Dos sanitarios del centro de salud Gran Capitán, en una consulta dedicada a realizar las pruebas del coronavirus. PEPE MARÍN

Los centros de salud recuperan su actividad presencial con dos horas al día de consultas

Los ambulatorios priorizan la asistencia telefónica y se decide, con un triaje, si los usuarios deben acudir a la cita en persona

Viernes, 22 de mayo 2020, 01:17

Cuando el coronavirus llegó a la provincia, los servicios sanitarios tuvieron que blindarse y centrar la mayoría de sus esfuerzos en la lucha contra un virus que se ha cobrado la vida de 280 personas en Granada. Así, los profesionales de los centros de salud ... minimizaron la presencia de pacientes en sus ambulatorios, salvo casos de urgencia, pasando consulta telefónica. E, incluso, los pequeños consultorios cerraron sus puertas y gran parte de sus trabajadores se distribuyeron por otros centros para poder tener plantillas lo más reforzadas posibles.

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Sin embargo, ante la evolución que el virus ha tenido en las últimas semanas, con cada vez menos contagios e ingresos nuevos, los ambulatorios han empezado a recuperar parte de su normalidad. Por ello, los médicos de familia y las enfermeras han vuelto a abrir sus agendas para citas presenciales y ya han empezado a atender a los primeros pacientes en persona.

Pero, para que no se produzcan nuevos contagios y evitar las aglomeraciones en las salas de espera, los servicios de atención primaria seguirán priorizando las consultas telefónicas en aquellos casos en el que sea posible. Además, no podrán tener más de dos horas al día de citas presenciales.

«Hemos sido conscientes de la utilidad de las consultas telefónicas y de lo resolutivas que pueden llegar a ser. Esto nos hace apostar por un cambio significativo del modelo tradicional que hemos seguido hasta antes de la pandemia», indican desde el Distrito Sanitario Granada-Metropolitano en un documento enviado a los centros granadinos de toda la provincia, en el que muestran las directrices que deberán seguir en esta desescalada.

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Según se plasma en este escrito, titulado 'Plan funcional para la normalización de trabajo en atención primaria', al que ha tenido acceso este periódico, cada profesional tendrá libertad para organizar su agenda, pero deberá dividir su jornada en dos horas de atención presencial –cada cita durará diez minutos– y otras dos horas de atención telefónica –serán citas de seis minutos–. Además, tendrán una hora de servicio a domicilio y otra para otras actividades programadas, como la cirugía menor, los screening de cáncer de cérvix o la consultas por una anticoncepción de larga duración, entre otras.

«Con este tipo de agendas, es el propio profesional el que gestiona la visita presencial del paciente», indican desde la Junta. Además, recalcan la importancia de que se alternen durante el día las citas presenciales y las online para que no coincidan varios pacientes en los centros de salud.

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En ambulatorios como Almajáyar, esta organización ya ha empezado a funcionar. Tal y como cuenta Miguel Melguizo, médico de familia del centro, la mañana de ayer la dividió en 36 llamadas telefónicas, tres visitas a domicilio y nueve visitas presenciales. Una imagen muy distinta a la vivida antes de la pandemia, cuando las consultas en persona podían sumar cinco horas.

Señalización

Los centros también han recuperado ya parte de las actividades que se habían paralizado o ralentizado por el virus, como las extracciones de sangre o las revisiones del niño sano. En cuanto a los consultorios, a pesar de que algunos, como los de Vegas del Genil, Purchil, Ambroz o Belicena, ya han abierto sus puertas, el resto se mantienen cerrados a la espera de reorganizar sus instalaciones y su plantilla a las nuevas exigencias del SAS. A pesar de ello, los profesionales esperan que vuelvan a su actividad en los próximos días.

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En esta nueva fase de desescalada, los centros no solo han cambiado su forma de trabajar, sino también sus instalaciones. Así, han tenido que adecuar sus entradas con cintas para que el paciente tenga que pasar, obligatoriamente, por el servicio de atención al ciudadano para hacer allí un primer cribaje.

En ese lugar, un administrativo actuará como filtro y, si el paciente tiene cita previa, le indicará dónde debe acudir, mientras que, si tiene una demanda administrativa, le dará cita telefónica para su médico. Si, en cambio, muestra una patología aguda, le pasarán a una nueva consulta de triaje, donde un médico y una enfermera decidirán si es una cita demorable –en cuyo caso le darán hora para ese día– o, si es urgente. Si es así, lo enviarán a consulta, pero pasando por el circuito de atención a pacientes con sospecha de Covid o al circuito de otras patologías, según su situación.

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Además de la creación de estos dos circuitos, los ambulatorios también han tenido que precintar algunos de los asientos de sus salas de espera para preservar la distancia entre pacientes. «El gran objetivo del plan de reapertura de consultorios es que no haya concentración de usuarios en los centros», indican desde UGT.

Desde CC OO, por su parte, aseguran que para hacer frente a todas las actividades que recaen en la atención primaria, como es el rastreo de posibles casos o el estudio de seroprevalencia, solo se ha contratado medio centenar de profesionales, «cuando haría falta más del doble». El secretario de Organización del PSOE de la capital, Jacobo Calvo, reclama al Gobierno andaluz «las dotaciones necesarias para que podamos controlar posibles rebrotes».

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