Drogas químicas

'Chemsex' en Granada: «Lo que les hace venir a Proyecto Hombre es que sin drogas no son nada»

Se trata de la punta de un iceberg de unos comportamientos que combinan aplicaciones de contactos las drogas químicas el alcohol y las relaciones sexuales

Sábado, 8 de abril 2023, 23:53

Mefedrina no es el nombre de una antigua princesa egipcia pero sí es la reina de la noche. Su consumo genera un efecto estimulante superlativo ... y una completa desinhibición. Es el fulgor de la euforia. La mefedrina es una más de las drogas de nuevo corte que se asocian a una nueva espiral de sexo, homosexualidad e infecciones de transmisión sexual. Envuelto con la tecnología de las aplicaciones de contactos, el resultado es el 'chemsex'.

Publicidad

«El primer caso que recuerdo es el de un profesor universitario con un cargo de responsabilidad. Consumía mefedrina. Vino a Proyecto Hombre a pedir ayud», explica David Ortega, trabajador social. «Nosotros ni siquiera sabíamos de lo que estaba hablando. Buscamos información. Empezamos a trabajar».

Noticia Relacionada

Pronto empezaron en Proyecto Hombre a vislumbrar lo que luego reconocerían como 'chemsex'. «Nos contó que su tiempo libre lo enfocaba a buscar en las aplicaciones contactos con otros hombres para organizar sesiones grupales de sexo. Su ocio consistía en drogarse y mantener relaciones sexuales». Esta información, lógicamente, no salió de buenas primeras. Tuvieron que esperar a varias sesiones para adentrase en la situación de este profesor universitario.

«El testimonio salió en la tercera entrevista. Nos dimos cuenta que estaba completamente descontrolado». Blanco y negro, le iba muy bien en su trabajo pero sus actividades de ocio tan descontroladas le empezaban a afectar en su día a día.

Publicidad

Apareció entonces en la investigación de los profesionales de Proyecto Hombre un patrón de conducta. Se basaron en casos anteriores para profundizar en el 'chemsex'. «»Empezamos a detectar un patrón, como el que ocurre con los usuarios de la prostitución, que también consumen cocaína y alcohol».

Resonaron entonces en sus cabezas frases como la siguiente: «Yo sería incapaz de irme de putas sin meterme una raya, y no me meto una raya si no me meto cuatro copas de alcohol». En torno a la prostitución de mujeres con hombres en Proyecto Hombre detectaron en su día unos patrones. Ahora le ha tocado el turno al 'chemsex'.

Publicidad

Sin juicios morales

El responsable de Proyecto Hombre es Manuel Mingorance, médico de profesión. Explica dos circunstancias. La primera es el riesgo sociosanitario que puede originar el 'chemsex'. La segunda es que en Proyecto Hombre ni se juzga ni se criminaliza; se ayuda.»Con la ingesta de estas sustancias al cabo de las horas te da igual ocho que ochenta»», describe. «Después de 72 horas tomando drogas ocurre fácilmente que nadie utilice preservativos. De hecho, a veces, no sabes ni quién participa en una orgía».

«Lo que queremos destacar –prosigue–, no es la criminalización del sexo o la libertad, pero sí la circunstancia de que que al tomar sustancias se vuelve uno irresponsable por el efecto de desinhibición y eso puede generar un problema de riesgo sociosanitario». En efecto, en la actualidad existe una preocupación por el 'chemsex', y su vinculación con prácticas de riesgo que pueden facilitar no solo la transmisión del VIH y otras ITS, «sino también ocasionar otros problemas y complicaciones para la salud, en ocasiones muy graves», asegura.

Publicidad

«El fenómeno 'chemsex' se ha instaurado en Granada con datos cada vez más alarmantes», comparte Manuel Mingorance. «Llegan como cerezas. Primero llega uno, luego otro, luego dos. Ellos viven el 'chemsex' como un tabú. Aquí encuentran atención individualizada. No hacemos juicios morales».

Problemas para sentir placer

Proyecto Hombre ha creado en Granada un grupo de trabajo específico para abordarel 'chemsex' de la manera más rigurosa y profesional posible. Este grupo está compuesto por personas expertas en adicciones. Cuenta con un médico, dos psicólogas, un pedagogo, un trabajador social y un experto en comunicación.

Publicidad

La razón es que el 'chemsex' debe ser abordada no sólo desde la prevención de enfermedades infecto-contagiosas sino en relación a las consecuencias que puede ocasionar en la salud psicológica y social de las personas.

La psicóloga Virgina Padilla Barrales explica la sorpresa que ha producido en este equipo de Proyecto Hombre los casos de 'chemsex'. «Lo que más me ha sorprendido es que verbalicen la incapacidad de sentir placer si no es por medio de las suntancia». Las preguntas que escucha son las siguientes: «¿Voy a poder ser feliz y tener relaciones sin drogas?». «¿Voy a poder ser feliz?».

Noticia Patrocinada

Pero tan sólo es el principio. «Está después el efecto rebote. Tras el consumo no vuelven a su estado habitual, sino por debajo de lo habitual. Y todo les parece más triste». La conclusión es realmente terrible: «Lo que les hace venir a Proyecto Hombre es que sin drogas no son nada». El objetivo del equipo de trabajo es que vuelvan a redescubrirse y a disfrutar de la vida. «Tambien a disfrutar de las relaciones sexuales». Esta vez, sin trampas químicas.

-----------
«Son hombres que mantienen sexo con otros hombres»

En Proyecto Hombre, tras detectar el patrón y localizar los casos de 'chemsex', se han propuesto ofrecer una respuesta ajustada. Lo explica Miguel Ángel Márquez, pedagogo y coordinador de prevención. «No son consumidores típicos. Son consumos ajustados a los fines de semana con un objetivo lúdico que acarrea consecuencias de salud mental, con los bajones, las ITS, el VIH. Además, hay un porcentaje alto de usuarios de 'chemsex' son seropositivos». Por eso, intentan ajustar situaciones de tratamiento concretas a estos perfiles. «Piensa que muchos de ellos ni se consideran drogadictos». También se ocupan del acompañamiento y la gestión emocional. «Están rotos, vacíos, son utilizados. Recomponer emocionalmente a esta persona requiere tiempo y trabajo». El mensaje de Proyecto Hombre es nítido. «Que sepan que hay un lugar donde pueden acudir porque estamos adaptados a sus necesidades».

También apuntan desde Proyecto Hombre que es una realidad. «Tendemos la mano a una situación que existe. Son prácticas que no son de un colectivo, son hombres que mantienen sexo con otros hombres. Pueden ser homosexuales, heterosexuales, gente que experimenta. El problema no es la relación sexual sino el tipo de conducta con la relación sexual con drogas. Son drogas muy estimulantes, los afectados aquí en Granada tienen una vida muy regulada, pero cuando se colocan van a por todas porque aumenta la excitación, el deseo sexual y se reduce la capacidad de analizar la realidad de la situación», aporta Manuel Mingorance.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad