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«Máxima calidad al mejor precio posible», pero siempre en ese orden, la calidad por delante. Es la filosofía, aparentemente sencilla, que inspira a Mercadona y que, sin embargo, requiere un arduo y continuo proceso de evaluación y perfeccionamiento para que cada producto «sea un diez y sirva contundentemente para lo que está hecho».
Todos los departamentos de la compañía de supermercados líder de España, sus 96.000 empleados, en total más de 600.000 personas, componen el departamento de Calidad de la firma. Pero además, Mercadona cuenta en España y Portugal con una red de 21 centros de coinnovación, en los que sus más de 150 'especialistas mundiales' trabajan buscando ideas para mejorar sus productos con la ayuda de los 'jefes', como la firma llama a sus clientes.
En Andalucía hay tres centros de coinnovación: el de Córdoba, centrado en la gama de los productos lácteos, aceites, aderezos, vinos y bebidas alcohólicas; el de Sevilla que perfecciona toda la gama de limpieza de ropa y mantenimiento del hogar el de Granada, ubicado en Churriana de la Vega, de donde salen todas las mejoras que la cadena aplica en sus divisiones de cervezas y aperitivos y de aguas para toda España y Portugal.
«Partimos del cliente, escuchamos, captamos necesidades y a partir de ahí definimos nuestros productos con precisión, no al revés, somos nosotros los que planteamos exactamente lo que queremos. Invertimos mucho trabajo e investigación para que el produzco que nazca ya esté de diez«, explica el especialista mundial de Frutos Secos de Mercadona, Kiko Pastor, en el centro de innovación de Churriana de la Vega.
«Buscamos en primer lugar que el producto esté bueno, que tenga buen sabor, olor, color y textura; y en segundo lugar, que sea bueno, es decir, seguro para su consumo, saludable para el cuerpo, sostenible con el planeta y socialmente responsable para la sociedad, el envase también es calidad», apunta.
Estas instalaciones de Churriana, en las que trabaja un equipo de 16 profesionales, funcionan como laboratorio de ideas donde se diseñan mejoras para toda la gama de aperitivos, cervezas y aguas de la mano de los clientes, a los que se les invita a participar en catas o «sesiones de coinnovación» donde se prueban productos, se marcan los atributos y se captan las necesidades del consumidor para traducirlas en mejoras.
«Los centros de coinnovación trabajan la denominada 'Estrategia delantal', que pasa por compartir experiencias y costumbres con los clientes, captar sus sensaciones y traducirlas para trasladarlas después a los proveedores e impulsar una colaboración directa en la elaboración de los mejores productos», comenta Pastor.
Un ejemplo son las bolsas de nueces de Mercadona. Kiko Pastor explica que estudiaron que el cliente tarda una media de entre cuatro y cinco días en consumirlas, por lo que idearon mejoras en el cierre para que se conserven en perfecto estado. Primero le implantaron una pegatina de cierre, después añadieron un precinto de calidad que mejora la bolsa y ahora han concluido que el cierre pegatina no cumple bien su objetivo, por lo que van a cambiar al formato de bolsas 'zip'.
Ahora el especialista en Frutos Secos cuenta que está trabajando, junto al gerente de Compras, en cambios de cosecha y en la búsqueda de «distintos orígenes y hemisferios» para que las nueces o almendras estén más frescas todo el año.
«En las catas los clientes también nos decían que las querían más enteras, para aperitivo. Hemos trabajado con compras y proveedores hasta conseguir que sean mitades el 80% en lugar del 50%», comenta.
Como Kiko Pastor, la cadena tiene 'especialistas mundiales' para todas y cada una de las categorías de productos que vende. Así hay un especialista en cerveza clásica, otro experto paralas especialidades de cerveza, las patatas fritas, las palomitas... y cada uno de ellos tiene una cartera de 'jefes enamorados' a los que consultan para acertar con lo que más les gusta. Los buscan en las propias tiendas, pero también a través de otros métodos como redes sociales o incluso en los bares, en el caso de la cerveza, para aprender «desde el cliente» y tomar nota de sushábitos de consumo.
Para el especialista en cerveza sin gluten, las asociaciones de celíacos son, por ejemplo, una fuente fundamental.
«Los cambios se testean por zonas o bloques logísticos. Probamos las ideas en unas cien tiendas como laboratorio y lo que funciona se traslada a toda la cadena con más de 1.600 supermercados«, apuntan.
El especialista en Encurtidos, Agustín Flores, relata, por ejemplo, que una de sus últimas mejoras ha sido reajustar el nivel de sal de los altramuces «para hacerlos más saludables y llegar a más clientes». «Todo se cuida al detalle, realizamos muchísimas pruebas. Es complicado encontrar el equilibrio porque en Andalucía gusta más sal que en el norte y hemos encontrado el término medio», comenta sonriente en el centro de Churriana.
Todos trabajan con las directrices del coordinador de la división de Cervezas y Aperitivos de la cadena, Manolo Aguilera. ¿Y cuál es la cerveza que más se vende en Mercadona? Pues ni la marca más reconocida de Granada, ni la de Sevilla. La líder de ventas indiscutibles entre los cerveceros que compran en Mercadona es la lata verde de su clásica Steinburg, «gracias a su constante mejora», apuntan con una sonrisa de orgullo.
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