Personas sin hogar en Granada
Una chabola en plena milla de oro de Puerta RealPersonas sin hogar en Granada
Una chabola en plena milla de oro de Puerta RealLleva en sus ojos grises los colores de su Tánger natal. «Son los de mi abuela cordobesa, de Lucena», explica en un español cuasiperfecto, con su cráneo rapado y sin apenas dientes en esa sonrisa desbordante. Khadija es una trashumante dentro de la propia ciudad ... de Granada, con un historión a sus espalads, fruto de triunfos, frustraciones y ciertas complicaciones.
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«Llevo veinte años en Granada, desde que llegué a España en 1983», recuerda ahora, sentada en una pequeña alfombra dentro de su chabola, una pequeña tienda de campaña confeccionada a base de plásticos, papeles y mucha imaginación.
Abrió un comercio en Vergeles, La Costurera, con su marido, «un italiano guapo», sonríe de nuevo. «Me fue muy bien, empecé a ganar más que nadie y… bueno, supongo que me envenené. Estuve tres años que no comía, muy delgada. A vista de los demás sería por beber o fumar... Pero trabajaba 24 horas al día».
Su marido también volvió a Italia y Khadija puso rumbo a la Alpujarra, donde en Órgiva encontró la paz en la comuna hippie de Beneficio, «donde he estado quince años».
Allí fue feliz, pero llegó un momento en que no se sintió cómoda. «No es que no me guste, pero ya no veo ni oigo bien. Me sofocaba el campo, la cuesta, la piedra... Aquí está todo más iluminado. Más llano. Y dormir en la calle no me molesta, es un pasaje más. Una experiencia más».
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De hecho, Khadija conoce bien las plazas y lugares más confortables al ras de la ciudad de Granada. «El verano lo he pasado muy agustico detrás de la Fuente de las Granadas», comparte. También ha pasado por los 'clásicos' donde duermen las personas sin hogar en la ciudad de Granada. Se trata de la marquesina de La Caleta y los soportales del bloque de edificios que hay frente a la estación de autobuses. «Yestuve mucho tiempo a resguardo en el Palacio de Congresos, que ahí no te mojas», explica. «Pero al final, me echaron».
–¿Ysi ahora viene la Policía?
–Asus órdenes.
Y se pone firme de inmediato y dice que siempre obedece a los agentes. No busca problemas.
Mientras, vive con su chabola en la milla de oro de Granada, donde el metro cuadrado construido vale miles de inalcanzables euros para Khadija. Y para muchos.
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