«He tenido un cáncer de páncreas, que es una putada. Pero me han intervenido y puedo contarlo gracias a que tenemos una buena sanidad pública». José María Corpas (Granada, 1960), veterano militante socialista nacido en el barrio de la Chana y responsable del área ... de Economía en el Ayuntamiento de la capital, se sometió en septiembre a una delicada operación que se prolongó durante doce horas. Fue en el Hospital Clínico San Cecilio. Los cirujanos lograron extirparle el tumor maligno que había estallado en su vida y la de su familia cuando pasaban las vacaciones de verano en Guipúzcoa. «La intervención que me hicieron a mí hace unos años no se hacía», explica el también abogado con una voz empequeñecida por la dureza del trance físico y psicológico.
Ahora está con la quimioterapia, lo cual no le ha impedido volver a su despacho de la plaza de Carmen. Este pasado viernes solicitó el alta voluntaria para regresar a los números municipales. Durante su convalecencia en el hospital también le acompañó una cifra: 148. Son los pasos que medía el pasillo de la planta en la que estaba ingresado, una distancia que recorría decenas de veces cada día para reavivar el cuerpo y la mente. Se hace camino al andar.
–¿Cómo se encuentra?
–Cada vez mejor. Es verdad que lo he pasado muy mal. Pero afortunadamente cada día que pasa me voy encontrando más activo. Desde el primer día que salí del hospital, se me plantean dos opciones: me someto una incapacidad temporal larga o procuro activarme para ser útil mucho antes. Y tomo está segunda opción e inicio una recuperación que para los cirujanos ha sido muy rápida, mucho más de lo normal. Es que los que me rodean, mi familia, los amigos y los compañeros, han hecho algo para que sea así y yo también.
–¿Cómo le detectaron el cáncer?
–El cáncer se detecta el 18 de agosto. Estaba de vacaciones en San Sebastián y me encontraba un poco mal, pero hay un día que me encuentro peor. Me hicieron una serie de pruebas en la clínica y me detectan un cáncer en la boca del páncreas. Entonces me dicen que tengo que ingresar rápidamente allí en San Sebastián o volver a Granada. O te vas o te quedas. Me vengo a Granada y el 6 de septiembre me intervienen en el Hospital Clínico San Cecilio. Se trataba de una intervención importante. Me quitan la vesícula, el páncreas, el bazo, parte del estómago y parte del duodeno. O me hacían eso o no había posibilidad de que siguiera viviendo...
–Un mazazo...
–Sí, ese momento... Pero yo cualquier situación trato de enfocarla con la misma perspectiva: te plantean un problema y tienes que analizarlo para ver lo que se puede hacer, cuáles son las distintas opciones. Y cuando te dan una noticia de este calibre, pues funcionas exactamente igual. Te dicen: 'Tienes cáncer de páncreas', que es uno de los más jodidos que hay. Pero afortunadamente la sanidad pública tiene hoy respuesta para esas situaciones. La operación que me hicieron a mí hace unos años no se hacía. Y eso es un prestigio para la sanidad pública.
–¿Se le pasó en algún momento por la cabeza la idea de viajar a otro país para buscar una cura?
–No, no... Mi mujer trabaja en la sanidad pública desde hace muchos años y tengo la certeza absoluta de que tenemos muy buenos profesionales y una buena sanidad pública. He tenido un cáncer de páncreas y puedo contarlo gracias a que tenemos una buena sanidad pública. Te das cuenta cuando lo estás padeciendo. Nuestra sanidad es una joya y tenemos que fortalecerla al máximo. Bueno, la sanidad y todo el sector público en general. Los servicios públicos son vitales para una buena calidad de vida.
–¿Sigue en tratamiento?
–Tengo tratamiento de quimioterapia durante medio año.
–¿Qué le dijeron sus compañeros de corporación cuando se enteraron de su enfermedad?
–Desde el más cercano hasta el más lejano, siempre han estado en primera línea y en la colaboración absoluta. Los más cercanos, los de grupo socialista, han asumido mis competencias y no se ha paralizado nada. Y por parte de la oposición tengo que reconocer su apoyo y su colaboración.
–Va a resultar que los políticos no se llevan tan mal como aparentan...
–Diferencias hay hasta en una misma familia y un mismo grupo. Eso es una cosa y otra es la cordialidad y la convivencia diaria.
–¿Por qué ha decidido hablar públicamente de su cáncer?
–Todo lo que sea ayudar y ser útil pues es importante. Y en este tema del cáncer entendía que lo razonable era normalizar una situación que es jodida, pero que no hay que ocultarla. No hay que tomarse el cáncer como un tabú. Recomiendo a las personas que están empezando ahora el proceso que hablen sobre el cáncer. También es importante tener la cabeza fría. Es importante tener actividad física. Andar, por ejemplo. Yo antes hacía 'spinning' y ahora mismo no lo puedo hacer, pero lo haré. Hay que tener una actitud de la normalización. También hay que tener una buena alimentación. Todo eso te ayuda a fortalecerte en situaciones tan complicadas como estas.
–El 7 de julio, el PSOE recuperó el gobierno de Granada, así que apenas tuvo tiempo de estrenarse como responsable de Economía...
–Me encargué del pleno de organización y luego me fui de vacaciones. Me fui con la idea de volver y gobernar. Y me pasa esto. Es una putada. O sea, que todavía estoy por llegar, pero lo que sí veo es que los titulares ya no son los de antes. Ganamos, pero no gobernamos. Nos tiramos dos años en la oposición y los titulares siempre hablaban de conflicto. Era raro el día que no había inestabilidad. Ahora hay más seguridad. Queremos revitalizar el turismo, el comercio... Esos son ahora los titulares. Ahora hay proyectos.
–¿Cuál es el más urgente?
–Necesitamos, por ejemplo, poner en marcha el Palacio de Congresos. Es el único radicado en el centro de una ciudad y que esté como está. En eso, gran parte de la responsabilidad, y lo tengo que decir con rotundidad, la tiene la Junta de Andalucía. Debe de apostar claramente por ese proyecto. Nosotros apostamos por revitalizarlo. Es verdad que ahora se está empezando a hacer, pero hay que darle un impulso económico importante. También tenemos que seguir impulsando nuestro comercio, a nuestras pequeñas y medianas empresas. Ahí los ayuntamientos tienen pocas competencias, pero una de las cosas que sí podemos hacer es tratar que estos comercios, que son proveedores del Ayuntamiento, cobren en el menor plazo posible. No es soportable que cobren en 180 días. Estamos bajando mucho el periodo medio de pago a proveedores. El plan de ajuste nos habla de 80 días como compromiso y vamos a cumplirlo seguramente ahora en diciembre. Pero queremos que sea mucho menos. Pero para eso necesitamos tener los presupuestos....
–¿Cómo va la negociación?
–Los presupuestos del ejercicio anterior se aprobaron precisamente por nuestro compromiso, por el compromiso del PSOE. Fueron los presupuestos en los que la covid estaba en su apogeo y fueron un impulso importante para las ayudas a la hostelería, al comercio... Ahora se trata de que haya unos presupuestos para la reactivación económica y quisiéramos que otros también tengan ahora la misma actitud que tuvimos nosotros. No sé si lo vamos a conseguir.
–¿Pinta mal?
–Ja, ja, ja. Por lo que parece, no pinta bien. Pero es por la actitud que están teniendo los compañeros del grupo popular. Por eso no pinta muy bien. Me gustaría que hubiera una corresponsabilidad mayor. Es verdad que es un melón que todavía no está abierto, pero da la impresión de que su actitud no es tan colaborativa como lo fue la nuestra. Me remito a las pruebas. El PP saca pecho porque sacó unos presupuestos, pero los sacó porque nosotros estuvimos ahí. Si no, nos los hubiera sacado.
–Usted empezó en política en las juventudes comunistas en 1975, con una dictadura moribunda pero todavía mortífera. ¿Qué piensa cuando oye a un político utilizar la palabra comunista como un insulto?
–Pues que quien lo dice no sabe realmente lo que es el comunismo. El Partido Comunista jugó en su momento un papel muy importante en España. Lo mismo que en Italia, lo mismo que en Francia... Lo que ocurre es que quien lo dice asimila el comunismo a países que llevan una práctica que yo no considero comunista.
–¿Y qué hacía un chaval comunista en los peligrosos estertores de la tiranía franquista?
–Yo empecé en un movimiento cercano a la Iglesia que se llamaba 'los junior' y al final todos formalizamos nuestra entrada en la Juventud Comunista. Era otra época, organizábamos las cabalgatas de reyes...
–Curioso...
–Pués sí, pero éramos los que las hacíamos.
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