El narco buscado en las antípodas y detenido en la Sierra de Granada ya había estado en Pradollano en 2016

El presunto narcotraficante, que tenía cuentas pendientes con la justicia de Nueva Zelanda, pasó unos días en la estación de esquí de Granada hace seis años

Carlos Morán y José Ramón Villalba

Granada

Sábado, 8 de enero 2022 | Actualizado 09/01/2022 10:53h.

Baldy' –'El calvo', en la traducción al español– era un tipo difícil de coger. Normal. Dedicarse al tráfico de drogas, que, presuntamente, era su ocupación hasta que fue prendido por la Guardia Civil el pasado Día de Reyes, exige discreción y habilidad para pasar desapercibido. Estas fueron precisamente las armas, el sigilo y el disimulo, que utilizaron los cerca de cuarenta agentes del instituto armado que le echaron el guante en la estación invernal de Sierra Nevada, el lugar que había elegido el supuesto narco para pasar unos días de descanso y que no le era extraño. En 2016 ya estuvo alojado en Pradollano, según han confirmado a IDEAL fuentes conocedoras del caso. Los mismos informantes indicaron que, probablemente, haya estado más veces en la Sierra de Granada, pero no fue detectado.

Lo que es seguro es que tardará en volver. Tiene una cita con la justicia de Nueva Zelanda, las antípodas de España, por, siempre presuntamente, haber introducido media tonelada de metanfetaminas en aquel país, un delito que allí se puede castigar incluso con la cadena perpetua. Es decir, que si las cosas le van mal en los tribunales neozelandeses sería prácticamente imposible que volviera a Sierra Nevada.

Pero eso son solo hipótesis. Primero debe ser extraditado, una decisión que corresponde a la Audiencia Nacional, la institución judicial encargada de investigar los delitos de terrorismo y crimen organizado, que fue el órgano que acordó su ingreso en una cárcel española tras ser capturado por la Guardia Civil en Granada.

Camuflados

El despliegue de la Benemérita para cazar a 'Baldy' fue tan amplio como secreto. Participaron decenas de agentes, pero ninguno de ellos vestía el característico uniforme de color verde. Los investigadores camuflados esperaron hasta el cierre de la estación para arrestar el supuesto narco, sobre el que pesaba una orden internacional de búsqueda de la Interpol. Nadie en Pradollano se percató de nada.