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Los cuatro adolescentes van de un lado a otro del aula, como padres primerizos en la sala de partos. «Ya sale», advierte la profesora. Los amigos juntan sus cabezas frente a la pantalla del ordenador y aguantan la respiración durante un segundo eterno. De repente, empiezan a saltar locos de alegría y a gritar «¡nos vamos a Nueva York!», «¡hemos ganado, nos vamos a Nueva York!». Y así, como si fuera un concierto de Frank Sinatra, la noticia vuela por los pasillos del IES Federico García Lorca y por las calles de Churriana de la Vega. «Start spreading the news, Im leaving today. I want to be a part of it...»
David Morales, Caleb Martín, Javier Rodríguez y Ruiou 'José' Wu tienen 16 años, estudian Primero de Bachillerato y se van a Nueva York. Su equipo ha sido uno de los 17 ganadores de The Challenge, el gran reto educativo de la Fundación 'laCaixa' que buscaba proyectos capaces de cambiar el mundo. Se presentaron 2.000 equipos de España, Portugal, Miami y Perú. 100 consiguieron llegar a la fase eliminatoria que se celebró en Barcelona del 8 al 11 de mayo. Y solo 17 han pasado a la fase final en la Gran Manzana, donde expondrán sus ideas en la sede de las Naciones Unidas. «Te puedes imaginar el orgullo que tengo», sonríe Irene Alcalde, profesora de Historia del IES Federico García Lorca y mentora de Cric. «Cada vez que les escucho contar el proyecto se me llenan los ojos de lágrimas. Me parece increíble que todo esto lo hayan hecho ellos solos».
«Se nos ocurrió la idea de formar Cric para aprender entre nosotros, el verano pasado», recuerda Caleb. «Creo que ahí fue cuando vimos por primera vez la brecha digital que había en el pueblo: los mayores no usaban las nuevas tecnologías porque no sabían cómo hacerlo». ¿Qué hicieron? Dar talleres formativos en la Casa de la Cultura de Churriana. Y fueron un éxito absoluto. «Hemos hecho nuestra la misión de llevar las nuevas tecnologías a las personas de la tercera edad», apunta David. Así nació MetaLife, una aplicación móvil que concentra todas las apps de un dispositivo en una sola más fácil, más accesible y más intuitiva. «Además, los usuarios del pueblo ponen su dirección porque hemos implementando el servicio de ayuda a domicilio del ayuntamiento. Y también pueden pedir cita en Salud Responde de manera más sencilla», subraya Javi.
Por tanto, Cric no nació para participar en The Challenge, ya existía antes. «En el club llevábamos desde el verano pasado haciendo talleres y proyectos –cuenta José–. Entonces nos enteramos del concurso de EduCaixa y lo planteamos en clase». Los proyectos de The Challenge debían alinearse con uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU. «El nuestro era el número cuatro, una educación de calidad». MetaLife destacó entre los dos mil proyectos presentados y llegó a la fase de Barcelona.
«Fueron días frenéticos, desde las 9.00 a las 22.00 con cosas que hacer. Lo pasamos muy bien y aprendimos muchísimo», explica David. Allí, en el Campus CosmoCaixa, el objetivo era mejorar de alguna manera su idea al tiempo que la defendían en distintas charlas y exposiciones. «La mayoría de los proyectos no estaban hechos, nuestro MetaLife sí –sigue el joven–. Allí buscamos cómo podíamos escalar el proyecto para que el impacto fuera mayor».
El impacto tuvo que ser bueno porque Cric es uno de los 17 equipos –uno por ODS– que se van a Nueva York del 30 de junio al 12 de julio. Y no es un viaje cualquiera: visitarán el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), las universidades de Yale y Harvard, las oficinas de Google o la propia sede de las Naciones Unidades, donde harán su exposición. «¡Y no nos vamos a ir sin ver la Estatua de la Libertad, Times Square o Central Park!», exclama Caleb, provocando la risa de sus amigos.
Los cuatro, estudiantes sobresalientes, planean matricularse en alguna Ingeniería cuando acaben Bachillerato. «Ellos hablan de tecnología –dice Irene–, pero yo destaco su corazón, su trabajo, su respeto y su admiración hacia todas las personas. Nadie les dijo que hicieran nada, a ellos se les ocurrió que podían ayudar. Son unos niños geniales», termina la profesora, con los ojos vidriosos, consciente de que, como cantaba Sinatra, si lo han conseguido en Nueva York, podrán hacerlo en cualquier parte del mundo.
Inmaculada Niña y Amor de Dios
Aunque no vayan a Nueva York, hay otros dos equipos granadinos que consiguieron llegar a la fase de Barcelona. Es decir, que superaron a otros 1.900 equipos. Esperanza Alemán, Irene Pérez y Eugenia Martín, alumnas del Colegio Inmaculada Niña, lo lograron con su profesora María Frasquet. «Se plantearon la posibilidad de sustituir la pulpa de la remolacha, ingrediente actual del pienso del ganado, por la piel del garbanzo. Así, los nutrientes que el ganado ingiere son más favorables tanto para su digestión, por el aumento de fibra, como para el medio ambiente», explica Frasquet, «terriblemente orgullosa» de sus alumnas.
Algo muy parecido siente Alejandro Guerrero, profesor de Santiago Ocaña, Mónica Molinero, Fabricio Vallejos y Nor López, alumnos del colegio Amor de Dios. «Creo que eran el único equipo de formación profesional básica», apunta Guerrero. Ellos propusieron un sistema de recogida y reciclaje de plástico para construir PLA (filamento usado para las impresoras 3D) y realizar monumentos y esculturas que hicieran el arte más accesible, especialmente para personas con problemas de visión. «En Barcelona, me sentí el maestro más orgulloso de España».
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