Alberto Flores
Granada
Jueves, 2 de noviembre 2023, 11:51
El Carmen de San Miguel es uno de los edificios más emblemáticos de Granada. Una construcción ubicada en una de las zonas más mágicas de la ciudad, al pie de las Torres Bermejas, que cuenta con una superficie de alrededor de 1.800 metros cuadrados ... y que tiene un restaurante en su interior con el mismo nombre: Carmen de San Miguel. Un lugar que desde hace algún tiempo se encuentra a la venta y en plena búsqueda de un nuevo dueño.
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Ubicado en la parte alta del barrio del Realejo, el Carmen de San Miguel cuenta con una gran historia. Hace más de 100 años el músico ruso Mikhail Glinka estudió música instalado en el carmen, mientras que mucho antes Boabdil, último rey nazarí, pasó por donde hoy está asentada la construcción en su huida de Granada. «Es un edificio cargado de historia que cuenta con 1.800 metros cuadrados de terreno de los cuales 750 están construidos con distintas plantas, salones y la cocina del restaurante», cuenta a IDEAL Jorge Matas, propietario del Carmen de San Miguel.
A parte de la construcción en sí, donde hoy se ubica el restaurante, que todavía sigue en funcionamiento, el carmen cuenta con un gran jardín e incluso un huerto, por lo que ofrece «muchísimas posibilidades». A todo eso hay que sumar unas de las mejores vistas de Granada: «Se ve toda Granada y Sierra Nevada a vista de pájaro. Es un sitio incomparable».
Jorge Matas
Propietario del Carmen de San Miguel
Jorge es propietario del Carmen de San Miguel desde hace más de 20 años. «Empecé a funcionar con mucha fuerza y nos ha ido muy bien. Somos un negocio con una facturación bastante alta y una clientela fiel», asegura el propietario. Y aunque no todo ha sido un camino de rosas, asegura que sigue trabajando «con la misma ilusión de siempre». Sin embargo, «este es un trabajo que cansa mucho. Y como estoy cansado ha llegado el momento de dar un paso atrás y tomarme la vida de manera más relajada», motivo por el que quiere vender el carmen.
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Confirma que el carmen seguirá abierto mientras él esté al frente. Mientras que sobre si dejará a un lado el sector de la hostelería y la restauración cuando se produzca la venta, Jorge cuenta que todavía no lo tiene decidido al 100%: «A lo mejor monto alguna cosa más pequeña porque me encanta mi trabajo, pero será algo más relajado».
De hecho, no descarta quedarse en el Carmen de San Miguel pero solo como un trabajador en caso de que el comprador quiera mantener abierto el restaurante. «Si alguien quiere quedarse el restaurante le ayudaría en lo que necesitara para que todo pueda seguir funcionando como hasta ahora», finaliza.
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