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El intrusismo laboral está a la orden del día, especialmente, en el campo de la salud. Por eso, el Colegio Oficial de Enfermería de Granada ha generado a lo largo de los últimos cuatro años un importante sistema de detección no solo de titulaciones falsas, ... sino también de profesionales que realizan tareas propias de una enfermera sin estar oficialmente capacitados para ello. Ocurre en centros sanitarios y también educativos de la provincia de Granada. Esto preocupa a los enfermeros. Significa que la seguridad de muchos granadinos está en juego.
Esta red es potente. Integra al resto de colegios oficiales de enfermeros del país, así como al Consejo General de Enfermería y a los ministerios de Sanidad y Educación. A través de este último, de hecho, el organismo granadino tiene desde 2020 la posibilidad de verificar la homologación de las titulaciones que se presentan para colegiarse y poder ejercer. Así han podido comprobar recientemente, previo aviso de dos colegios de otros puntos de España, que una mujer habría utilizado el nombre y los apellidos de una enfermera colegiada en Granada –aunque su DNI– para intentar inscribirse como tal sin tener la formación.
Los avisos y denuncias llegan principalmente a través de los propios colegiados en Granada, que son quienes cada día viven en primera persona ese intrusismo en enfermería. No obstante, existen otras voces. Según ha podido saber este periódico, la asociación de Personal Técnico Superior en Integración Social habría alertado de que en un instituto público de Educación Secundaria de Granada un integrador social atendía a un alumno con una enfermedad degenerativa y alto grado de dependencia en asuntos que competen a una enfermera escolar. De no existir esta figura, «más habitual en centros privados», sería responsabilidad de la enfermera escolar referente del centro de salud, que dedica parte de su jornada a visitar los colegios de la zona.
El alumno en cuestión portaría una cánula traqueal y una sonda para alimentarse, así como un dispositivo de ventilación asistida. En ocasiones, «es necesario aspirar las secreciones a través de su orificio». «Que una persona sin conocimientos ni preparación manipule estos artefactos es peligroso para la salud del pequeño», defiende el Colegio granadino. La plataforma de integradores lo corrobora, son «actos sanitarios», por lo tanto, «pueden requerir conocimientos técnicos y habilidades específicas en caso de complicaciones y únicamente los profesionales sanitarios están capacitados para realizarlas con todas las garantías».
Pero el intrusismo en enfermería va más allá. A través del Colegio, también se habría denunciado que, en un hospital de Granada, un técnico de laboratorio realizaba electrocardiogramas. Es una prueba indolora, pero «si no tiene formación para hacerla puede que no detecte algo que puede ser vital para el paciente». También es habitual entre técnicos auxiliares de enfermería;«muchos hacen extracciones de sangre sin estar formados para ello». O en la mutua, donde ante una baja laboral, «a veces, hacen las revisiones personas con otra categoría profesional». Por esto, hay una denuncia en trámite.
«Por lo que sea, nuestra profesión gusta mucho y muchos creen que cualquiera puede ejercerla», lamenta la vocal del Colegio de Enfermería de Granada, María Pacheco, que insiste en el «peligro»que el intrusismo laboral supone para los pacientes. Según ella, esto ocurre «porque no hay límites».
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