todo es que si le preguntas a un granadino dónde estamos, es probable que te responda que en la calle Pavaneras porque, como decimos, aquí las fronteras tienden a fusionarse.

Esa es la palabra: fusión. El término 'cocina fusión' adquiere una interpretación nueva en esta calle de calles. Imagine que tiene usted hambre y se encuentra aquí. Comer no se sería un problema, desde luego. Ademas, podría disfrutar de un plato fantástico por precios que van de los 3,5 a los 40 euros. El problema, como seguramente empiece a intuir, es tomar la decisión. ¿Dónde ir? ¿Qué puerta cruzar?

Hablemos de puertas. En un espacio de 250 metros (desde La Cantina Mejicana en la Cuesta del Realejo hasta el club Shelby Brothers, frente a la Casa de los Tiros, prácticamente en el final de Pavaneras), una de cada dos puertas es un local de comida. Un paseo de cuatro minutos en los que se va a cruzar con pizzas, fajitas, seitán, dulces árabes, croissants caseros, cerveza irlandesa, bandejas de costillas, patatas asadas, shawarmas, bocadillos y hamburguesas bestiales, fideos asiáticos, arepas venezolanas, wok de pulpo frito, balti indio, las tapas españolas de toda la vida... En fin, cuatro minutos que, si tiene usted hambre, se le harán eternos.

Intentemos poner un poco de orden. Si le apetece tomar un buen café, hay tres opciones dedicadas específicamente a ello, todas acompañadas por productos caseros: I need, Café Noat y Café Fika, tres locales encantadores, por cierto. Por el contrario, si busca una pinta de cerveza y buena música, se puede pasar por La Guaría, Daly's (¡con noche de karaoke!) y Shelby Brothers. Diversión asegurada. Pero si se trata de comer, podemos empezar por cinco espacios tan clásicos como innovadores, entre tapas deliciosas y auténticos platos gourmet: Entre raíces, Paprika, Picoteca 3 Maneras, El Sota y Candela.

Para disfrutar de pizza, dos puertas: Di Taglio's y La Pizzera, dos locales pequeñitos que reparten cientos de porciones cada noche. Si hablamos de comida típicamente americana, puede sentarse en Los Bandíos y meterse entre pecho y espalda un bocadillo Cubano, por ejemplo: cabezada de lomo, jamón, queso suizo, pepinillos, ali-oli chipote y mostaza; brutal. O, si quiere llevarse la comida a casa o tomarla por la calle, visite Triple-B Burger, un rincón chiquitito y ochentero que pugna por el título de «las mejores hamburguesas de Granada». No faltan, por supuesto, los shawarmas, con La Primavera y Coco King.

El mundo sigue creciendo: La Cantina Mejicana, el Papadams indio, las patatas asadas de Papas Fortuny o los sabores asiáticos del Pad Thai Wok. También está el Hicuri, uno de los mejores –y de los primeros– restaurantes veganos de Granada. Vaya, podrían hasta comprarse un jamón en Casa Diego...

¿Qué, se ha decidido? ¿Le falta alguna opción? Ya sé: el japonés. Pues un segundo, porque si se mete por la calle Sacristía de Santa Escolástica y sube a la Placeta del Hospicio (cerca de la Escuela de Lenguas Modernas, a escasos 30 segundos del Candela), encontrará el Potemkin con el que es, dicen, «el mejor sushi de Granada». Ojo, porque es un restaurante pequeño y hay una larguísima lista de espera.

¿La segunda mentirijilla? Que lo del The New York Times no es un una leyenda.

• Temas
• Recetas
• Granada (Provincia)